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Comida

La mayoría de los vegetarianos empedernidos son en realidad unos flojos

Los vegetarianos y veganos tienen ideas éticas fuertes sobre los animales, la salud y el ambiente, pero un nuevo estudio menciona que muchos de ellos se rendirán mucho antes de lo que crees
Hilary Pollack
Los Angeles, US

Hay grandes posibilidades de que en algún momento de tu vida, hayas barajado la idea de convertirte en vegetariano, o hasta tal vez lo hayas hecho y dejaste las hamburguesas y patitas de cerdo por un par de meses, o años, o décadas. Hayas soportado las incomodas festividades, las miradas inquisidoras de las meseras y las insoportables conversaciones de tu tío que ama cazar por recreación. Te hiciste amigo del tofú, hiciste chistes con el "seitan", y hasta tal vez convenciste a algunos amigos de imitarte.

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Pero sin embargo, hay también 83 porciento de probabilidad de que hayas vuelto a comer carne.

Un nuevo estudio del Consejo de Investigación Humana encuestó a cerca de 11.400 norteamericanos sobre sus opiniones acerca del bienestar animal y encontró que mientras alrededor de 2 porciento de adultos son vegetarianos en la actualidad, cinco de seis eventualmente volverá a una dieta omnívora. Como resultado, hay cinco veces más ex vegetarianos y veganos por ahí – alrededor de 10 porciento de la población – que de los que lo son actualmente. Sin embargo, mientras un pasmoso 86 porciento de los vegetarianos abandonaron su estilo de vida sin carne, sólo un 70 porciento de los veganos lo hicieron.

Más de dos tercios de los antiguos descarnizados son mujeres (69 porciento) y la mayoría fueron empujados a eso por razones de salud, y no por una postura ética o medioambiental. Menos de la mitad mantuvo la dieta sin carne por más de un año. Si has sido vegano o vegetariano por más de 365 días, felicítate a ti mismo por tener más determinación que la mayoría ambivalente.

Cuarenta y tres porciento de los vegetarianos o veganos fallidos sintieron que las implicaciones de todo o nada de lo términos – y el tipo de puridad dietaria requerida para mantener el título – fueron importantes contribuidores en sus derrotas. ¿Puedes aún llamarte vegano si comes accidentalmente una tostada con mantequilla? ¿O vegetariano, si te tomas un caldo de pollo porque estas resfriado? Para algunos, el enfoque dogmático es demasiado intimidante.

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¿Sino por qué otra razón todos son tan malos en mantener una simple resolución –y una que está fuertemente basada en una mejor salud, una disminución significante de los gases de carbono, y un sentido alto de moral?

Le pregunté al profesor de psicología de la Universidad de Western Carolina, Hal Herzof, autor de "Algunos amamos, algunos odiamos, algunos comemos: Por qué es tan difícil pensar correctamente sobre los animales" y el escritor de Psychology Today, para que nos dieran su opinión. "Me sorprendió que el número fuera tan grande," me dijo Herzog. "Lo que realmente me sorprendió fue el número de veganos que dejo de serlo. Uno de mis estudiantes y yo hicimos un estudio en el que entrevistamos, a la gente que decidió volver a comer carne".

La razón más común por la que los entrevistados de Herzog volvieron a la carne fue debido a preocupaciones de salud auto-diagnosticadas – un problema para cerca del 35 por ciento de ellos. Pero para el 25 por ciento, fue primariamente un "factor de molestia", como lo pone Herzog - era más difícil para ellos mantener la dieta en términos de conseguir comida de buena calidad, cuando iban a restaurantes y no tenían ninguna opción."

Cerca de un quinto de los participantes habían desarrollado antojos de carne, y alrededor del 15 por ciento culpaban a los "factores sociales," como el sentirse incómodamente solo en situaciones grupales o el no recibir ningún tipo de apoyo de sus amigos.

Una advertencia interesante que Herzog notó: "Encontramos, como lo hizo el C.I.H., que muy pocas personas habían empezado a comer carne a causa de cambios fundamentales en sus éticas. Sólo un tres por ciento dijo, "Oh, ya no creo más en eso de los derechos de los animales." En vez, Herzog cree que la gran mayoría de los desertores vegetarianos o veganos aprenden a vivir con sus inconsistencias morales en vez de realmente cambiar sus opiniones acerca de los problemas que rodean el comer carne.

Aunque él estudia (y ha escrito un libro sobre el tema) las relaciones humano-animal, Herzog no es vegetariano. "No lucho con eso para nada," explica. "He hecho las paces con el comer carne. Pensé mucho sobre eso, he estudiado e investigado yo mismo, y conozco los problemas éticos." Dicho eso, Herzog no va a entrar en un debate sobre el tema con sus amigos vegetarianos. "La razón es que sé que voy a perder en esas discusiones…sé lo suficiente como para darme cuenta de que me van a ganar en cada punto.

Así que escuchen desertores: sabemos que todavía sienten un poco de remordimiento cuando hunden sus dientes en una hamburguesa con queso. Pero también sabemos que aprendieron a ignorarlo.