​Ahora sí les brincaron los Azulejos

Parecía que todo el Canadá estaba pendiente de lo que sucedía en la alfombra del diamante artificial tendido en el ahora Rogers Centre, el antes conocido como una maravilla de la modernidad, el "Sky Dome".

Marcus Stroman tenía que salir a la de a fuerzas bien macizo con los disparos al pentágono y así lo fue, más o menos con sus turbulencias y dejó ganado un juego que pudo ponerse piñatísima para los Azulejos después de su salida.

Stroman lanzó 94 pichadas, pero sus compañeros del relevo debían hacer la chamba y es ahí donde ya andaban regando el moco en el atole…

A Liam Hendriks le ensartaron tres carreras y al "chamaco" mexicano Roberto Osuna otra más, todas en una novena turbulenta, de esas que no quieres ver.

Al final los Azulejos se acercaron en una serie, a pesar de quien estuvo fatal y John Hirshbeck en el plato se pasó de lanza contra ¡los locales! Con conteos donde le abría la zona a los lanzamientos visitantes y además expulsando sin miramientos al "Tulo", así, mal plan el tipo.

Los Ex Mets Chris Young (KC) y para los locales el nudillero R.A. Dickey abrirán el juego de esta noche. La verdad con Dickey es un volado, pero, les tiró siete sólidas entradas sin carrera a los mismos Reales en agosto, eso bien puede ser un dato canijo.

Por el otro frente, andan los Cachorros con que traen mucha onda, que en casa van a ver lo que es bueno y la verdad es que algo así muy choncho van a tener que sacar ante "el greñas" Jacob deGrom, quien va por su tercera victoria del playoff esta nopche en el Wrigley Field, de la ciudad de los vientos.

No tienen mucho para dónde hacerse los oseznos, es decir, ganar lo es casi todo para ellos, pues una tercera derrota –además de las a veces odiosas estadísticas- los pondría mañana con la necesidad de mandar a la lomita a un Jason Hammnel, un veterano quien no es la mejor carta.

Evitar usar a Jon Lester con tres días de descanso habla un poco de lo atado de manos que puede estar Joe Maddon en esta situación ante su público en Chicago, de ahí la importancia de salir a ganar o ganar para los Cubs.

Ahora bien, o modifican esa idea de querer ganar a palos, o la anemia ofensiva se convertirá en desesperación, algo que ha hundido muchos enormes buques en esta fiesta llamada playoff.

De las dos series, parece que la de la Liga Americana es la que va para largo: Toronto definitivamente quiere sangre real…

Ya, estense quietos, ¡vean mucho beis!

Gracias, beisbolígenas.