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El virus del ébola ha matado a 60 personas en África Occidental

Pero que no cunda el pánico.
Imagen: el virus del ébola/Wikimedia

El ébola, que bien podría ser el virus más terrible del planeta, se ha cobrado 59 vidas en Guinea en un mes. Este es el primer brote del virus que se detecta en África Occidental. Hasta ahora se han confirmado 80 casos, y las autoridades temen que el virus se haya propagado a los países vecinos, Sierra Leona y Liberia, ya que un niño de 14 años de Sierra Leona, que había acudido al funeral de una de las víctimas del virus, muestra síntomas de infección. Una de las personas infectadas en Guinea hizo un breve viaje a Liberia, si bien todavía no se ha informado de ningún caso de ébola en este país. Aunque la situación es propia de ficciones como Zona caliente o Estallido, no debe cundir el pánico. Por lo menos, no todavía.

Este virus, altamente contagioso y que tiene cinco cepas únicas, no se propaga por transmisión aérea (podría ser peor). Sin embargo, en solo 10 días ha acabado con la vida del 90 por ciento de las personas que lo contrajeron, provocándoles fiebres hemorrágicas. El virus contiene proteínas que destruyen los vasos sanguíneos y causan hemorragias internas, provocando el sangrado por todos los orificios del cuerpo, como los ojos, los oídos, la nariz e incluso los genitales y el ano. Durante los primeros tres días, las personas infectadas muestran unos síntomas idénticos a los de la gripe, como fatiga, vómitos, diarrea y sarpullidos.

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El virus se transmite a través de la sangre y los fluidos corporales, como la saliva o el sudor, lo que explica el hecho de que familias enteras se hayan contagiado. No es recomendable, por tanto, besar o dar un apretón de manos a una persona infectada. En 2012, un hombre de Uganda contrajo el virus tras robarle el teléfono móvil a otro hombre contagiado. El ébola resulta mortal hasta para sí mismo: la gente enferma tan rápido que no da tiempo a que el virus se propague al resto de la población.

Desde su descubrimiento en 1976, se han registrado 1.614 muertes por infección del virus en África, principalmente en países del centro como la República Democrática del Congo (932 víctimas), Uganda (292), Sudán (180) y Gabón (150). También se han dado casos aislados de animales o personas contagiados por el virus en Europa, Asia o en Estados Unidos de América, pero hasta ahora, las personas contagiadas fuera del continente africano han acabado recuperándose, a excepción de Rusia, donde murieron dos científicos, uno de ellos en 2004, a causa de accidentes de laboratorio. Se desconoce el origen del virus, si bien muchos científicos creen que procede de los murciélagos frugívoros.

El tratamiento de los pacientes con ébola requiere de una atención médica exhaustiva, la reposición de los líquidos perdidos por la deshidratación y la administración de fármacos para controlar las hemorragias. No es de extrañar, por tanto, que se produzca una tasa de mortalidad tan alta en África (y los dos casos de Rusia). La atención médica en Europa y en los EUA es considerablemente mejor que la que puede dispensarse en África.

Afortunadamente, ya se ha enviado ayuda médica a Guinea. Recientemente, Médicos Sin Fronteras ha movilizado a un equipo de 24 personas, acompañados por 30 toneladas de suministros médicos procedentes de Bélgica y Francia. Posteriormente se desplazarán al lugar más médicos para colaborar en el establecimiento de unidades de aislamiento y frenar así el avance del virus. También se encuentran en el país funcionarios de la Organización Mundial de la Salud.

Aunque no existe cura ni vacuna para el virus del ébola, en 2012 los científicos desarrollaron un anticuerpo para los monos, que fue perfeccionado en 2013. Este fármaco es un cóctel de tres anticuerpos distintos de ratones que, combinados con un cuarto, que Scientific American describe como “una proteína elaborada con material viral que contribuye a desencadenar la respuesta del sistema inmunitario”, aumentan exponencialmente la tasa de supervivencia de los monos.

Concretamente, el ébola infecta a su huésped fusionándose con dos proteínas que producen los genes del cuerpo humano: la NPC1 y la TSG101. El virus se introduce en estas proteínas celulares, desde las que puede acceder al sistema inmunitario y causar estragos. Estas proteínas son las mismas que permiten desarrollarse al virus del VIH, que también daña el sistema inmunitario. Curiosamente, el 10 por ciento de la población europea tiene una resistencia natural al virus del VIH, bien por haber sobrevivido a la peste bubónica, conocida también como la Peste Negra, o a las muchas epidemias de viruela. ¿Quizá la cura para el ébola se encuentre ahí?

Lee el artículo original en Motherboard