La locura tailandesa por los muñecos con alma humana
Photos By Pip Usher

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Identidad

La locura tailandesa por los muñecos con alma humana

En Tailandia se ha instaurado una nueva moda: los muñecos “Look Thep”, que se cree que poseen espíritus humanos. Nos dispusimos a conocer estos juguetes embrujados y a su creadora, una mujer llamada Mama Ning.

La zona residencial de las afueras de Bangkok se parece a cualquier otra zona residencial del mundo. Las casas individuales situadas en calles de tres carriles muestran las cosas típicas de la vida familiar: un triciclo tumbado de costado, un robusto Volvo aparcado en el garaje… Pero la deslumbrante casa de color rosa intenso de Mananya Boonme —cubierta de ornamentos, altares y estatuas de dioses hindúes— trastoca esa escena de domesticidad. Sobre una mesa, en el jardín delantero, una cesta contiene varias cabezas de muñeco sin pelo. Todas tienen la mirada perdida.

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Boonme, que claramente es la vecina excéntrica del barrio, también es la mujer tras la última locura sobrenatural de Tailandia. Dentro de su casa los muñecos cubren todas las superficies disponibles. "Algunas personas crean muñecos solo para venderlos, pero yo los hago porque me encantan", afirma Boonme, más conocida como Mama Ning e inventora de los populares y controvertidos muñecos Look Thep.

Estas creaciones tan realistas, cuyo nombre puede traducirse como "niño dios", no son el típico artículo de coleccionista. Mama Ning y sus clientes creen que cada uno de ellos contiene el espíritu de un niño real que trae buena fortuna a su propietario.

Estos muñecos —que, además de "almas", incluyen pelo humano auténtico y pestañas cuidadosamente rizadas— atrajeron la atención de los medios por primera vez cuando sus propietarios empezaron a pasearlos en cochecito por la calle. El alboroto mediático alcanzó niveles febriles en enero, cuando la aerolínea Thai Smile Airways decidió vender billetes de avión para los Look Thep, que sus propietarios podían adquirir si querían que el muñeco ocupara su propio asiento durante el vuelo. "Los Look Thep son muñecos que están vivos", decía un memorándum interno dirigido a los empleados de la aerolínea, "y sus propietarios pueden llevarlos consigo en sus viajes".

"Los tailandeses creen en lo sobrenatural y en los espíritus", admite Fuengfah, una esteticista profesional de 30 años de edad con el cabello teñido de rubio. Ha pasado por casa de Mama Ning con cartones de leche para Puchita, una muñeca de cabello castaño que lleva un florido vestido de Hello Kitty y un brillante surtido de joyas. Fuengfah, que en un principio se mostraba escéptica con respecto a los Look Thep, accedió a rezar a Puchita ante la insistencia de Mama Ning. Una semana más tarde, el sueño de Fuengfah de abrir su propio salón de belleza se hizo realidad y desde ese momento se convirtió al culto de los Look Thep.

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Ahora ofrece a Puchita tratamientos de belleza ilimitados de forma gratuita y, de vez en cuando, visita el hogar de Mama Ning con ofrendas para la muñeca. "Es exactamente como kuman", añade Fuengfah con la mirada reverencialmente fija en Puchita. "Hay un espíritu humano dentro de su cuerpo".

Antes de que el budismo llegara a Tailandia desde la India, el animismo —y su idea de que los animales y los objetos (tanto vivos como muertos) poseen espíritus— era la creencia predominante. La misteriosa tradición tailandesa de kuman thong representa el papel integral que el folclore sobrenatural sigue desempeñando en la vida moderna.

Según cuenta la leyenda, kuman thong se originó durante un episodio de nigromancia. El folclore tailandés narra la historia de un soldado de alto rango llamado Khun Phaen que creó el primer kuman thong: la esposa de Khun Phaen, que estaba embarazada, deseaba verle muerto, así que él la mató antes de que ella pudiera matarlo a él. Tras asesinar a su esposa, Khun Phaen le arrancó el feto no nacido del vientre con ayuda de un cuchillo, envolvió el cuerpo del niño en pedazos de tela sagrada y lo asó lentamente al fuego. Durante el proceso, el niño se convirtió en un fantasma y su alma pasó a proteger a Khun Phaen en el campo de batalla.

Aunque la historia original es una obra de ficción, las "auténticas" deidades kuman thong son muy populares en la cultura tailandesa. De algunas incluso se dice que contienen restos de fetos que podrían haber sido robados en algún hospital y vendidos en el mercado negro. En 2012, un hombre británico de ascendencia taiwanesa fue arrestado en Tailandia con seis fetos masculinos asados empaquetados dentro de su maleta. Había intentado introducirlos de contrabando en Taiwán, donde planeaba venderlos a clientes que desearan riqueza y buena suerte.

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La locura de los Look Thep es una versión moderna del ritual kuman thong que cambia los fetos asados por almas invocadas. Para Mama Ning, estos muñecos son sencillamente una prolongación de la creencia en la magia negra, firmemente enraizada en Tailandia. "Si crees que son reales, entonces lo son. Si no crees en ello, entonces solo son muñecos normales. Todo consiste en tener fe", explica, sentada en el suelo con las piernas cruzadas mientras ella y su asistente discuten acerca de varios muñecos. Su propia devoción se hace patente en los cuidados que les prodiga: tratamientos de spa, duchas para evitar que su piel de goma se vuelva pegajosa con el calor y cepillados regulares de cabello. Para ella, estos muñecos son niños de verdad y anima a sus clientes a tratarlos con el mismo cuidado.

Fue un problema personal lo que llevó a Mama Ning hace cuatro años a recurrir a las capacidades sobrenaturales de estos muñecos. Cuando luchaba contra el mal comportamiento de su hijo adolescente, creó un muñeco llamado Nong Petch, que pretendía usar como alternativa a las rutas tradicionales de disciplina parental. "Recé y pedí que el buen espíritu de mi hijo se introdujera en Nong Petch", explica con los ojos muy abiertos y sin pestañear. Después de aquello, el cambio que ella deseaba se produjo "inmediatamente". Y no solo se corrigió el comportamiento de su hijo, sino que el muñeco —con quien se comunica a través de los sueños— también le prometió ayudarla a ganar dinero.

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Si crees que son reales, entonces loson. Si no crees en ello, entonces solo son muñecos normales. Todo consiste entener fe

Desde entonces, Mama Ning calcula que ha creado unos 1.000 muñecos y que ha vendido un número "incalculable" de ellos. Ofrece a sus clientes que elijan el color de ojos y de cabello, pero el aspecto del espíritu humano lo gestiona ella misma, invocando a una diosa hindú para que introduzca el alma dentro del muñeco. Los precios son elevados, llegando en ocasiones a alcanzar los 400 €.

Puede que las fuerzas sobrenaturales sean una parte aceptada de la cultura tailandesa, pero Mama Ning sigue experimentando enfrentamientos con los escépticos. En enero, el Bangkok Post publicó una advertencia por parte de las autoridades sobre salud mental que aconsejaba a la gente que siguiera las religiones establecidas en lugar de rezar a los Look Thep. Una semana más tarde se informó de que 20 muñecos habían sido arrojados a la basura en las inmediaciones de Bangkok. Al parecer, algunos propietarios se habían sentido avergonzados.

"Todo consiste en tener fe", insiste Mama Ning. Haciendo hincapié en que los muñecos son una creencia personal, acepta que algunas personas sigan sin estar convencidas, pero también se siente orgullosa de sus creaciones y asegura que algunos escépticos cambian rápidamente de parecer cuando conocen a un Look Thep. "Algunas personas han venido aquí y me han dicho 'No me gustan nada los muñecos', pero después han tocado uno de ellos y se han sentido golpeados por su magia". Nong Petch, la creación original que alberga el espíritu.

Nong Petch, la creación original que alberga el espíritu de su hijo, sigue siendo el favorito mimado de Mama Ning, a pesar de los cientos de otros muñecos que habitan ahora en su casa. Hoy va vestido con un traje de Spiderman y sus carnosos labios caen hacia abajo en una lastimera mueca. Hay fotos de él colgadas en la pared. "Nong Petch es muy mono, es un niño muy amoroso y atento", afirma Mama Ning mirando cariñosamente al muñeco.

¿Lo mejor de todo? "Él siempre escucha a mamá".