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Cultură

Más de veinte huelgas de hambre: una charla con el disidente cubano Guillermo Fariñas

"Lo fundamental en la huelga de hambre es que creas que el Estado no puede doblegarte, así te mueras".

Guillermo Fariñas (izquierda) y Edward McMillan-Scott (derecha), miembro del Parlamento Europeo. Foto de Flickr vía

Esto no se trata de mí, esto es algo mucho más grande

La frase es mía. Creo que eso debe pensar, sin embargo, el disidente cubano de 54 años Guillermo Fariñas cada vez que se embarca en una más de las 23 huelgas de hambre que ha hecho a lo largo de su vida. La frase es mía y yo sí la pensaba antes de entrevistarlo: mi primera entrevista internacional, mi ansiedad, mi inhabilidad para la conversación. El hombre llevaba 54 días sin comer. Ahora esto.

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No se trata de mí.

Se trata de él y de su historia. Fariñas —que creció con una familia pro revolucionaria y que, incluso, combatió por la revolución en Angola y en la antigua Unión Soviética— ha sido una figura fundamental de la oposición al régimen cubano desde 1989, cuando el gobierno de Castro decidió fusilar al general Arnaldo Ochoa Sánchez por supuestos vínculos con el narcotráfico colombiano.

En 1995 empezó con las huelgas hambre, inspirado por presos políticos como Pedro Luis Boitel, poeta cubano que en 1972 muere en la cárcel en medio del ayuno. Fariñas se ha manifestado de manera no violenta por los derechos de los disidentes en Cuba, que según él, siempre han sido violentados. En 2010 ganó el premio Sajarov para la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo y actualmente acabó de salir de una huelga de más de 50 días, después de que, supuestamente, el Parlamento Europeo decidiera crear una enmienda en su nombre para exigir todo lo que él reclamaba. Esto fue lo que me dijo:

¿Quién es Guillermo Fariñas?

Guillermo Fariñas es un cubano. Nació en 1962, y en un inicio creyó en la revolución por su poder militar, pero viendo los abusos durante la crisis… ¿Usted me está oyendo?

Sí sí, lo estoy oyendo perfecto (no era cierto, había sido muy difícil establecer la comunicación).

…Viendo los abusos que se dieron durante la crisis de Mariel [un éxodo masivo de Cuba a Estados Unidos en 1980], viendo a Angola y a la condición social que había en la extinta unión soviética, él entendió que el comunismo era una falsedad y a partir de ahí empezó a pensar distinto.

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¿Y cómo fue crecer bajo el régimen castrista? ¿Cómo fue su juventud?

Bueno, yo fui miembro de una academia de pre cadetes y después fui cadete en Angola y en la Unión Soviética y bueno, ya a partir de ahí comenzó a cambiar mi forma de pensar con respecto a la política. Tenía mucho miedo… al principio tenía miedo del terror que implanta el castrismo, así que no me manifestaba. Pero a partir del año 1989, con el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa Sánchez, yo dije lo que pensaba y desde ahí comencé a enfrentar el aparato represivo de Castro.

Pero si no estoy mal, el general Arnaldo Ochoa se declaró culpable…

Claro. Claro que se declaró culpable Ochoa pero yo dije que eso es como —poniendo el ejemplo de Colombia— eso es como si Pablo Escobar, el difunto Pablo Escobar, acuse de narcotraficantes a los hermanos Ochoa.

Es decir, para usted el gobierno fue tan criminal como el mismo Arnaldo.

¡Sí! Yo pienso que él cumplía órdenes de la máquina de represión del gobierno cubano.

Volviendo a su pasado, su padre combatió con el Che [Guevara], ¿no?

¿Ehh? Ahora no lo escucho bien

(La mala comunicación no me ayudaba con los nervios).

¿Me escucha mejor ahora?

Sí, ahora sí.

Su padre combatió con el Che…

Sí, mi padre combatió en el movimiento del 26 de julio, fue parte de los comandos antes del triunfo, y después combatió con el Che en el antiguo Congo Belga… Mi padre y cuatro tíos paternos.

¿Y por qué a usted le dicen 'coco'? ¿Ese apodo viene de su familia?

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A mí me dicen Coco porque mi madre es mestiza y mis tíos y mi papá eran muy prietos de color, muy negros. Entonces mi abuelo, al yo ser más claro, decía que yo no era igual que ellos, que yo era un coco, por la claridad.

[Risas (sólo mías, nerviosas… Fariñas no reía, una roca)]

Bueno, entonces pasemos a hablar de las huelgas de hambre. Usted lleva más de 20 años en esto, ¿por qué se decidió por ese método?

Yo creo que desde que entré en esta línea de mi vida, de enfrentarme al régimen, empecé a oír mucho de las huelgas de hambre que hicieron los presos políticos en los años 60 y 70 en Cuba, y los admiraba, así que traté de sacar el método de huelga de hambre de la prisión [donde ellos se manifestaban] y llevarla a las calles.

Entonces se inspiró en figuras como Boitel…

Como Boitel y demás, porque aquí no teníamos ningún tipo de conocimiento de que eso formaba parte de los 198 métodos de lucha no violenta.

¿Y podría contarme qué le pasa al cuerpo en una huelga de hambre? ¿Cuál es el proceso corporal?

Bueno, lo más difícil en una huelga de hambre, desde mi punto de vista, son de los tres a los cuatro primeros días. El cuerpo te está pidiendo comida y tú no se la das, entonces te dan dolores en el estómago y demás. Ya después, uno lo que tiene que tratar es de ser ingresado [a un centro médico]. En este caso el gobierno diseñó un método represivo para no ingresarme bajo ningún centro y entonces a los siete o 10 días yo perdí el conocimiento, me llevaron al cuerpo de guardia donde me lograban encontrar las venas y me pasaban entre 6mil, 7mil, y a veces 8mil mililitros de líquidos con algún tipo de medicamentos y me regresaban a la casa. O sea, en estos 54 días de huelgas de hambre yo tuve 5 hidrataciones hospitalarias, donde perdí el conocimiento y me regresaron después a la casa.

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Y me imagino que esto también tiene sus repercusiones en la mente. ¿Cuáles son las implicaciones mentales y psicológicas de una huelga de hambre?

Yo creo que para la huelga de hambre lo que hay que hacer es prepararse.

¿Cómo se prepara usted?

Hay que prepararse psicológicamente. Hay que estar dispuesto a ver las consecuencias, pero lo fundamental en la huelga de hambre es que creas que el Estado no puede doblegarte, así te mueras.

Esto había sido una guerra cibernética declarada del gobierno cubano

En esta ocasión de 54 días de huelga, ¿cuál era exactamente el motivo de su protesta?

Bueno, yo lo que estaba pidiendo exactamente era que el presidente Raúl Castro dijera públicamente que iba a hacer cumplir el Código de Procedimiento Penal, para que una persona esposada no pudiera recibir golpes porque ya estaba reducida a la obediencia. Eso es tortura. Tampoco crear falsas causas jurídicas, y que no te puedan confiscar objetos en un aeropuerto. Te pueden confiscar algo que tenga que ver con la oposición, pero lo que no, ¿por qué te lo tienen que quitar? ¿Un par de zapatos? No sé. Eso es lo que estábamos pidiendo al presidente Raúl Castro: que hiciera cumplir sus propias leyes.

Y nosotros decidimos suspender la huelga porque supuestamente —después nos dimos cuenta que era un engaño— el parlamento europeo había dado la posibilidad de crear una enmienda que se iba a llamar 'Enmienda Fariñas', y que exigía todo lo que nosotros estábamos reclamando. Estaba la posibilidad de hablar con todos los bloques políticos del parlamento europeo y demás, entonces por eso nosotros dejamos la huelga, pero después nos dimos cuenta —y se dio cuenta toda la prensa internacional, y los hermanos que viven en el exilio— que esto había sido una guerra cibernética declarada del gobierno cubano, lo que es peligrosísimo, porque el gobierno demostró que puede y tiene la capacidad para manejar una guerra psicológica y una guerra cibernética.

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¿Lo han engañado en otras ocasiones? ¿Cómo hace el Estado para frenarlo en sus protestas?

Hay ocasiones en que el gobierno me ha engañado. Yo recuerdo una huelga de hambre que yo hice. Estaba arrestado en aquella ocasión y habló conmigo la fiscal, habló conmigo la instructora… Me dijeron que todo se iba a resolver, que empezara a comer, que enseguida me iban a poner en libertad. En cuanto empecé a comer algo, me mandaron para la prisión. Hay otras huelgas de hambre donde el objetivo no se logra porque el gobierno no cede, y hay unas donde yo he estado en las que el objetivo se logra. Pero hay huelgas, por ejemplo como esta, donde el Estado cubano creó una guerra cibernética en la que hizo sitios falsos, páginas web falsas. Hizo llamadas supuestamente del parlamento europeo a mí y eran mentira; supuestas enmiendas del parlamento europeo y eran mentiras.

Parlamento Europeo niega la 'Enmienda Fariñas'. Foto de wikimedia commons.

Y después de abandonar la huelga, ¿cree que lo anterior terminó siendo una victoria para el régimen?

Nosotros no creemos que sea una victoria del régimen porque eso se puso en la palestra pública de nuevo, y consideramos también que en todos los sectores más conservadores o más moderados de la oposición cubana hubo apoyo a la huelga, tanto en el exilio como dentro de Cuba. Creo que consideramos que eso es una victoria parcial [para nosotros], aunque sí hay que reconocer que el régimen fue capaz de engañar a la opinión pública internacional y a su oposición, y manipular y crear páginas falsas al Parlamento Europeo, que es un delito cibernético internacional.

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[En ese momento entró una moto al lugar donde estaba haciendo la entrevista, ¡una moto!]

¿Usted cómo está de salud en este momento, Guillermo?

Bueno, en este momento nosotros estamos recuperándonos poco a poco. Estamos en cuatro días de incorporación de caldos a nuestro organismo. El día 12 empezamos a incorporar el agua, el día 13 comenzamos a incorporar jugos que es una cosa muy difícil porque empezamos a vomitar, nos sentimos muy mal. Ayer fue muy difícil porque empezamos a incorporar los caldos y nuestro organismo los rechazó y nos sentimos un poco mal, pero bueno, ya hoy nos tomamos un caldo al medio día, nos tenemos que tomar otro en la tarde de nuevo y hoy, aunque tuvimos una pesadez en el estómago y nos sentimos un poco mal, no fue tan difícil como ayer.

¿Qué opinan su familia y amigos de todo esto? Me imagino que lo apoyan pero, ¿qué piensan?

No. Tanto el exilio como mis hermanos de lucha dentro de la oposición interna me apoyaron pero están en desacuerdo con lo que estaba haciendo.

Porque estaba poniendo en peligro su vida…

Sí, porque estaban en función de que la vida mía no se extinguiera.

¿Usted ha pensado alguna vez en el exilio, en vivir en otra parte?

No, no, no, yo siempre he dicho que yo voy a estar aquí. Yo respeto a los hermanos que han ido al exilio y a los hermanos que se quieran ir, pero yo siempre he dicho que la batalla se da aquí adentro.

¿Cómo es la situación de los disidentes en Cuba?

Bueno, aquí la situación de los disidentes realmente está en paro. El gobierno, como ve que hay un nivel de protesta social muy alto —porque ya el gobierno comprende, y me parece que hace varios años comprendió que [la gente] no cree en él—, lo que está intentando es intimidar con terror físico, y por eso son las golpizas, por eso a veces se les va la mano a los represores y se muere la gente, y creo que en la medida en que el gobierno de los EE. UU. o los gobiernos de la UE sigan siendo condescendientes con esta actitud —que es una actitud genocida— el gobierno cubano se va a sentir legitimado y va a seguir reprimiendo porque esa es su esencia. La esencia del gobierno cubano siempre ha sido crear el terror para que la gente se paralice. Se debe caminar hacia la remodelación de Cuba, donde todos tengamos derecho a decir lo que pensamos. Desde la gente que está a la izquierda, hasta la gente que está a la derecha.

Sin represión de ningún tipo.