Guia para comenzar a practicar el sexo tántrico
Ilustración por @fridishart
Sexo

Guía para comenzar a practicar sexo tántrico

Hablamos con Patricia Safadi, sexóloga y psicóloga, quien nos explicó cómo ingresar en el universo del Tantra.

Mi curiosidad por el sexo tántrico comenzó a raíz de la siguiente situación: hace dos meses -aproximadamente- una amiga comentó, en un grupo de WhatsApp, que conoció a un chico, tuvieron una cita y terminó teniendo el mejor sexo de su vida. Ante esta revelación llegaron una avalancha de preguntas que invadieron la conversación. A lo que ella solo respondió: Esta persona practica sexo tántrico. Pasamos horas dándonos placer. 

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Inmediatamente busqué más información. Pregunté a conocidos sobre el tema, y casi nadie tenía mucha idea al respecto, hasta que encontré a la persona que supo guiarme. 

Patricia Safadi es sexóloga y psicóloga, atiende a personas que llegan a su consultorio con cuestiones sexuales que repercuten en su psiquis y en su cuerpo. Dependiendo del problema o inquietud muchas veces aborda el asunto mediante sesiones desde el tantra. 

El sexo tántrico forma parte de una filosofía de vida llamada tantra que surgió en Oriente desde hace más de 5.000 años. La técnica tradicional del tantra habla de la expansión de la conciencia. Se focaliza en la energía, en el control del cuerpo y en la respiración. En este caso, la meditación juega un papel muy importante, ya que le permite a la mente poder concentrarse en algo específico. 

El tantra utiliza la palabra maithuna, que en sánscrito significa: unión sexual en el contexto de ritual meditativo-energético. Patricia nos explicó que “el tantra tiene que ver con vivir la vida desde el presente, conectando con cada instante que promueva la paz interior y la relajación, y en este caso, el sexo es una buena ocasión para generar momentos de mucha presencia. Una buena conexión sexual, con uno mismo y con otro es una experiencia fuerte. Teniendo esto en cuenta el sexo tántrico se basa en la presencia de cuerpo y alma que se conectan”.   

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La técnica tradicional del tantra habla de la expansión de la conciencia. Se focaliza en la energía, en el control del cuerpo y en la respiración.

Cité a Patricia en una conversación virtual para entrevistarla y también para que pueda aconsejarme sobre cómo comenzar con esta práctica. Necesitaba despojarme de todos los mitos y prejuicios que lo rodeaban y conocer algo diferente que me ayude a escapar de la rutina. Ella me pidió que, ante todo, me sienta cómoda y me saque todas las dudas posibles sobre el tema. 

“Entiendo que hablar de la propia sexualidad es poco habitual para las personas en general, más aún cuando su idea es interiorizar en un aspecto vulnerable” comentó. 

“¿puede ser que el sexo tántrico requiera horas y horas para llegar al objetivo?” “¿es posible practicarlo si sos una persona ansiosa?”, “Quizás es un prejuicio”, le dije. Le confesé a Patricia que en mi universo sexual estaba acostumbrada a ir por un objetivo claro: llegar al orgasmo de manera más o menos rápida. 

“Por un lado, en esta búsqueda de conexión, los objetivos y las metas no son importantes. Aquí lo fundamental es vivir una experiencia combinando los opuestos: excitación y relajación. Por el otro, creo que es un buen entrenamiento para personas ansiosas. Practicar el tipo de acercamiento más lento, con toques que se van moderando, que trabajen la escala de excitación. De menos a más, de zonas menos sensibles a más sensibles, con estímulos más suaves a estímulos más intensos”. 

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Según Patricia, el objetivo principal del sexo tántrico no es llegar rápidamente al orgasmo. “El tantra habla de dos tipos de orgasmos, el orgasmo cumbre y el orgasmo valle. El orgasmo cumbre está relacionado con el orgasmo occidental. Es hacer para llegar. Se trata de generar estímulo para favorecer una escala de excitación, que deja paso a la explosión y a la descarga. El orgasmo valle u orgasmo tántrico, no busca esta ascendencia de excitación que sube y sube, no se centra en el hacer sino en el estar. Busca un punto de excitación que se sostiene. La prolongación, la conexión y el tiempo de unión entre las personas involucradas fortalecen la focalización y la presencia de los cuerpos. Y cuando esta excitación disminuye, moderamos, suspendemos y volvemos a empezar”. 

Aquí lo fundamental es vivir una experiencia combinando los opuestos: excitación y relajación.

En la sociedad occidental la penetración es la interacción sexual que más trasciende. Sin embargo, el tantra no centra la búsqueda del placer en la penetración o en el orgasmo cumbre, sino que busca una excitación permanente, prolongada, que no explota. Según Diana Richardson, autora de “Sexo tántrico para hombres”, “El corazón del sexo tántrico” y “El orgasmo tántrico para mujeres”, tener sexo tántrico es tener sexo meditando. Ella explica que, en contra de la creencia popular, la meditación puede llevarse a cabo con más facilidad durante el acto sexual, ya que la intensidad del placer físico que este acto genera nos ayuda, e incluso nos fuerza, a pensar en lo que está sucediendo durante ese momento. 

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¿Cómo podemos comenzar a practicarlo?

Patricia explica que el comienzo puede ser a través de la creación de estímulos placenteros. Pueden ser auditivos, a través de una música, con un aroma, bajo una iluminación adecuada, con frutas o jugos. Accesorios o combinaciones que estimulen los sentidos, los despierten y contribuyan a la concentración.

También es fundamental que en el momento de la intimidad sexual corra buena energía entre las dos personas. “Buena energía significa: sentir comodidad, sensación de bienestar y tranquilidad. Que haya buen karma en ese ida y vuelta con el otro. No hace falta conocerse mucho sino que ambos quieran experimentar una experiencia sexual diferente”.

Existen diferentes tipos de meditación que ayudan a focalizar la atención en el propio cuerpo, la circulación de la energía y la conexión con la pareja. El maestro taoísta Mantak Chia sugiere, por ejemplo, la técnica de la sonrisa interna. “Se trata de sonreír y mientras sostienes la sonrisa imagina tu energía desplazándose por tu cuerpo hacia abajo, ahora más enriquecida”. Los sabios decían que cuando una persona sonríe los órganos liberan poderosas secreciones que alimentan todo el cuerpo, renovando y nutriendo la energía sexual. 

El sexo puede evocar y liberar emociones. La autora del libro “Sexo Tántrico”, Claudia Blake, aconseja que la energía sexual puede generar reacciones inesperadas, como es la necesidad de llorar, o sorprenderte riendo a carcajadas sin razón alguna, o permanecer en silencio. Y es fundamental aceptar esa recepción de emociones que pueden llegar. 

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“Uno es amo de su mente y es capaz de llevarla allí donde quiero que esté. Meditar es focalizar intencionalmente hacia un estímulo. Tener sexo puede convertirse en una meditación activa al llevar toda la atención a esa experiencia,  aquietando así, todos los otros pensamientos. La capacidad de tomar el control de la propia mente, es algo que uno puede practicar en cualquier momento de la vida”, concluye Patricia. 

Masturbación tántrica

¿Puedo practicar sexo tántrico sin estar en pareja? ¿Existe la masturbación tántrica como tal?

La masturbación tántrica existe como tal. Según Patricia, esta práctica se ensambla mejor con algunas propuestas del Tao más específicas, que tiene que ver con la focalización del autotoque, el autoerotismo, y en poder distinguir el orgasmo de la eyaculación. El orgasmo como una experiencia emocional y física y la eyaculación como un reflejo. Este entrenamiento no es fácil y es muy pretencioso para la cabeza de la sociedad occidental. 

En este caso, cuando hablamos de eyaculación hablamos de eyaculación masculina. Pero la capacidad de moderar los estímulos para sostener la excitación sin precipitar el orgasmo es igual de difícil para todas las personas sin importar el género.

“Las técnicas que se proponen para este objetivo sirve para aplicarlo en los hombres que sienten que no tienen el control de sus tiempos. Ahí el ejercicio de la masturbación ocupa un lugar muy importante porque el moderar el estímulo para ir de menos a más tiene mucho de concentración del propio cuerpo y de las sensaciones que experimenta. Es importante ese conocimiento, y saber cuándo moderar los estímulos, para entender cuándo respirar lentamente, bajar el ritmo cardiaco y empezar a tomar lentamente el control de sí mismo en el marco de la masturbación”.

Una relación sexual tántrica busca prolongar los tiempos y ve al orgasmo como una pérdida de energía. Se puede lograr estados de mucho placer y climas altos sin esa necesidad de llegar al orgasmo. Esto no quiere decir que una pareja no quiera alternar estos encuentros largos y profundos con otros rapiditos o con una descarga de energía momentánea. Las personas que practican sexo tántrico no necesariamente lo aplican en todos sus encuentros. Patricia sostiene que “es favorecedor poder alternar y evitar la rutina”. “No siempre estamos igual, no siempre tenemos la misma energía o la misma capacidad de concentración, por eso, es importante sentirse libres de mandatos y prejuicios para dejar fluir cada momento sexual” .

Una relación sexual tántrica busca prolongar los tiempos y ve al orgasmo como una pérdida de energía.

“Una de las metas del Tantra es justamente liberarse de los condicionamientos y encontrar la propia autenticidad. Para que sea posible la verdadera sanación es necesario que reconozcamos y hagamos conscientes estos mensajes recibidos y liberarnos de mandatos que nos controlan y no nos permiten desplegar la propia identidad sexual”.