Fotos por Julián Gallo. En el primer día del Altavoz, Medallo nos recibió con un tote de lluvia, truenos y barro. No fue, ni de cerquita, "La ciudad de la eterna primavera". Una bienvenida bien pesada – como el festival – a la que se fueron acercando de a pocos los más firmes. Los que les valió huevo quedar empapados porque igual sabían que, en el pogo, mientras se bolea puño y pata a lo que da, ese tipo de cosas se olvidan.
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Uno de los que le madrugó al festival fue Jeison, un paisa de 22 años que lleva viviendo con prótesis de la rodilla para abajo en ambas piernas desde que era un bebé y que, sin miedo, se le mide a meterse a cualquier pogo que tenga al frente, menos "cuando está ya muy duro, porque me voy al piso de una y no aguanta… jajaja". Desde el 2010 no se pierde una edición del festival así llueva o relampagueé porque, según él, "siempre es parchado venir así este cansón por la lluvia. ¡Nos aguantamos lo que sea!".
Un adepto a los sonidos pesados que, así como se trajo toda la percha metalera para el primer día de esta fiesta, lo hace absolutamente todo por la música que le gusta: "Siempre me ha gustado el tema del depressive acá en el Altavoz. El thrash y el heavy también me mueven muchísimo". Hoy vino a ver a Deicide, a sus parceros de El Verdadero Guerrero y a Municipal Waste, una de las bandas más esperadas del día y el momento en el que sabe que el pogo se va a encender: "Todo el mundo está esperando a esa banda y ese pogo se va a putear. Igual a uno lo paran porque la gente es bien porque no pega andar en el suelo, menos con este barro… jajaja".Puro aguante.
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