Captura de pantalla vía CBS.
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Oh sí, nena. Mierda. Necesito un cigarro.A primera vista es un poco incómodo. Enrique Peña Nieto está tan ocupado viendo la Torre de la paz y/o pensando en por qué asesinan a tan pocos maestros en Ottawa que casi se pierde la oportunidad de interrumpir el ardiente bromance entre Trudeau y Barack "Mi novio secreto" Obama. Solo cruzan miradas por un breve instante pero es todo lo que necesitamos porque podemos sentir lo real que es. ES TAN REAL.Pero Trudeau es un caballero. No puede ser egoísta porque hay otro hombre presente en el escenario. Por lo que, sutilmente, da la mano al mismo tiempo a Obama y a Peña Nieto y después los invita a que ellos dos también se den la mano. ¿Acaso no es una representación perfecta de todo el proyecto canadiense de promover la paz mundial? Aquí vemos a Trudeau tratando de hacer que los presidentes olviden por un momento los 170 años de hostilidad entre EU y México desde la invasión estadounidense en 1846 hasta la deportación masiva de migrantes mexicanos bajo el gobierno de Obama. ¡Buen intento!Trudeau utiliza la fuerza electrizante de su poderoso apretón de manos para disolver toda esa tensión. Vean su cara de concentración. Es el rostro de un hombre que juega Operando. Sabe el riesgo que implica. El destino de Norteamérica yace en resolver esta crisis manual.… that moment when the handshake gets awkward. — nick ramsey (@nick_ramsey)29 de junio de 2016
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Peña Nieto no sabe cómo lidiar con Obama sin recurrir a la reconquista de Aztlán. Trata de agarrar esa mano pero falla y cae a un vacío diplomático que dura una fracción de segundo. Pero Trudeau llega al rescate. Estaba listo. Para eso nació. Su misión es traer paz a este mundo. Con una pequeña palmada en la espalda libera la mano de Obama y acerca a Peña Nieto. Trudeau toca el hombro de Obama. Ya está. Lo hizo. La multitud se vuelve loca. La alegría se siente en el aire y se esparce como una infección. Obama sonríe. Peña Nieto está en shock. No puede creer lo que hicieron sus dedos. Trudeau entiende. Sabe lo que representa este logro. Es el pináculo de su carrera. Ahora es realmente uno de "Los tres amigos". Hizo un juramento de sangre para defender nuestro continente de los brexiteros y los Donald Trumps que hay por todos lados. Después de este día vamos a poder dormir tranquilos. Nuestro futuro está en buenas manos. Manos sudadas, temblorosas y torpes. Que Dios bendiga a Norteamérica. Sigue a Drew Brown en Twitter.