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Cómo unos ladrones en París se robaron 900 millones de pesos en vino

¿Habrá un crimen más francés que este?
Foto vía usuario de Flickr Stewart Butterfield

Las catacumbas que se encuentran debajo de París son unos pasajes laberínticos, oscuros y claustrofóbicos decorados con cráneos y huesos ancestrales pero, aparentemente, no son lo suficientemente aterradoras como para alejar a una banda de ladrones decididos a cometer un lucrativo robo de vino.

Según el Guardian, se presume que unos ladrones se metieron a las catacumbas —que, además abarcan una distancia de más de 270 kilómetros bajo las calles, hogares y apartamentos de la capital francesa— el pasado lunes en la noche. Aparentemente, estos tipos habían localizado un área de estas tumbas antiguas que compartía un muro con una bodega privada de un apartamento. Luego se dice que ellos excavaron a través de piedra caliza de siglos de antigüedad y lograron obtener unas 300 botellas de un vino muy escaso y raro. La Policía dice que el asalto fue de un valor aproximado de 300.000 dólares, es decir casi 900 millones de pesos colombianos.

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Las autoridades creen que la banda probablemente hizo una investigación sobre la lujosa reserva de vino antes de ejecutar el elaboradísimo crimen al estilo de Ocean's Eleven.

"Creemos que pudieron haber visitado la bodega previamente", dijo un vocero de la policía, según el Guardian. "Los sospechosos no taladraron esa pared en particular por accidente".

El plan debió estar muy bien organizado, pues es bastante fácil perderse en las catacumbas subterráneas, especialmente si van arrastrando cientos de botellas, unos 60 galones en realidad. Hace poco, dos adolescentes se perdieron en los túneles por varios días y casi mueren de hipotermia antes de ser rescatados.

Entre las temperaturas gélidas y el hecho de que hay unos 6 millones de restos (de esqueletos) dentro de las catacumbas, es normal que solo una pequeña parte esté abierta para los turistas. Es probable que las zonas prohibidas hayan servido de ruta de escape para los ladrones, sin el temor de encontrarse a alguien en los túneles oscuros y vacíos.

Los ladrones de vino siguen sueltos actualmente y probablemente están olfateando los corchos de algunas de las botellas y buscando la forma de venderlas sin ser atrapados.