FYI.

This story is over 5 years old.

clásico mundial de béisbol

Dos grandulones hacen historia en el Clásico Mundial de Beisbol

Anoche, Seúl presenció lo que muchos consideramos un hecho histórico para el beisbol profesional: el duelo entre el lanzador y el bateador más altos en la historia del deporte rey.

Contemplemos juntos la curiosa postal que se dio la noche del miércoles al final del último partido de la primera ronda del Grupo A en el Gocheok Sky Dome de Seúl, cuando el lanzador holandés Loek Van Mil y el primera base de la Selección de Israel, Nate Freiman, se enfrentaron.

RHP Loek Van Mill (7'1') faces 1B Nate Freiman (6'8') for likely the tallest matchup ever. We have history here in Gocheok, folks. — Sung Min Kim (@sung_minkim)March 9, 2017

Loek Mill (2.15 metros) se enfrenta al 1B Nate Frieman (2.03 metros) en lo que probablemente es el choque entre beisbolistas con mayor estatura de la historia. Amigos, estamos presenciando un hecho histórico

El tema de las gradas vacías no es lo que llamó la atención —no es la Copa del Mundo, el torneo recién comenzó y se necesita un poco de tiempo para que carburen los motores—. Sin embargo, cuando los organizadores del Clásico Mundial de Beisbol inauguraron el evento tenían en mente otro tipo de postales para enmarcar en si línea del tiempo, y no precisamente un duelo entre los peloteros más altos, posiblemente, en la historia del beisbol profesional.

Fue un hecho histórico o casi lo fue. Quizá haya habido lanzadores y bateadores más altos en algún lugar remoto de la prehistoria del beisbol, tal vez hasta se enfrentaron pero lo que importa aquí es que nadie sabe a ciencia cierta. Van Mil es el pícher más alto, hasta donde sabemos, pero esto no lo hace especial ya que sólo ha lanzado un puñado de entradas lejos de la categoría Double-A y en la liga profesional de Holanda el año pasado; además se enfrentó a un bateador que no ha jugado en las Mayores desde el 2014 y que terminó el año pasado en la Double-A, pero de todos modos regaló un pase por bola. Ambas selecciones ya habían asegurado un lugar en la siguiente ronda y el partido estaba en sus últimos suspiros. La grada como que se dio cuenta que algo estaba aconteciendo sobre el diamante, pero nada más.

De cualquier forma, el Clásico Mundial apenas comienza y esperamos que este tipo de hechos curiosos sean sólo el preámbulo de un excelente año para el deporte rey. Todo sobre el diamante requiere su tiempo. La paciencia es una virtud que muy pocos poseen en tiempos tan convulsos.