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ESPAÑA

Así es como un barrio español y sus vecinos musulmanes combaten el terrorismo

Vecinos de Rocafonda, el barrio de Mataró escenario de un operativo policial contra un supuesto apologeta del terrorismo, reivindican su labor para tender puentes entre comunidades y denuncian la falta de apoyo institucional.
Imagen de la detención de un supuesto militante de Estado Islámico en el barrio de Rocafonda, en Mataró, provincia de Barcelona. (Imagen por Quique García/EPA)
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Sus vecinos le definen como una persona introvertida y discreta. Le llamaban amistosamente "el Bisbal marroquí". Pasaba muchas horas en un locutorio y conectado al móvil. Siempre iba solo: los jóvenes con raíces magrebíes del barrio aseguran que no le conocían. Su madre, nacida en el país norteafricano, hace casi 20 años que vive ahí; no lleva hijab (el velo islámico que cubre cabeza y pecho) y su marido y padrastro del arrestado desde hace más de una década es de ascendencia española. Ambos han pedido que su nombre no trascienda y que se respete la presunción de inocencia del protagonista involuntario de esta historia.

La madrugada del 8 de diciembre la división de operaciones especiales del Cuerpo Nacional de Policía española irrumpía en su domicilio en el barrio de Rocafonda de la localidad catalana de Mataró, provincia de Barcelona, para detenerle. Le acusan de haber jurado lealtad a Estado Islámico y de enaltecimiento del terrorismo: en el marco de la misma operación también se detuvo a una chica en la isla de Fuerteventura. Fuentes de la comisaría local de la policía autonómica, los Mossos d'Esquadra, aseguran haber quedado al margen. El juez que instruye el caso ha decretado prisión incondicional para ambos.

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"Con esto han tirado al suelo años de trabajo comunitario", asegura a VICE News una ex maestra y residente en la zona desde finales de los 60 que prefiere no dar su nombre. Ella entiende que una operación de este tipo se podría haber llevado a cabo con más discreción y que daña la imagen de su vecindario. No es una percepción aislada.

Publicación en Facebook de un grupo del barrio

El dueño del bar adyacente al domicilio del arrestado afirma que hacía días que veía muchas caras desconocidas en su establecimiento: agentes de paisano, presuntamente. Es un barrio con un alto índice de población de origen africano, y en la calle donde sucedieron los hechos todo el mundo se conoce.

Radiografía de un barrio

Rocafonda es el fruto de un crecimiento caótico. Los terratenientes especulaban con los terrenos cuando el ministro franquista responsable de Vivienda, Federico Mayo, resolvió la cuestión de los desplazamientos demográficos internos colocando la abundante mano de obra del sur del Estado en las periferias de las ciudades.

En los años 60 y 70 este era un barrio muy jóven y desprovisto de equipamientos. Son las luchas vecinales y parroquiales las que lo moldearon a golpe de protesta. Reivindicaron zonas verdes y calles más esponjosas, forzaron la apertura de escuelas y de equipamientos cívicos y evitaron la especulación con los parques. Entonces las parroquias estaban muy bien vistas por el hecho de que daban cobertura a sindicatos ilegales, con los capellanes obreros oficiando misa, lejos de la jerarquía franquista.

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Dos décadas después, los ayuntamientos democráticos probarían de corregir los males endémicos asociados a este desarrollo urbanístico desordenado. La percepción de buena parte del vecindario es que esta intervención consistorial no llegó a Rocafonda.

Y en los 90 llega la fuga. El incentivo del crédito provoca un espectacular desplazamiento de Rocafonda a barrios de nueva creación. Entre 1998 y 2005, el 70 por ciento de los rocafondeños marcharon de él. El éxodo hace que el precio de la vivienda se desplome: baja un 30 por ciento en relación al precio por metro cuadrado de la media mataroniense.

Algunas personas paran a la madre del detenido en la calle para abrazarle. Asegura que no puede entrar en el dormitorio para no recordar la imagen de un agente apuntándole con un arma. La familia está en shock, pero una parte significativa del barrio les muestra su apoyo. En los momentos posteriores a la irrupción policial se organizó ahí un amplio despliegue de medios.

Imágenes de la irrupción policial y posterior detención en Mataró. Vía CNP.

El Ministro del Interior y candidato del conservador Partido Popular (PP) en la comunidad autónoma de Cataluña para las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, aseguró ante las cámaras que los jóvenes detenidos estaban preparados para atentar, a pesar de que no encontraron nada en la casa del vecino de Mataró que pueda corroborar esta hipótesis, según la madre.

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Vecinos comprometidos

"No me suena haberle visto en la mezquita. Esta gente no suele frecuentarlas en general. Además, por lo que comentan los amigos y vecinos tenía muchos problemas tanto personales como familiares: estaba bastante hundido. Tenía una depresión, hacía poco tiempo que había roto con su mujer y estaba mal con su padrastro. Este panorama social es bastante crítico, yo creo que estaba débil para caer en cualquier trampa", afirma a VICE News Abdessamad el-Bakali, secretario de Al-Ouahda, el colectivo que gestiona el oratorio islámico del barrio y educador social en un centro para menores.

La ex maestra y conocida vecina de Rocafonda asegura que hay muchos espacios de trabajo intercomunitario. Se refiere a "Totes Plegades" (Todas Juntas), una iniciativa barrial que promueve la organización de actividades conjuntas entre mujeres, sea cual sea su origen. Ha sido un espacio en el que las musulmanas que participan de él han sentido la necesidad de expresar su rechazo por la violencia terrorista. Lo hicieron tras los ataques a Charlie Hebdo del pasado enero y de nuevo con los atentados de París de hace unas semanas.

Al-Ouahda, por su parte, pretende ejercer de instrumento de intervención social colectiva. Existe una sensación de agravio entre la juventud migrante susceptible de ser explicada por cuestiones religiosas, paso previo a la radicalización: que una ideología determinada dé respuestas al porque de lo que uno padece.

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El-Bakali explica que su organización ejerce de mediadora y da formación en áreas como la violencia machista, la infancia, la discriminación o los riesgos de Internet. Están presentes en cuatro consejos municipales y trabajan codo con codo con la entidad cristiana "Justícia i Pau" (Justicia y Paz). "Soy educador social. Los chavales sufren problemas de identidad: no saben si han de sentirse marroquíes, franceses, españoles o argelinos", ilustra Abdessamad el-Bakali.

El oratorio toma todo tipo de precauciones ante la amenaza terrorista. Cuando un colectivo religioso viene a dar una charla en el espacio de oración se pide la documentación a los ponentes para dejar registrada su presencia. Aunque nunca han detectado que en los espacios que ellos controlan hayan penetrado discursos favorables a la violencia.

La consolidación de España como miembro de pleno derecho de la Unión Europea (UE) llena los barrios de migrantes. Entre finales de los 90 y 2013 pasamos de menos de un 4 por ciento de población nacida en el extranjero a un 13,4 por ciento, según la OCDE. Una cifra significativa pero menor a la de Bélgica, Suecia, Eslovenia, Irlanda o Austria, donde se eleva al 16,7 por ciento.

Los 90 fueron los años del tocho. La demanda de mano de obra no cualificada se disparó y el bajo precio de venta y alquiler en Rocafonda actuaron como un efecto llamada para la población extracomunitaria. Los primeros en llegar fueron los africanos, que en los 80 trabajaban en la agricultura.

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Les seguirían los marroquíes, los chinos, los latinoaméricanos y europeos del Este. No ha sido un proceso fácil. No hace tanto tiempo que en los órganos de las iglesias había, clavada en una lanza, una "cabeza de moro" (forma despectiva con la que se denomina a los árabes en España) que escupía caramelos a los niños por su boca durante Semana Santa.

Pues Rocafonda ha sido uno de los principales receptáculos de personas venidas de Marruecos a Cataluña. En el año 2013, más del 30 por ciento de los habitantes del barrio habían nacido en otros países, una situación que se combina con una tasa de paro del 32 por ciento que golpea al vecindario en el contexto de la ciudad que sufre el índice de parados más alto de la provincia de Barcelona. Esta cifra se elevaba al 43 por ciento en 2014 entre la población de origen extranjero, hecho que se ha agravado en los últimos años.

¿Qué lleva a alguien a matar por religión y cómo afrontarlo sin violencia?. Leer más aquí.

Con un movimiento vecinal envejecido e incapaz de ofrecer, por sí solo, soluciones por la izquierda, para algunos trabajadores sociales del barrio las mezquitas y espacios como el de "Totes Plegades" son, precisamente, una solución contra la radicalización. Una alianza entre abuelos laicos y jóvenes piadosos intenta suplir la intervención de un ayuntamiento que buena parte del vecindario ve al margen de los problemas de Rocafonda.

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Aunque aún queda mucho trabajo por hacer en los centros religiosos. El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña, Mohamed el Ghaidouni, dijo al acabar una conferencia en la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna que la gestión de los oratorios y de los asuntos religiosos han estado copados por los mayores de la comunidad. "Los jóvenes tienen muy poco espacio", asegura. El Ghaidouni lo explica por el fuerte carácter patriarcal de las sociedades norteafricanas, un diagnóstico que comparten algunos miembros de Asociación Puente, colectivo arabista que trabaja en Rocafonda.

El terror empieza en el aula: así es ir a clase bajo Estado Islámico. Leer más aquí.

"Facebook y Twitter son los nuevos imanes", ironizaba a VICE News Mohammed Ben Aissa, presidente del Observatorio del Norte por los Derechos Humanos, establecido en Tetuán. La red juega un papel cada vez más importante en la captación de combatientes, y los jóvenes que permanecen fuera de los espacios de socialización religiosa son carne de cañón de los discursos que circulan por ella. Sería el caso del vecino mataroniense, de confirmarse su culpabilidad. Aunque hay dudas al respecto.

"El propio nivel cuatro de alerta antiterrorista en el que estamos es un nivel que de alguna manera incentiva a los cuerpos policiales a practicar detenciones, desde una perspectiva no tanto de buscar responsables de delitos para juzgarlos sino prácticamente como medida de seguridad, de poner a la gente que ellos perciben que puede ser peligrosa a disposición de la justicia para tenerles controlados", explica a VICE News el abogado Benet Salellas, quien defendió a un grupo de vecinos de la localidad catalana de Girona que, acusados de vínculos con el terrorismo, acabaron siendo absueltos.

Salellas se refiere a uno de los cinco niveles de alerta que establece el Ministerio del Interior español, siendo el quinto el de atentado inminente y el cuarto el de alto riesgo de ataque.

"Entramos en un escenario en el que el rol de la policía tiene más que ver con un papel securitario que con un papel de policía judicial. Es en esta dinámica que cabe entender estas actuaciones que se dan en un contexto de histeria policial para que parezca que hacen algo", añade Salellas, que introduce otro elemento: "Más electoralismo que el que ha hecho el PP con este tema yo creo que no lo puede haber hecho nadie más. Cualquier actuación policial en campaña debe levantarnos todas las alarmas".

Los community manager de la yihad: el reclutamiento de Estado Islámico en las redes. Leer más aquí.

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