Desarmadores y resorteras: un vistazo al interior del conflicto sectario en Birmania

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Desarmadores y resorteras: un vistazo al interior del conflicto sectario en Birmania

This summer, violence between Burmese Rakhine Buddhists and immigrant Muslim Rohingya people caused the death of around 60 people and the displacement of over 90,000 residents of that region. That ethnic conflict has once again escalated in the last...

La transición en Birmania, de un estado militar a un incipiente democracia, ha sido considerada por la administración de Barack Obama como uno de sus más grandes logros de su primer mandato en términos de política exterior. El presidente incluso tiene planeado visitar el país dentro de dos semanas. Será su primer viaje al extranjero como presidente reelecto.

Pero constantes represalias entre ambos grupos religiosos del estado occidental de Rakhine, parecen estar manchando la imagen de una democracia budista y pacífica en el sureste asiático.

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Este verano, la violencia entre los budistas de Rakhine y los musulmanes rohingya emigrados provocó la muerte de unas 60 personas y el desplazamiento de más de 90 mil residentes de la región. El conflicto étnico ha escalado de nuevo en las últimas semanas.

Viajé a Rakhine en junio para encontrar comunidades paralizadas por el conflicto. Los trabajadores habían dejado de ir al trabajo desde el comienzo de la violencia. Durante las noches defendían sus pueblos de piromaniacos. Grandes hectáreas de Sittwe, la capital del estado, habían sido convertidas en desiertos ennegrecidos, con manzanas enteras de casas de madera convertidas en ceniza.

La gente construyó cercos de tres metros de altura para dividir las zonas budistas de las musulmanas. Los hombres de Rakhine afilaban lanza de bambú, y recorrían las calles desiertas con desarmadores, piedras y lo que tuvieran a la mano como armas. Incluso los niños cargaban con sus resorteras hechas de metal oxidado cortado de sus bicicletas. Disparan clavos con púas de 15 centímetros, llamados “jinglee” contra los pueblos, y prenden fuego a las casas.

Los rakhine acusan a los rohingya de una invasión, y creen que planean crear un estado musulmán independiente. Cada vez más rohingyas son desplazados, y tienen que huir de la violencia. Mientras el ejército de Birmania lucha por contener y acabar con la violencia, el presidente U Thein Sein admitió que la búsqueda de una democracia en el país ha quedado en juego por este conflicto étnico. Fotos por Spike Johnson

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