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La Liga MX mantiene a sus futbolistas mal pagados y les impide jugar fuera del país

El pacto de caballeros niega la contratación de jugadores de un equipo sin el permiso de los dueños. Esto permite que los equipos controlen a los jugadores y que sus salarios se mantengan bajos.

Los jugadores de futbol profesional tienen bastante poder en comparación con los atletas de otras disciplinas. Generalmente, si un futbolista quiere irse a un equipo de otro país, su club lo complacerá por miedo a que un empleado disgustado pueda quebrantar una organización entera. En cuanto a contratos, si un jugador quiere irse, puede hacerlo.

Esto es algo que sucede en casi todo el mundo, pero no en el draconiano mundo del futbol mexicano, donde incluso un jugador sin contrato tiene problemas para dejar su equipo. Los propietarios de la Liga MX tienen un pacto de caballeros en el que acuerdan no contratar jugadores de otro equipo sin permiso de los dueños de tal equipo. Esto permite que los equipos controlen todo intercambio de jugadores y que mantengan bajos sus salarios. Además, la pretemporada de la Liga MX en Cancún le permite a los dueños discutir a fondo las ofertas de transferencia de los jugadores; sin que los jugadores sean parte del proceso. A menudo, un jugador sólo sabe que es enviado a otro equipo hasta que sale en los medios.

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Por definición, estas acciones están coludidas y los jugadores tienen poco o nada de poder para detenerlas. Durante años, los jugadores han denunciado estas prácticas, pero no han podido incitar cambio alguno.

Pero al fin llegó un punto de inflexión, de manera interesante, como resultado del éxito de la Liga MX y de la Federación Mexicana de Futbol en fabricar prospectos de mayor calidad.

Hace más de una década, la Federación se puso el objetivo de mejorar el desarrollo juvenil y, en su mayoría, lo ha logrado. Muchos equipos juveniles mexicanos —sobre todo la Sub-23, que venció al Brasil liderado por Neymar y obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2012— han ganado títulos internacionales y sus jugadores han sido elogiados mundialmente.

La selección mexicana Sub-23 recibe medallas de oro tras vencer a Brasil. Foto por Christopher Hanewinckel–USA TODAY Sports.

Mientras que los jugadores estadunidenses siguen regresando a su liga hogareña tras periodos fallidos en Europa, cada vez más y más jugadores mexicanos se están yendo a equipos de todo el viejo continente. Y de hecho es más probable que aún más jugadores tengan el talento suficiente como para jugar en Europa, sólo que se ven frenados debido a las políticas restrictivas de la Liga MX.

"Un ejemplo muy fácil de lo que he estado viviendo y de lo que recuerdo es que se decía que el futbolista mexicano es mediocre, que se queda en México porque pagan muy bien", dijo el centro del PSV Andrés Guardado a ESPN Deportes en una entrevista que salió al aire la semana pasada. "Y en el transcurso de los años me doy cuenta que muchos tienen ofertas y ganas de salir, pero realmente es el directivo el que no deja, y todavía pretenden vender a los jugadores como si fuéramos todos Messi".

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Guardado sugiere que los propietarios de la Liga MX ponen precios extremadamente altos a los jugadores para así disipar el interés. Al mismo tiempo, los dueños pueden seguir diciendo que hicieron su mayor esfuerzo para darle a un jugador la oportunidad de jugar del otro lado del océano, pero que nadie estaba dispuesto a pagar el precio de mercado.

Ultimadamente, apaciguar a los jugadores que buscan jugar fuera del país podría ser el mayor interés de la Liga MX. Si las políticas restrictivas de intercambio de jugadores continúan, la Liga MX podría ver a más jugadores mexicanos que decidan jugar en la más amigable Major Soccer League a su regreso de un periodo en Europa.

"Nadie hace nada para remediarlo", dijo Guardado a ESPN. "O es muy difícil remediarlo y mucha culpa la tenemos nosotros los futbolistas, que nos dejamos manejar por los dirigentes como ellos quieren y ése es el principal problema en el futbol mexicano".

No obstante, los jugadores están empezando a defenderse a sí mismos —los comentarios de Guardado eran particularmente directos, aun cuando los jugadores generalmente temen estar en la lista negra de los dueños de la Liga MX—, lo que podría terminar con el monopolio que los equipos tienen sobre los fubtolistas. Una cosa es ponerle restricciones a un jugador que se quiera ir de un equipo de la liga mexicana a otro, pero otra cosa es obligar a un jugador a que se quede en México cuando éste tiene oportunidad de jugar en Europa.

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La situación del ex delantero de Tigres Alan Pulido podría ser el revolucionario caso que los jugadores han estado esperado. Durante casi un año, a Pulido, de 23 años, se le prohibió jugar mientras estaba en una disputa con el equipo sobre su contrato. Pulido alegaba que debería tener la libertad de firmar con un equipo europeo, ya que su contrato con Tigres había terminado. Sin embargo, el equipo argumentaba que él seguía bajo contrato.

En diciembre, como era de esperarse, la Federación Mexicana falló a favor del equipo. No obstante, un tribunal de la FIFA anuló la decisión de la Federación, lo que le permitió a Pulido firmar con el equipo de la Super Liga de Grecia Levadiakos en febrero. No era una situación ideal —o un equipo ideal— lo que quería Pulido, pero al menos obtuvo libertad profesional. Al hacerlo, marcó un precedente para otros jóvenes talentosos.

Pulido obtuvo una gran victoria, pero ésta tuvo un alto precio. Sacrificó casi un año de su carrera en pleno apogeo. Ésta es la mejor arma que tienen los propietarios de la Liga MX: la amenaza de una larga disputa en la corte que mantenga al jugador fuera del campo. Pero Pulido mostró que la lucha valía la pena.

"Siempre me mantuve con una mentalidad positiva; a pesar de toda la problemática, confié en mis abogados", dijo Pulido a ESPN en una entrevista reciente. "Estoy cumpliendo mis sueños, ¿qué más puedo pedir?"

A fin de cuentas, Pulido podría resultar ser una figura central en la historia del futbol mexicano: el jugador excepcional que luchó por sus derechos y ganó. Ahora los fubtolistas mexicanos saben que tienen el apoyo de la FIFA en caso de que quieran jugar fuera de sus contratos y firmar en Europa. Después de todo, los jugadores como Pulido no están pidiendo más que la libertad que casi todos los demás jugadores del mundo tienen.