Por qué decidí pasar un tiempo en confinamiento solitario

La tarde antes de que pusieran a James Burns en aislamiento por primera vez, su madre lo llevó a ver Jurassic Park. Tenía sólo seis años pero lo recuerda como un sueño que se volvió una pesadilla: su mamá era adicta a las drogas en aquella época, y pasar un día con ella a solas era un regalo especial. Pero a las pocas horas de ver la película, su madre intencionalmente llevó a Burns —considerado por los servicios infantiles de Denver como un serio problema después de su mal comportamiento en la escuela— a un centro de salud mental.

Burns todavía recuerda los guantes de látex que usaron los empleados cuando le bajaron los pantalones y lo inyectaron con un antipsicótico para dejarlo noqueado ese día. Lo metieron a un "cuarto tranquilo", que no es lo mismo que el confinamiento solitario en la cárcel, pero es una experiencia traumática para un niño.

Ese día marcó el comienzo de una relación de más de 15 años entre un niño tosco y el sistema de justicia penal de Estados Unidos. Cuando tocó fondo, dice Burns, robaba a narcotraficantes locales y cometía crímenes violentos, aunque no era el miembro más sádico o volátil de su pandilla. El tiempo que Burns pasó dentro estuvo salpicado de estadías continuas en confinamiento solitario, en varias ocasiones cuando era un niño y después en la prisión estatal.

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En vista de lo anterior, que Burns decidiera pasar voluntariamente 30 días en confinamiento solitario en la Cárcel del Condado de La Paz en Parker, Arizona, transmitiendo en vivo cada momento tras las rejas en VICE.com, a partir del lunes, podría parecer algo extraño. Pero Burns espera que esta experiencia ayude a iluminar el rincón más oscuro del sistema de justicia penal de Estados Unidos.

"No quiero envenenar el oído de nadie, quiero iniciar una conversación", dice Burns. "¿Es algo que como sociedad debemos seguir practicando? Todo apunta a que no vuelve más seguras las instalaciones, no protege a nuestra comunidad, y hace que la gente desarrolle enfermedades mentales y físicas. Teniendo en cuenta todas estas cosas, ¿por qué seguimos con esto? Quiero que la gente realmente piense en eso".

Ve a James Burns explicar por qué se someterá voluntariamente al confinamiento solitario durante 30 días.

En esencia, el confinamiento solitario generalmente consiste en pasar "23 horas al día solo en una pequeña celda con una puerta sólida de acero, una litera, un inodoro y un lavabo", según lo describió la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) en un informe de 2014. Una de sus características es la falta total o casi total de interacción humana y luz natural, y con frecuencia se prohíben los materiales de lectura. A diferencia de la mayor parte del planeta, Estados Unidos adopta esta práctica en casi todos los niveles del sistema: las cárceles locales, las prisiones estatales y federales, y las instalaciones de salud mental. Según la mayoría de las estimaciones, entre 65,000 y 100,000 personas son sometidas a aislamiento en cualquier momento dado en Estados Unidos. El mes pasado, un estudio de la Facultad de Derecho de Yale llevado a cabo en coordinación con los directores de las cárceles estatales de todo Estados Unidos, sugirió que cerca de 6,000 reos de ese total han estado en confinamiento solitario por tres años o más. Al igual que ocurre con la mayoría de los estratos del sistema de justicia penal estadounidense, el aislamiento afecta mayormente a las personas de color.

Sería un beneficio si esta práctica de confinar a la gente en celdas estrechas y aisladas funcionara, si toda la soledad y la miseria humana tuvieran un objetivo. Pero informe tras informe (y estudio tras estudio) sugiere que el confinamiento solitario maltrata a los presos y en algunos casos puede incluso hacerlos más propensos a lastimar a otros cuando salen.

"Me marcó profundamente", explica Burns. "Hay una parte de mí que tiene miedo de tocar una puerta que cerré hace mucho tiempo, que me llevó años entender".

Esta vez, la estancia de Burns en confinamiento solitario será especial, ya que podrá pedir y recibir su liberación en cualquier momento, el personal de VICE lo vigilará vía video las 24 horas del día, siete días a la semana, y tendrá a su disposición varias provisiones de emergencia, por si llega a tener problemas médicos. Burns espera que al mostrarle a la gente la realidad cotidiana (hora por hora) del aislamiento, la conversación —a veces enmudecida— sobre estas personas olvidadas y abandonadas tendrá un avance real. Es una misión especialmente importante ahora que Donald Trump —cuyo entusiasmo por la ley y el orden fue un mensaje central de su campaña— está midiendo las cortinas en la Casa Blanca.

Burns tiene la esperanza de que todos, desde los defensores de las libertades civiles hasta los legisladores que hagan reformas al sistema judicial penal y los defensores del confinamiento solitario, presten atención.

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"En la Oficina del Sheriff del Condado de La Paz estamos muy orgullosos de nuestro centro de detención para adultos y del trabajo de nuestros oficiales", dijo el teniente Curt Bagby en un comunicado". En vista de que contamos con cámaras en nuestras instalaciones que muestran cualquier parte del proceso, nos es fácil aceptar su propuesta. Tenemos mucho cuidado de seguir las reglas que nos impone Arizona para tratar con nuestra población encarcelada. Estamos contentos de enseñarle al público general la forma en que operamos, ya que no tenemos nada que ocultar. Tenemos entendido que VICE quería hacer énfasis en la práctica del confinamiento solitario, y estamos dispuestos a mostrar cómo se hace en este lugar".

"Nos damos cuenta de que la crítica no siempre será positiva respecto a la aplicación de la ley y que otras agencias de seguridad consideran que esto es contraproducente", agregó Bagby, "pero si asistir a VICE significa el inicio de una conversación, entonces nos gustaría participar".

Aquí, con sus propias palabras, James Burns describe el tiempo que pasó dentro del sistema, cómo ha tenido éxito (en su mayoría) en superarlo, y de qué trata este proyecto.

Creo que es importante destacar que no estoy tratando de hacerme la víctima. Asumo la responsabilidad de mis acciones porque todos tenemos la decisión. Y por más fallas que tenga el sistema, yo también tomé decisiones pésimas que me llevaron a donde estoy. Las dos cosas de las que me arrepiento son, en primera, los delitos que cometí, los robos a mano armada. Y en segunda, haber sido una mala influencia para mis hermanos y los otros chicos del vecindario para quienes era un modelo a seguir y creyeron que estaba bien seguir mis pasos.

Cuando alguien menciona el término "confinamiento solitario", la gente se imagina una mazmorra oscura donde nadie ve la luz del día durante meses. Pero en realidad es lo contrario. Es como un infierno muy iluminado. Un infierno muy estéril y brillante. Pero, más que nada, el confinamiento solitario te destruye la mente. La forma en que las cosas se mueven ahí es muy eficiente y mecánica, y si realmente quieres descifrarlo, tus peores miedos de control mental y privación sensorial y todas esas cosas juegan un papel muy importante. Hasta el sonido… es prácticamente como si estuvieras en tu propio ataúd analizando la vida.

El confinamiento solitario es monotonía perpetua. Imagínate un día miserable en el que estás aburrido y multiplícalo por 100. Cuando estás ahí dentro, tus pensamientos vienen y van y nunca se calman. De hecho, cada vez son más intensos. Y luego sólo te queda tratar de dormir. Creo que todos hemos vivido algo así: cuando tratas de irte a dormir y dan las 5 AM y crees que te vas a volver loco porque no puedes dormir. Pasa lo mismo, no puedes dormir, los ruidos son cada vez más fuertes, escuchas el bullicio de la locura al otro lado de tu puerta y es extraño.

El confinamiento solitario también afecta partes del cerebro. La ciencia afirma que causa problemas, que la gente termina llena de enfermedades mentales y hasta padecimientos físicos después de salir del confinamiento solitario. Simplemente no creo que el aislamiento tenga un lugar en la sociedad moderna. Ya deberíamos haber superado eso y empezar a hablar de la salud mental, de nuevas reformas y cómo hacer que la gente mejore, no al revés.

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Casi todas las personas que están en la cárcel hoy en día van a salir en algún momento y van a ser nuestros vecinos. Son personas que estuvieron en prisiones de máxima seguridad, que llevan 15 años en confinamiento solitario y que son unos hijos de puta cuando salen en libertad. Esto crea un peligro innecesario para muchas comunidades.

No todos los que cometen un delito o han estado en malas circunstancias son mutantes, animales o monstruos; son seres humanos como nosotros. Son capaces de cambiar. Las personas cometen errores pero eso no significa que debemos excluirlos por el resto de sus vidas. Son pocos que los que pueden llevar una vida normal después de estar preso en confinamiento solitario. No digo que soy especial ni nada por el estilo. Entré en esta industria gracias a una mezcla de suerte y trabajo arduo pero, al final, el sistema penitenciario (tal como está estructurado hoy en día) no funciona para la mayoría de las personas encarceladas porque no las prepara para tener éxito.

Yo era un niño la primera vez que entré y no entendía la seriedad de lo que me estaba pasando. Me temo que esta vez habrá situaciones que me van a provocar, pero tengo la esperanza de enfrentar este monstruo cara a cara y cerrarle la puerta de una vez por todas.

Puedes ver la transmisión en vivo del confinamiento solitario aquí.