¿Debe o no haber filtros en los clubes?
Ilustración: Sara Pachón.

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Música

¿Debe o no haber filtros en los clubes?

En este nuevo enfrentamiento Juan Pablo y Nathalia chocan argumentos sobre un tema que nos compete a todos en la escena. ¿Cuál es su opinión?

Ilustración: Sara Pachón.

A favor y en contra van a estar Juan Pablo López y Nathalia Guerrero, reflexionando sobre diferentes situaciones que se generan actualmente en la música y la cultura electrónica alrededor del mundo. Ahondando en diferentes problemáticas, cada uno argumentará posturas que muestran dos visiones diferentes: a favor y en contra, el sí y el no. Decida usted qué bando escoger. ¡A pelear!

¿Qué tan aceptables son los filtros en las discotecas de música electrónica?

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Nathalia en contra de los filtros

Pienso que, como casi todo, la fiesta también es un acto político, y está llena de dinámicas de poder. Desde el precio de una cerveza, hasta la manera en la que pedimos un cigarrillo, pasando por las pintas y obviamente los filtros en las entradas, todo está denotando una red de poder invisible. Y cuando entramos al lugar, después de un scanner riguroso que nos hacen para determinar en cuestión de segundos nuestra procedencia social, ingresamos a la dimensión del territorio privado, a una jurisdicción por la que pagamos para entrar y que nos toca obedecer.

Pero todas las dinámicas de esta jurisdicción funcionan alrededor de uno de los elementos más democratizadores y liberadores del mundo: la música. Entonces, ¿por qué llenar de obstáculos algo que tiene derecho a escuchar todo el mundo? La música es de todos. No hagamos de ella algo que genere y ahonde las brechas sociales, tan anchas y largas en nuestro país.

No quiero irme al extremo tampoco. Estoy totalmente de acuerdo con los filtros que velan por la seguridad de los asistentes a un club. No digo que un filtro no sea necesario cuando la integridad física y psicológica de la gente dentro de un sitio se vea comprometida: personas que porten armas, botellas de vidrios, personas que estén ebrias y con ganas de bonche… nada de eso deberían dejar entrar. Solo no utilicen la música para justificar clasismos y discriminaciones, a todos nos gusta bailar.

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Juan Pablo a favor de los filtros

La palabra clave aquí es el respeto, y tanto usted como yo, sabemos que hay gente que no sabe comportarse. Voy al grano: un filtro es esencial en un club para que una institución de música electrónica se vuelva sagrada, para que cumpla su real intención, que es conectarse con la música y amigos que entienden que ir a un club no es un asunto cosmético, de visajes o de medirse aceites viendo quién es quién.

Estoy a favor de los filtros simplemente para que se construya un ambiente de unión y liberación absoluta. Por más hype que tenga en este momento, precisamente el éxito de Berghain radica en que nadie se va a escandalizar si ve a un hombre chupándole la verga al otro en la pista, y porque, sin ser todos unos eruditos techneros, saben de qué trata el cuento. El exigente filtro del club al alemán, es lo que permite que ocurra dicha vibra y ambiente adentro. Un filtro se debe enfocar en cuidar la cultura, concepto y visión de un sitio. Un bouncer debe proteger y velar para que los ideales de culturas tan bonitas como la electrónica, no se malinterpreten.

La conclusión es sencilla: sin filtro hay inseguridad, sin filtro no hay negocio y sin negocio ni siquiera existirían los clubes, punto. Ahora, el filtro no debe discriminar clase social, raza o pinta, aunque sabemos que muchos de los clubes colombianos montan filtros es para esto. Por ello, quisiera instalar una iniciativa para que replanteáramos los filtros en Colombia y procuráramos que los parámetros para entrar o no a una discoteca cambien. Que no sea el dinero, que sean las ganas sinceras de vivir la cultura. Mi visión de filtros no segrega, antes unifica y fortalece movimientos abiertos a cualquiera que desee experimentar y respetar las tradiciones, ya sean techneras, hardcoreras y hasta reggaetoneras. Que entre el que quiera, pero sabiendo que adentro nadie es más que nadie y que hay reglas necesarias para que la magia, sea cual sea, ocurra.

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