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Identidad

Tranquila, sentarte en un baño público no pone en riesgo la salud de tu culo

Una experta en enfermedades infecciosas nos da su opinión.
Photo by dirtyboxface via Flickr

Independientemente de si te sientas en ellos, te pones de cuclillas o los tocas con una sola nalga, es probable que te hayas preguntado si los inodoros públicos ponen en peligro la salud de tu culo. Yo siempre me siento en la taza a menos que esté visiblemente asquerosa, pero no puedo dejar de preguntarme: ¿hay algún problema con que mi culo se esté restregando donde se ha restregado el de los demás?

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La respuesta de la ciencia es bastante clara: los agentes infecciosos no se pueden transmitir a través de la taza del inodoro.

"La mayoría de la superficies de los baños públicos están cubiertas de bacterias asociadas a los humanos", dice la Dra. Nilka Figueroa, Jefa de Enfermedades Infecciosas del Harlem Hospital Center. "Estas bacterias son microbios de la piel que la mayoría de la gente ya tiene, así que no representan ningún riesgo de infección".

Estas bacterias —que son, sobre todo, "microbios intestinales y de la piel"— están en todos los elementos adyacentes al inodoro, así que te deseo buena suerte tratando de evitarlos (además, cuando tiras de la cadena se esparcen por el aire).

Si te preocupa contraer una enfermedad de transmisión sexual en un inodoro, que sepas no hay evidencia médica de que haya pasado jamás

"Estos microbios se asientan en las superficies de todo el baño, especialmente a menos de un metro del inodoro, incluyendo los dispensadores de papel higiénico y la tapa del váter", dice. Un estudio realizado en 2011 por el PLOS descubrió que la gran mayoría de las bacterias encontradas en los baños están asociadas a la piel y representan poco riesgo. Aunque la bacteria Lactobacillaceae, asociada a la vagina, se puede hallar mucho en los baños de mujeres, en lo que respecta a la contaminación urinaria no hay ningún problema. Puedes llevar contigo toallitas antisépticas si te pone tan nerviosa.

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Los estudios respaldan con consistencia que no hay que preocuparse por aposentar tu culo a pelo pelado en la taza del inodoro. En 2016, un estudio de Filtrated descubrió que las máquinas de pesas de los gimnasios tienen incluso más bacterias que las superficies de los inodoros.

Aunque los riesgos de que se transmitan enfermedades e infecciones desde la taza a nuestro culo son mínimas, algunas superficies duras pueden contener algunas bacterias y virus. De nuevo, el riesgo es mínimo, a menos que tengas un corte o una herida abierta. Si, por ejemplo, estás lidiando con un inodoro de un bar de mala muerte lleno de orina, mejor limítate a agacharte, porque sentarse en el pipí de otro puede ser muy desagradable. Aunque vale la pena resaltar que son precisamente las mujeres que se inclinan las que suelen dejar la taza tan llena de pis.

Para las que estén preocupadas porque creen que van a contraer una enfermedad de transmisión sexual en un inodoro (no sé dónde estáis, pero sé que estáis ahí y no estoy tratando de avergonzaros), no hay evidencia médica de que haya pasado jamás.

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Si de verdad estás decidida a evitar los objetos más sucios, tira tu móvil a un río: además de convertirte en alguien con una vida social reducida, los móviles contienen diez veces más bacterias que los inodoros. Solo porque no interactúen con tu culo no significa que sean más higiénicos. En el baño hay superficies que te deberían preocupar más que la taza del inodoro, como la puerta, la cisterna o el grifo.

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La medida preventiva más segura a la hora de entrar al baño es lavarte las manos. Lavarse las manos reduce el número de gente que contrae diarrea en un 31 por ciento y reduce de un 16 a un 21 por ciento las enfermedades respiratorias como los resfriados en la población general.

"Lo más importante para prevenir el riesgo de enfermedades bacterianas en baños públicos es lavarse bien las manos", confirma Figueroa.

Pero si decides seguir agachándote y haciendo flexiones para evitar la taza del inodoro —aunque no haya pruebas que demuestren que esto te vaya a proteger—, seguramente estarás fortaleciendo tu abdomen o, como me dijo una amiga hace poco, "me agacho porque estoy segura de que esos pocos segundos me ayudan a tener el culo más firme".


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