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El Arte del Alcance y la Distancia

El alcance es considerado como un atributo para un peleador desde que comenzaron las peleas con guantes, pero a menudo se interpreta mal.
Photo by Tannen Maury/EPA

El mundo de las peleas y la guerra en general siempre ha sido gobernado por la distancia y alcance. Se notó en la introducción de armas de fuego y artillería, y de nuevo en la carrera por desarrollar medios y sitios a los cuales entregar las cargas nucleares durante la Guerra Fría. Si puedes llevar tu artillería a quince kilómetros de distancia de la artillería enemiga y aún así dentro de tu alcance para atacar, estás bien. Y entonces un hombre que usa bien su distancia en una pelea de puños debería poder controlar la pelea y mantener al oponente al final de sus golpes.

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Pero en una pelea dinámica y a corta distancia una ventaja de alcance es una ventaja en teoría únicamente. No modifica las probabilidades en una pelea mala, sino que debe ser algo significativo en cada momento de la pelea. La razón por la que Jon Jones y Lennox Lewis son tan excelentes no es por su alcance sino porque lo usan constantemente y eso hace la diferencia en cada pelea. Los alcances de ochenta pulgadas no son difíciles de encontrar en el mundo de las peleas y aunque muchos peleadores amateur piensan en lo mucho mejores que serían con un par de pulgadas más de alcance, el número de peleadores de calidad que son verdaderamente capaces de usar su ventaja de alcance es diminuto.

Para el hombre de mayor altura los golpes rectos son los buenos. Los golpes con curva son cortos, amplios y el oponente se pueden adelantar atravesándolos. No puedes adelantarte hacia un jab, un recto de derecha o una patada frontal si va bien colocada. Reitero: si el golpe va bien colocado. Y es la razón por la que muchos hombres fallan. Se puede pasar horas y horas puliendo la forma del jab y preparándose para conectarlo y puede servir de nada. Cada golpe recto que se lanza rápidamente, es muy peligroso para cualquiera que esté en su camino, pero no sirve de nada si se coloca una pulgada a la izquierda, derecha, arriba i debajo de su objetivo. En el instante que falla crea un hueco en cualquier área de las artes marciales, ya sea en el suelo o en la pelea de pie.

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Claro que es un hueco momentáneo. Si el peleador de menor estatura comienza a moverse cuando el golpe falló, otro jab o recto de derecha puede recibirlo. Pero si el peleador de menor estatura tiene el hábito de moverse constantemente y tiene la reacción de evadir y cerrar la distancia habiendo entrenado en sus reacciones, se convierte en una pesadilla para el peleador más alto. El movimiento constante sobre Joe Frazier y Mike Tyson provee dos ejemplos para esto. A través del movimiento evasivo y presión hacia delante, convirtieron cada jab en un riesgo, en lugar de intentar deslizarse y dar un paso solo cuando el oponente lanzaba el golpe.

Pero todo se reduce al cálculo del tiempo. El instante, esa décima de segundo de diferencia entre el jab conectado y el jab fallado, entre el desastre y la oportunidad. Y eso es lo que separa aprender a lanzar un jab que luce perfecto y en verdad mostrar excelencia al lanzarlo, es una relación entre dos personas y no solo una lanzando su técnica y la otra simplemente siendo el objetivo. Cuando Tyson no calculaba bien sus golpes, cuando caía en una finta y recibía un jab, lucía indefenso. Como cuando lució torpe enfrentando a un espectacular Buster Douglas o contra el antes mencionado Lennox Lewis.

La ventaja de alcance aumenta con los golpes conectados, y se debilita con cada golpe fallado o cuando termina respondido con un contra. En ninguna parte esto es tan evidente como en las dos peleas de Badr Hari contra Semmy Schilt. Schilt había sido intocable durante su carrera como peleador de kickboxing, un gigante con la técnica más precisa y agallas para pelear que se hubiera visto en un hombre de ese tamaño. Un karate zurdo, dominó el jab y la patada frontal con la pierna adelantada. Esta patada, una patada frontal con arco desde el suelo en lugar de con un empujón como las que se usan en el muay thai tradicional, teep o neb, le quitó el aliento a docenas de oponentes a lo large de la carrera de Schilt y no les dio oportunidad de contraatacarlo.

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Tan frustrados estaban la mayoría de sus oponentes que eventualmente comenzaban intentar evitar la pierna de Schilt y recibían un poderoso jab en el camino.

La patada frontal también puede ser elevada en un ángulo de cuarenta y cinco grados al hígado que es conocida como sankaku-geri o patada de triángulo. Y finalmente el paso que hacía Schilt en el movimiento preliminar de la patada escondía perfectamente la patada alta de izquierda con la que atrapaba a sus oponentes por sorpresa.

Cuando Schilt enfrentó al novato Badr Hari en mao de 2009, Schilt se propuso hacer las mismas cosas que había hecho en cada pelea. Proponiendo las mismas interrogantes sin fallar al responder a cada golpe. Excepto que Hari no lo permitió. Para mitigar la patada frontal de izquierda y la patada de triángulo, Hari utilizó un bloqueo cruzado. Es raro ver esta técnica en el kickboxing, es una defensa ocasional que se usa más cuando te lanzan una patada mientras estás apoyado en el pie equivocado. Excepto que sirvió tanto como un bloqueo para la patada de triángulo como para bloquear el camino para otros ataques. Cada vez que Schilt pateaba, era lanzado fuera de la línea de ataque y Hari se adelantaba lanzando la derecha. Schilt cayó al tatami dos veces en el primer minuto y la pelea fue finalizada mientras Schilt sufría su primer derrota por nocaut en cinco años.

Cuando ambos se enfrentaron de nuevo en diciembre de ese año, Schilt estaba bien preparado y ahora fue Hari quien terminó atrapado en el alcance de Schilt. Las patadas de Schilt fueron colocadas con más cuidado, se contuvo y cuando Hari se deslizaba evitando una de las patadas de Schilt, Hari recibía un jab. Después de recibir el primer golpe y caer a la lona, todo salió de control para Hari. Terminó cayendo en el alcance del gigante, agotado, y fue noqueado con una patada a la cabeza.

La idea de la ventaja de alcance es una de las partes más inútiles de los deportes de combate. El alcance es solo eso, alcance. Puede ser una ventaja, pero de la misma manera puede ser una desventaja enorme. Los golpes son más largos y el índice de efectividad es mayor, pero también lo es la recuperación de los golpes y la incomodidad de pelear a distancia y quedar atrapado en el clinch. En rara ocasión se reduce a los fundamentos de un jab o una patada frontal en los niveles más altos del deporte, porque todos los golpes pulidos en el mundo no significan nada si el peleador de menor altura puede convencer al más alto de lanzar un golpe o ese jab antes de lo debido.

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