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Frescómics

“Tengo ojos sólo para ti, pero pipí para todas las demás”. Los microcómics de Camila alrevés

Lo que vemos en varias de las imágenes de Camila es un toque cínico: la chica que se pregunta si es amor-amor, o simplemente una acumulación de orgasmos y twits.
Ilustraciones por Camila alrevés.

Sin ser propiamente una artista del cómic, Camila Villegas emplea el lenguaje de los dibujos acompañados de textos para contar sus microhistorias; pequeños fragmentos de tiempo dibujado que no narran un gran acontecimiento o suceso, sino más bien parecen congelar un pedazo de instante cotidiano, o una reflexión de calibre twittero, a la cual el lector puede asignarle un motivo y una consecuencia, un antes y un después, en lo que bien podría diagnosticarse como un caso de microcómics.

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Influenciada por los trazos maestros de Egon Schiele, los microcómics de Villegas se inscriben en una tradición preciosista y minuciosa, amante de los detalles y sinuosidades de la línea, pero a diferencia de las ilustraciones decorativas o ensoñadoras de dicha tradición, sus dibujos cuentan con una fuerte dosis de veneno narrativo; dicho más claramente: Sus dibujos parecen inofensivos, muy tiernos, exquisitos y técnicamente refinados, pero cambian por completo de sentido una vez leemos los textos que los acompañan y completamos la continuidad narrativa o el contexto de la situación.

Este veneno narrativo se encuentra compuesto por varios elementos, por un lado hay que mencionar que los textos son bastante ingeniosos, al estilo de esos twitteros clever de más de 15.000 seguidores, frases muy punzantes con ese cruel sentido del humor colombiano que genera un sentimiento de extrañeza y perplejidad, un desencuentro, un extrañamiento siniestro como diría Freud; un momento unheimliche en que uno no sabe si reír o llorar. Como cuando dibuja una parodia del cuadro de Gauguin ¿Quiénes somos? ¿Para dónde vinimos? ¿Para dónde vamos? Con el texto ¿Quién soy? ¿Para dónde voy? ¿Dónde dejé mis llaves? Por otro lado el veneno se inscribe en el mundo de lo femenino, y en particular de un tipo de sensualidad femenina muy directa y confrontadora, precisamente al estilo de del dibujo erótico de Egon Schiele. En este momento vale la pena mencionar la diferencia entre arte erótico y la pornografía: mientras el arte erótico busca comunicar ideas por medio de la representación del sexo, la pornografía busca excitar sexualmente a través de las imágenes. En el caso de Camila al Revés las partes de su trabajo que involucran la sensualidad femenina pueden ser catalogadas como arte erótico, o dibujo erótico para ser más precisos. Podríamos incluso hablar de un interés en comunicar una sensualidad femenina desparpajada, más libre con el tema del sexo, como en el microcómic de la chica que dice: "Si te vas a robar mi corazón, prefiero que te robes mis calzones" un dibujo ingenioso que pone claro que una mujer puede disfrutar del placer del amor sin tener que sufrir del dolor del compromiso, o si lo leemos de una manera cómica, una chica que está en toda libertad de preferir anticiparse a la típica estupidez y torpeza emocional masculina, para así evitar sufrirla.

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El veneno también contiene un poco de antirromanticismo urbano, desarraigo cínico con las relaciones amorosas que contrastan con la delicadeza de las líneas, y las paletas sutiles en colores pastel con arabescos tenues de los dibujos. Vemos por ejemplo a una chica hundida en un mar de lágrimas negras, o lágrimas de tinta quizá, llorando porque justo el día en que quiere romance y se pone sus mejores calzones, su amante no viene a visitarla, o el microcómic ícono del escepticismo femenino urbano: un hombre con pose histriónica ofreciendo un ramo de flores por un lado, y por el otro enmascarado ofreciendo su verga erecta: "Tengo ojos sólo para ti, pero pipí para todas las demás".

Este toque cínico lo vemos en varias de sus imágenes: la chica que se pregunta si es amor-amor, o simplemente una acumulación de orgasmos y tweets, o la chica que dice andar commando (quizá a manera de manifesto personal de la artista) como queriendo decir al mundo: soy una mujer lista para la acción, libre de ataduras y que no me importa mucho el convencionalismo.

No tengo evidencia científica para afirmar si Camila Villegas anda o no anda al revés, pero en lo que respecta a sus dibujos parece tener las cosas bastante claras, o al menos parece ir cómoda yendo commando.