Cuando Manchester United viaje a Stamford Bridge este domingo, el juego será visto como la primera oportunidad de José Mourinho para concretar su venganza. Luego de haber sido despedido por el Chelsea en diciembre pasado por una espantosa serie de resultados que los colocó hasta el lugar 16 de la Premier League, el "Special One" seguro tiene algunos recuerdos no muy placenteros qué exorcizar en su regreso al oeste de Londres, y ni su legado en Chelsea, ni su sentimientos, lo detendrán para querer llevarse una victoria humillante. Ya que jugadores como Cesc Fábregas, Diego Costa, Eden Hazard, entre otros, siguen en el equipo, Mourinho se verás las caras con un puñado de futbolistas que fueron cruciales para su despedida, de los cuales, se dice, algunos no terminaron bien con el portugués por la forma en que se comportaron en los meses finales durante su cargo. Su oportunidad para humillarnos en su césped es algo que disfrutará de conseguirlo, preferiblemente si Roman Abramovich está presente.Si hay algo que define el cargo de Mourinho como entrenador en la actualidad es precisamente la angustia. Puede en su estancia en Chelsea no haya tolerado el comportamiento inmaduro de sus jugadores, pero tampoco se salva de disfrutar el adolescente que lleva dentro. En ausencia de su éxito inmediato en el United, ha optado por acomodarse en su postura tradicional de "yo contra el mundo". Nada le favorece por el momento, ya sea el calendario de partidos, los árbitros o sus jugadores y sus actuaciones para el olvido. Esto lo motiva, y por eso desea más que nada hacer un partido avasallador en Stamford Bridge.Pero cabe preguntarnos si su angustia será suficiente para motivar a sus jugadores. Podríamos decir que fue el exceso del mal carácter de Mourinho lo que le propició su salida del Chelsea; también se dice que los jugadores se vieron afectados por su régimen negativo y paranoico. Seguro, no ha dejado atrás su predilección de aventar dardos envenenados en sus ruedas de prensa después de los partidos pero, ya que el United está en el séptimo lugar de la tabla, tal vez es tiempo de cambiar de táctica.Con esto dicho, el hombre en el banquillo opuesto posee una inclinación similar por comportarse angustiosamente, incluso si lo manifiesta gritando en el área técnica en contraste con la sala de conferencias.La atmósfera pesada por el regreso de Mourinho y el arranque relativamente lento de ambos clubes, no nos sorprendería si hubiese cierta tensión entre "Mou" y Conte en las bancas; es normal, están a días de disputar un partido crucial que de no ganarlo pondría una gran presión sobre sus hombros. Veremos si Stamford Bridge es capaz de aguantar la explosión nuclear generada por la angustia de ambos, por su rencor y testosterona reprimida. Lo mejor que podemos hacer es sentarnos y apreciar el espectáculo que nos espera este fin de semana.
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