Hace 14 años, Thierry Henry se inmortalizaría en una estatua de bronce

De vez en cuando es sano y necesario recordar que antes de Messi y Ronaldo existieron otros magos del balón como Thierry Henry. El francés vivió sus mejores años como futbolista profesional en el club que, hasta la fecha, anhela su reencarnación en algún joven delantero de las fuerzas básicas o en la contratación de un jugador que pueda sacarlos de su mediocre monotonía de quedar siempre a un paso de lograr sus objetivos.

Se suele decir que sólo los seguidores de equipos con una larga sequía de triunfos, conocen mejor el sabor de la victoria, y que el sabor de ésta se intensifica cuando se tiene al eterno rival contra las cuerdas. Este tipo de recuerdos perduran en el imaginario de los fans toda la vida y quedan inmortalizados a lo largo de las generaciones, así como el gol de Thierry Henry se materializó en una estatua de bronce afuera del Emirates Stadium.

El 16 de noviembre de 2002, se jugaba el Derbi del Norte de Londres, Arsenal recibía en su viejo estadio al rival de la ciudad, Tottenham. Recordemos que el futbol en Inglaterra suele ser TODO EL TIEMPO más que un juego de futbol. Por más insignificantes y abundantes que sean los clásicos en cualquier división de su futbol, los ingleses lo vivirán como si fuese el último de sus vidas.

La satisfacción detonada después de clavar un gol al acérrimo rival, no pudo ser expresada de mejor forma que por el autor de aquel primer gol que inauguraría la goliza del Arsenal:

La maravillosa jugada le valdría al francés una estatua a las afueras del Emirates Stadium para quedar inmortalizado en compañía de otras leyendas del club como Tony Adams, Herbert Chapman, Ken Friar, y Dennis Bergkamp.

Thierry Henry es el máximo goleador de la historia del club londinense con 226. Vistió de rojo y blanco de 1999 a 2007, y ganó dos trofeos de la Premier League, dos FA Cups, fue "Bota de Oro" de la liga inglesa en cuatro ocasiones y levantó el premio al Jugador del Año PFA en dos ocasiones. Pero sobre todo, nos regaló increíbles gestos en la cancha que jamás creímos posibles con un esférico a los pies.