Mi vida en canciones: La música que influenció a Gera MXM

Foto por: Lalo.m.b Casi 280.000 seguidores en Facebook, 340.000 suscriptores en YouTube, millones de vistas en sus videos y miles de reproducciones en su canal de Soundcloud son las cifras que carga a cuestas Gera mxm, un joven nacido en Monterrey, México, que a sus 22 años se ha establecido como una de las caras de la nueva escuela en el rap mexicano.

Su estilo es honesto, fiel a lo vivencial, al hecho de ser un adolescente y a lo que eso significa, a lo que sus ojos ven, a lo que sus oídos escuchan, a lo que pasa en su parche. Nació en Monterrey, México, pero creció en un ghetto en San Luis Potosí en medio de partidos de fútbol en la calle, cumbias, música norteña y rap.  "Me tocó ver demasiadas cosas que es lo que casi siempre la gente cuestiona pero que yo relato. Todo lo que vi de chico, todo lo que vi durante siete u ocho años seguidos. Mi entorno fue un poquito oscuro y negativo, pero le saqué provecho y al final del día pude contar muchas cosas que mucha gente no imagina o no puede llegar a ver", me cuenta cuando le pido que me describa ese lugar en el que creció.

Le gusta la maldad y la calle, pero no en exceso, o al menos no lo suficiente como para desviarse del camino. Con tres discos encima, y un ejército de gente que grita y se pone camisetas con su nombre a donde va, todavía le cuesta creer lo que está viviendo. Su éxito y esa base de seguidores que ha cosechado, se lo atribuye al hecho de que le canta a una generación de la manera en que los hace sentir identificados con una frase, una canción, algo por lo que estén atravesando al igual que él y que les hace cantarlo.

Aprovechamos su paso por Bogotá para conocer más de su música a través de sus influencias y las canciones o discos lo han marcado a lo largo de sus discos. Le damos el micrófono.

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A mí me empezó a llamar la atención el hip hop por los discos de Molotov, me gustó mucho el de Dónde jugarán las niñas, se me hacía como muy libre las rimas, las palabras… De hecho no era rap directo, era más bien como alternativo. Cuando escuché "Gimme The Power" fue como el inicio, las ganas de decirle algo al mundo. Fue como "si tengo la voz, esta es como un arma, como un don, es como la voz del pueblo. Lo que mucha gente no puede decir lo transmiten  a través de mí". Esa canción fue muy importante. Sentí que no todo es un libro en la vida, que no todo es estudiar, que no todo era como lo que la gente decía, que había arte urbano y que la gente podía reconocer al final del día y te podía servir.

Ahí fue donde descubrí que me gustaba el rap. Con esa canción fue cuando yo estaba en el ghetto, en la calle y me creía super gansta. Me empezó a interesar más la malandreada, como el gustico ese de estar siempre con la barbilla levantada y tirando fiera, pero después fui descubriendo más cosas.

En otra etapa de mi vida empecé a escuchar Violadores del Verso y eso me marcó porque era como darme cuenta de que no es solamente decir, es las formas de decirlo. Me trabajé mucho el léxico ahí, yo creo que agarré gran aprendizaje de Kase, del maestro, como en la manera de fluir, en no tener que decir maldiciones, el no tener que ser tan obsceno, solo cuando se necesita y poco a poco.

Más adelante también me gustó algo de Apache cuando recién lo escuché, con ese flow ahí venezolano, siempre caribeño. Como que empecé a encontrar el flow en mi carrera, este se fue juntando todo poco a poco.

De Canserbero también llegué a escuchar unos temas ahí como a los 18 o 19 años. Era cuando ya estaba más fuerte, cuando ya tenía decidido qué iba a hacer. Con "Querer querernos", descubrí una parte muy importante y es que el hardcore puede ser de todo tipo, no tiene que ser agresivo, ni callejero, puede tener un mensaje hasta nostálgico, triste y sigue siendo algo real, algo hardcore.

Cuando recién cerramos lo que iba a ser el primer disco  Precipicio estaba sonando mucho las canciones de Caballeros del Plan G. "Es lo mío" habla como de que "yo sé hacerlo, yo tengo la voz, yo tengo la palabra y no tienen por qué decirme nada los vecinos, la gente, la escuela, el gobierno si este es el arte que quiere el pueblo", entonces esa canción marcó mucho esa época cuando empecé a escribir el disco.

Cuando empecé a sonar un poquito más abierto a la gente, ya tenía un disco que se llama No veo, no siento, y ahí estaba escuchando mucha música de Calle 13. En ese entonces me gustaba mucho la de "Adentro". Era como muy beats, pero elegante y eso me marcó. Me sentía como con un poder musical más fuerte y esa canción la traía todo el tiempo, porque sin necesidad de decir muchas cosas, estaba haciendo lo que la mayoría de gente en México no había logrado. Simplemente callado con ese disco a los 20 años recién cumplidos.

Ahora estoy  preparando un material que se llama Los niños grandes no juegan, ese material hace referencia a que todo mi equipo de trabajo tiene menos de  24 años y siempre que llegamos a un concierto o algo dicen "ahí vienen los niños" porque ya todos son grandes. En este momento no sé por qué traigo mucho una canción de Chance The Rapper con Action Bronson que se llama "Baby Blue", lo pongo en la carretera. Sé lo que está a punto de pasar con la carrera de todos mis amigos y la mía con este proyecto y me pone feliz. Creo que es un buen momento para esa canción.

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