El dios malévolo de las jugarretas: Tottenham vs. Leicester

La fecha, 13 de enero de 2016: Corre el minuto 83 en el partido entre los Spurs y el Leicester en White Hart Lane. Justo cuando el encuentro se encamina a un empate a ceros, Christian Fuchs cobra un tiro de esquina pasado. El recorrido del balón engaña a todos, excepto a Robert Huth. El alemán prepara el cuerpo y mete un excelso cabezazo cerca del travesaño, donde Hugo Lloris no puede hacer nada. El Leicester se posicionó en primer lugar de la liga, y nos hizo preguntarnos si en realidad podrían lograrlo.

Calurosos recuerdos acompañarán a los Foxes en su viaje a White Hart Lane; a decir verdad, podría ser lo único bueno que los acompañe al mediodía del sábado, y a lo largo de la competición. Claudio Ranieri decidió aplicar su campaña personal en contra del futbol moderno, y sacrificar el lucrativo negocio de terminar lo más alto posible en la Premier League para enfocarse totalmente en el éxito europeo.

¿Quién podría decir, honestamente, que dadas las proezas de la temporada pasada, el equipo tendrían el corazón para llevar a Jamie, Riyad, y compañía a una sesión extra de entrenamiento luego de sus batallas en Anfield, Stamford Bridge, y Old Trafford? Defender un campeonato es ya de por sí una tarea difícil, y mucho más cuando tu club es el Leicester City, ¿entonces por qué aplicar la gira en autobús de los 38 partidos? Que nos valga la vida es una de las pocas acciones subversivas en un mundo tan caótico y meticuloso, y debe ser aplaudido.

Mientras tanto, los Spurs intentan mejorar su marca de la temporada pasada, cuando por un buen rato lucieron como los serios contendientes al título, pero terminaron tropezando en Stamford Bridge. Luego de dos empates consecutivos ante West Brom y Bournemouth, Mauricio Pochettino lamentó la falta de profundidad de su escuadra. ¿Acaso no fue este el problema la temporada pasada? La respuesta corta es "sí", pero los Spurs aún no dependen tanto de Harry Kane, y esto es esperanzador.

Tottenham sigue invicto, a pesar de ser por tradición un equipo que le toma tiempo calentar motores. Su marca defensiva es cómodamente la mejor de la división, lo que significa que están a sólo un punto de la cima a pesar de su baja de juego.

Sin embargo, luego de dejar puntos en un partido donde Jack Wilshere completó 90 minutos de juego por primera vez en 771 días, nos da la sensación de que existe un dios después de todo. No en el sentido religioso convencional, sino un dios malévolo que disfruta hacer sufrir al Tottenham y lo detesta. A pesar de sufrir una transformación de un club de fans talentoso de Harry Redknapp pero poco sólido a una escuadra digna para competir a nivel europeo, está en la esencia del Tottenham regarla. Si fallan ante el Leicester City, las palabras de Sir Alex Ferguson resonarán por su verdad una vez más.

@JackHarry