Comida

Qué sentí después de beber un alcohol que no provoca resaca

Colin Dahl, científico australiano, asegura haber inventado el alcohol que no provoca resaca. Nosotros probamos la bebida.
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Por suerte, OPPIL me ofreció dos noches de barra libre para probar la veracidad de sus afirmaciones. Pasaría una noche bebiendo alcohol normal y otra solo con la que podría ser la bebida del futuro. Yo no sabría qué noche sería cada una, pero con suerte a la mañana siguiente quedaría claro.

Colin Dahl es el fundador de OPPIL. Viene del mundo de la ingeniería y, como quería asegurar la integridad de nuestra prueba aleatorizada, me dio un sobre sellado que contenía los resultados. Lo firmé y lo guardé.

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Empecé la primera noche con tres elecciones: vodka, ginebra o tequila. Para que fuese una prueba de verdad, elegí el tequila: la bebida internacional del arrepentimiento. Dahl me dio un breve cuestionario de salud antes de empezar: cuándo y qué había comido por última vez, cuánto había dormido, cuánta agua había bebido a lo largo del día o si había tomado cafeína o glutamato sódico.

Respondí a todas las preguntas y Dahl me dijo que podía empezar a beber. A lo largo de una hora y media, bebí cinco cócteles con un total de 225 ml de tequila. Un tercio de una botella de tequila no es probablemente una locura, pero es suficiente para hacer mella al día siguiente. Por suerte para Dahl y la calidad del experimento, yo acababa de estar todo el mes de enero sin beber.

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Aunque cinco bebidas no parece algo exagerado, después de un mes sin beber absolutamente nada, estaba borracho. Me fui a comprar un kebab y a la cama.

Me desperté a las 5 de la mañana con un dolor de cabeza terrible y la garganta reseca. Bebí agua y me metí de nuevo en la cama, pero no sirvió de nada. Estaba despierto, con una resaca enorme y la esperanza de haber pasado toda la noche bebiendo el viejo tequila de siempre. Si no, tendría que decirle a Dahl que su alcohol “sin resaca” no funcionaba.

Dahl tuvo la idea de producir un vino que no provocara resaca mientras trabaja en un tratamiento para la rosácea, que es cuando la gente se sonroja mientras bebe alcohol y la provoca una deficiencia heredada de una de las enzimas responsables de la descomposición del alcohol: el aldehído deshidrogenasa.

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Dahl descubrió que, al incrementar los niveles de antioxidantes en las bebidas alcohólicas con extracto de uva concentrado, podía ayudar a la metabolización del alcohol en el cuerpo. Cuando probó la bebida, se dio cuenta de algo más: no tenía resaca. Entusiasmado, se pasó los tres años siguientes refinando el proceso hasta conseguir un producto comercial.

“Simplemente, lo hemos infusionado con uvas rojas”, explica. “Creemos que los antioxidantes se transfieren, porque es la única cosa que se nos ocurre que podría equilibrar la toxicidad de los productos de etanol”.

Él cree que los antioxidantes de las uvas neutralizan los radicales liberados por el hígado cuando se rompe el alcohol, lo cual evita la resaca.

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HABLANDO CON COLIN DAHL, CÓCTEL EN MANO

Puede parecer muy simple: añade antioxidantes al alcohol y ¡bum! Ya no hay resaca. Así que le pregunté por qué nadie más lo había probado y qué va a pasar cuando el secreto salga a la luz y las fábricas roben su idea.

Dahl me respondió que no le importa porque actualmente no hay innovación en la industria del alcohol. “A menudo me río cuando escucho a las marcas de alcohol de renombre decir que llevan usando la misma fórmula más de 250 años. ¿No podrían haber pensado en algo mejor en 250 años?”.

En cuanto a los imitadores: “Me decepcionaría si no los hubiese”, dijo. “Queremos cambiar el mundo, pero no hace falta quedarse con todo el mercado. Llevo bebiendo esto mucho tiempo y ya no quiero beber otra cosa”.

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Entonces, si una compañía grande lanza una cerveza libre de resaca la semana que viene, ¿no te importaría?

“Si es a causa de nuestro trabajo, sí. Si otras compañías o marcas empiezan a desarrollar este tipo de productos, genial”.

La siguiente prueba fue el miércoles, lo que me dejaba un día de recuperación entre las sesiones. Entré, me saludaron y sentaron antes de comenzar el mismo proceso. Un cuestionario y cinco cócteles.

Las bebidas parecían algo más espesas. La consistencia era diferente, pero me las acabé casi en el mismo tiempo que la otra vez y me fui a por un kebab de camino a casa.

A la mañana siguiente, llegaron los resultados. Sorprendentemente, me sentía bien. Me desperté despacio y por un minuto olvidé que me había bebido cinco cócteles la noche anterior. Me sentía totalmente normal. Sin dolor de cabeza, náuseas o escozor de ojos. Estaba cansado, pero eso no era nada nuevo. Sentí que me habían engañado. ¿Qué estaba pasando?

Llamé a Dahl y le pregunté qué había hecho. Me pareció raro, como si la resaca fuese la forma que tiene la naturaleza de decirte que la noche anterior hiciste algo estúpido. Pero mi cuerpo había dejado de hablar. Pregunté a Dahl si acababa de reinventar la rueda.

“Si las compañías piensan que vendiendo productos que provocan resaca van a continuar con su negocio normal, puede que se lleven una sorpresa”, dijo. “Creo que es el momento adecuado y la gente está lista para beber algo mejor”.

Dahl ha comenzado su conquista global en un bar para poder controlar la narrativa y explicar los beneficios de la bebida. Cree que en la estantería de una licorería pasaría desapercibida. En un bar, puede explicar cómo funciona y por qué. Ahora está trabajando en productos para llevar como vino, licores e incluso cerveza.

Yo tenía muchas dudas al principio, pero he de admitir que me ha convencido. A la mayoría de la gente le gusta el alcohol, pero no las resacas. Si pudieras beber un tipo de alcohol que no te provocara dolor de cabeza al día siguiente, ¿por qué beberías otra cosa?

De repente, me imaginé un futuro sin resacas en el que OPPIL se convertiría en la meca de la mixología. No está claro si el mundo está preparado para un futuro sin consecuencias, pero ahora que el genio ha salido de la lámpara, podemos sentarnos cómodamente y observar.

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