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Green Bay Packers

Los Packers de Rodgers y McCarthy necesitan despertar lo más pronto posible

Aaron Rodgers y Mike McCarthy no están cumpliendo con su trabajo, y su equipo no volverá a ganar si no ponen manos a la obra.
Photo by Jeff Hanisch-USA TODAY Sports

Los Packers de Green Bay se han quedado dormidos desde la mitad de la temporada pasada, pero es tiempo de despertar y enfrentar la realidad: Aaron Rodgers y Mike McCarthy no están cumpliendo con su trabajo, y su equipo no volverá a ganar si no ponen manos a la obra.

El mes pasado, Rodgers declaró a los reporteros que los medios, "no saben qué jugadas ponemos en práctica, no saben cómo se ejecutan, y no conocen en qué fallamos durante la ejecución". Técnicamente tiene razón, pero cuando Rodgers cuenta con una excelente protección y un grupo de profundos bien pagados que no saben desmarcarse, sabemos que algo anda mal. Cuando Rodgers, el indiscutible rey de la clasificación de los mariscales de campo, obtiene estadísticas como las de Brian Hoyer, todo parece catastrófico.

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El índice de pases completos en su carrera (64.9 por ciento), el índice de anotaciones (6.3), y eficacia en sus pases (103.5) son de lo mejor que podrás encontrar. Esta temporada, si dejamos de lado a los Lions de Detroit, los números de Rodgers son vergonzosos: 59.9 por ciento en pases completos, 3.8 por ciento en anotaciones, y 2.6 en intercepciones. Si incluimos el partido ante los Lions, el panorama luce mucho mejor —60.2/5.5/2.2/88.4—, pero aún así muy cerca de ser, si no es que ya lo es, el peor en su carrera.

Mike McCarthy, el entrenador en jefe, ha recibido críticas de todo tipo en diferentes ocasiones desde que, junto con Rodgers, conquistó la NFL en 2010; las críticas son similares a las que soportó cuando los Packers obtuvieron una marca ganadora de 15-1, todo para que quedaran eliminados en su primer partido de postemporada, o cuando fueron apaleados por Colin Kaepernick (dos veces), o cuando regalaron el campeonato de la Conferencia Nacional en 2014 a los Seahawks de Seattle con la peor serie de decisiones de un entrenador jamás antes vistas.

A pesar de todo lo malo, McCarthy aún puede echar mano del mejor mariscal de campo de su generación (tal vez de cualquiera). Sin importar si su juego terrestre estuvo genial o terrible, o si la defensiva lució bien o mal, los Packers estuvieron a nada de vencer a cualquier equipo, en cualquier lugar, y en cualquier momento, gracias a Rodgers.

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La magia se les acabó hace más de un año.

No sólo Rodgers y McCarthy no han intentado hacer cambios evidentes para ajustar su plan de juego, sino que han repetido descarada y repetitivamente lo que no les funciona. Como si fuera poco, siguen insistiendo que todo lo que necesitan hacer es apretar el interruptor.

"Es obvio que tenemos que darle la vuelta a esta situación rápidamente", McCarthy le dijo a Bob McGinn del Milwaukee Journal Sentinel. "Fue una actuación decepcionante para nosotros. Tenemos un estándar al que siempre aspiramos y no lo logramos".

"El pase para Randall habría sido muy bueno", comentó Rodgers, refiriéndose al pase que lanzó por encima de la cabeza de su receptor desmarcado que cobra 10 millones de dólares al año. "Obviamente la pérdida de balón nos mató. No di con Richard. De ahí en adelante me sentí mejor. Creo que mis movimientos estuvieron bien esta noche". Por sus comentarios, podemos concluir que Rodgers considera una derrota en casa de 30-16 ante el novato mariscal de campo de los Cowboys una mejora, excepto por los tres errores que pudieron evitarse.

Díganle eso a los fanáticos de los Packers quienes abuchearon a su equipo y dejaron el estadio en la segunda mitad, después de celebrar a Brett Favre por formar parte del cuadro célebre de los Packers.

Este nivel de juego es inaceptable para un equipo con tanto talento, sin importar si Rodgers "sabe" algo que los medios desconocen. A Rodgers y McCarthy se les acabó el tiempo y las excusas. Tienen que aceptar sus faltas, de otra forma la única franquicia de la liga propiedad de los aficionados tendrá que tomar cartas en el asunto.