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Comida

Los americanos no se cansan del café asqueroso

Un verdadero americano no se mete con café fino, negro tostado y difícil de preparar. Un verdadero americano gusta del café económico y fácil de encontrar.

El café de la mañana es un ritual. Tal vez cuando el día te saluda te cuelas suavemente en tu cocina y, mientras remueves los restos de sueño de tus ojos, mides cuidadosamente la cantidad de tus costosos y torrefactos granos de café, los mueles y los transfieres a tu prensa francesa. Después de llenar la jarra de vidrio con agua agua a 93ºC, colocas 5 minutos en el temporizados y esperas ansioso por tu taza perfecta de café. En pocos minutos, la ambrosía de la experiencia cafetera será tuya y la sorberás.

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O, muy probablemente, actúas como gringo y avientas café molido a una cafetera drip, enciendes el interruptor y bebes un café amargo muy por debajo del estándar justo antes de apresurarte a salir. Y, ¡Qué carajo!, te gusta.

No, en serio, te gusta. De acuerdo a nuevos datos proporcionados por la firma de investigación de mercado Euromonitor, los gringos aman el café malo. A pesar de las evidencias que muestran lo contrario —la proliferación, en recientes años, de las cafeterías 'artesanales' como Blue Bottle o Intelligentsia— la información de Euromonitor muestra que, en general, los gustos de los estadounidenses se inclinan hacia los granos molidos de marcas como Maxwell House. Si lo aceptamos, podemos ir tranquilos a alguna cadena de cafeterías como por supuesto Starbucks o su feroz competidor Dunkin' Donuts.

El amor de un estadounidense por Dancing with the Stars y The Voice, además de la predilección por el café 'asqueroso' no necesariamente es atribuido al mal gusto. Quizás, como Howard Telford de Euromonitor dijo a The Washington Post, es la presión en la cartera la que está alimentando nuestro hábito de Nespresso. "El precio es importante porque si no puedes costearlo, no puedes comprarlo", dijo.

Aún más importante para los bebedores de mal café es la comodidad: si el café tarda demasiado en preparase, no lo quieren. Tal vez lo más impresionante de la revelación de Euromonitor es que el absolutamente asombroso crecimiento en las K-Cups, esas cápsulas precargadas de café que parecen producto de higiene femenina. En los últimos 10 años, las ventas de café se han incrementado en un 138 por ciento. En 2014 las ventas anuales alcanzaron los 4 billones de dólares. Keurig, productor de las K-Cups, ahora controla más del 20 por ciento del mercado de café en Estados Unidos.

"La comodidad es una de esas cosas que realmente está cambiando tendencias en la actualidad", dijo Telford acerca del incremento en las dosis de café. (La respuesta de la Madre Tierra podría ser algo como "Dios santo, ¿por qué?", ya que las cápsulas de plástico se acumulan en los basureros a ritmo bastante destructivo.)

La preferencia de los americanos por el café económico y fácil de encontrar refleja fielmente su amor por la cerveza barata y fácil de conseguir. Budweiser mantiene su primer lugar en las ventas de todo el país, excediendo los 8 trillones de dólares en sus ventas de 2013. Por mucho que Bud haya capitalizado su "macro" estatus en su más reciente publicidad durante el Super Bowl, los comerciales de cafés de gama baja tienden a agitar la accesibilidad a las cervezas. Pensemos en la campaña de DD "America Runs on Dunkin"o echemos un vistazo a este reciente ejemplo de Maxwell House: