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Música

Queridos promotores: dejen de pedirle a los DJs cómo tocar

"Es importante que el promotor tenga claro que cuando está contratando un artista, lo está haciendo porque de entrada conoce su propuesta y la respeta".

El oficio de seleccionar música es tal vez uno de los más subvalorados.

Por supuesto, para un pequeño porcentaje de melómanos interesados en investigar y profundizar, la cantidad de tiempo y esfuerzo que un DJ dedica a "diggiar" para encontrar música y presentarla en vivo siempre va a ser tremendamente valorado. Pero seamos sinceros, al porcentaje restante, ese que llena las fiestas, tristemente les importa poco, y la música se vuelve solo uno de los factores que conforman esa fórmula de lo que ellos consideran fiesta. Adicional a esta falta de apreciación, existe una situación que complica aún más la labor de selección de un artista: a veces el promotor le dice cómo debe tocar.

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Si yendo al teatro a uno ni se le ocurriría ir a corregir a los actores y decirles cómo hacer su trabajo, ¿por qué muchas veces los promotores, y hasta el público, se sienten con la autoridad de pedirle a los DJs cómo tocar?

Esta situación debe analizarse a partir de varios puntos.

Lo primero, y con seguridad lo más importante, es la responsabilidad que tiene el promotor de armar un line up coherente, que tenga una curva y un orden lógico. Muchos dueños de bares y clubes desconocen lo que tocan los DJs y sólo les interesa bookear a los artistas que más "jalan gente" porque tienen un nombre o mueven un público, pero no se interesan por saber qué es lo que ponen, y eso es un gran problema. Ese desconocimiento complica el desarrollo correcto de la noche, ya que al momento de abrir una fiesta nunca va a ser lo mismo un warm up de un DJ de house a uno de un DJ de techno.

Si a ese desconocimiento, le sumamos la intranquilidad que suele tener un promotor para que le vaya bien con su evento, muchas veces esa carga suele caer en el DJ. Peticiones del tipo "¿puedes poner algo más fiestero?", "ponte algo con más vocales, más movido" o pedidos del otro extremo como "no te pongas pesado, pon algo más chill-out", son solo algunas de las peticiones que los DJs reciben de manera recurrente.

Si bien esa intranquilidad del promotor es entendible, muchas veces esa insistencia, estando detrás del DJ diciéndole qué hacer o qué poner, es tremendamente perjudicial para la propuesta que el artista esté presentando. Lo llena de una intranquilidad y una inseguridad innecesarias que solo traerán resultados contraproducentes y tienden a hacer que todo se vaya en picada. Se podría concluir que a muchos promotores les convendría más simplemente reproducir un playlist de Spotify.

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Obviamente hay que tener en cuenta que este tipo de peticiones pueden ser más o menos frecuentes dependiendo del formato y el club en el que se esté tocando. Para bares pequeños, donde el movimiento de barra es parte vital y necesitan que la fiesta sea rentable, muchos DJs confiesan que son los mismos administradores los que terminan exigiendo qué música se debe tocar, o en casos extremos han llegado a bajar al DJ, argumentando razones como que la barra no se mueve, que la gente se está yendo y que no están fac-tu-ra-ndo.

Incluso, hay una anécdota de un promotor que envió un mensaje a todos los DJs que iban a tocar en la fiesta con una advertencia: "Lo que quiere la gente es bailar. Si quieren experimentar, háganlo en sus estudios". Ante situaciones como estas, muchos DJs han optado por preguntarle con antelación a los promotores si conocen su estilo, para que ninguna parte se lleven sorpresas desagradables.

Pongo sobre la mesa un ejemplo reciente que se salió de control. Después de que Dax J recibiera amenazas por poner una canción que sampleaba un llamado al rezo islámico durante un festival en Túnez, el festival sacó un comunicado donde declaraban expresamente que ellos al contratar a los DJs no podían interferir con la música que iban a poner.

Lo segundo a tener en cuenta es la versatilidad del artista. Cabe mencionar que es tarea de este hacer la lectura correcta del público, la hora y el lugar. Aurora Halal, productora y DJ neoyorquina, contó en una entrevista una anécdota que le sucedió tocando para un evento que tuvo pocos asistentes, allí decidió poner una canción que le gustaba mucho en ese momento, "BX3" de Len Faki. Cuando comenzaron a sonar las sirenas confesó que su cara se puso roja de la vergüenza ya que la fiesta nunca iba a llegar al momento adecuado para poner una canción de ese corte y vergonzosamente terminó soltando una "bomba" para una pista vacía. Por eso, es importante que los DJs tengan tacto y prudencia al momento de tocar, porque algo sí es cierto, y es que un DJ es bueno ya seatocando para 20 personas a las 9 pm o para 500 al amanecer.

Por último, el público también tiene una responsabilidad, y está en investigar quién y qué toca, no solo con los internacionales, sino con los artistas locales incluidos en el line up. No tiene sentido pedirle a un DJ algo que simplemente no puede ofrecer. Si bien cuando salimos tenemos ciertas expectativas de lo que debería ser nuestra noche, nos falta ser más abiertos y receptivos con lo que determinado artista quiere presentar y nos falta disposición para dejarnos llevar por la historia que el DJ quiere contar, porque no sólo se trata de salir y querer estar estallados empezando la noche.

Y más allá de investigar, es clave el respeto por la propuesta que determinado artista esté presentando. Aunque parezca inofensivo, el simple gesto de mover la mano hacia arriba, como queriendo decirle al DJ "súbale", no solo distrae sino que carece de respeto.

Ese irrespeto puede llegar a tal punto que varios DJs han confesado haber sido víctimas de personas del público que les lanzan vasos o botellas, acto reprochable del que ni siquiera se salvan leyendas como Jeff Mills, a quien le lanzaron una botella en la inauguración de un club español el año pasado. Fue tanto el irrespeto, que Jeff optó por abandonar la cabina y dejar de tocar.

Por eso, como reflexión general, es importante que el promotor tenga claro que cuando está contratando un artista, lo está haciendo porque de entrada conoce su propuesta y la respeta. Como expuse al comienzo, seleccionar música es tal vez de los oficios más subvalorados, especialmente porque no se aprecia todo el esfuerzo que hay detrás de encontrar, seleccionar y presentar la música en determinado orden. Ese simple acto, es tal vez uno de los más honestos que un artista pueda tener, porque nos está compartiendo su tesoro más preciado: su selección musical.