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La cultura a través de la fotografía de Ian Berry

Hablamos con el fotógrafo sobre sus fotos de masacres, manifestaciones, racismo y el poco futuro que ve en el fotoperiodismo.

Sudáfrica. Transvaal, Sharpeville, 21 de marzo 1960. La policía dispara a las personas del pueblo. 

Magnum es quizá la agencia de fotos más famosa del mundo. Incluso aunque no hayas escuchado de ella, es muy probable que hayas visto sus imágenes, ya sea con la cobertura que hizo Robert Capa de la Guerra Civil Española, la "Chica Afgana" de Steve McCurry o los paraísos vacacionales británicos de Martin Parr. A diferencia de muchas otras agencias, los miembros de Magnum son seleccionados por los otros fotógrafos en la agencia, y en vista de que se trata de la mejor agencia de foto en el mundo, formar parte de ella es un proceso bastante difícil.

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VICE: Hola, Ian. Has estado en Magnum por más de 50 años, ¿cierto?
Ian Berry: Sí. Me da miedo admitirlo, pero sí. Eso dice algo de mi incapacidad para dejar ir cosas. Cada año pienso en renunciar y nunca lo hago. Empezaste en Sudáfrica, ¿cómo fue eso?
Bueno, como un joven británico, yo quería viajar. En esos días uno podía recibir ayuda para pagar un viaje y Sudáfrica me pareció emocionante. Ya sabes, pensé que vería leones en las calles de Johannesburgo y cosas por el estilo.

Ja.
Mi familia conocía a un fotógrafo que había regresado de trabajar como asistente de Ansel Adams en Estados Unidos. Estaba preparado para ayudarme con mi estatus migratorio, así que me fui a Sudáfrica con él. No tuve remordimiento, fue un momento muy emocionante para mi.

¿Tuviste alguna formación en fotografía más allá de ésa?
En ese tiempo, no había clases de fotografía en la universidad. Lo mejor que podías hacer era convertirte en el aprendiz de alguien, y eso es lo que hice. Él estaba tomando fotos en una 4x5 y todo estaba alumbrado, así que fue un gran entrenamiento, a pesar de que me di cuenta que no era lo que quería hacer.

Sudáfrica, 1994. Simpatizantes suben los postes para poder ver la llegada de Nelson Mandela.

La Masacre de Sharpeville parece ser un evento que marcó tu vida.
Después de trabajar con este fotógrafo, me fui a un periódico, el Sunday Times Group en Johannesburgo. Estuve ahí cuando escuché que un famoso editor británico de una revista de Londres llamada Picture Post vendría a editar Drumuna revista africana. Sentí que tenía que aprender de este tipo, así que apliqué y me dieron el trabajo.

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Después hubo una huelga nacional en Sudáfrica y la mayoría de los fotógrafos y periodistas estaban preparados para cubrir los detalles. Recibí una llamada acerca de un tipo al que le habían disparado, todo esto en un municipio llamado Sharpeville. Cuando llegué, el lugar ya estaba lleno de fotógrafos internacionales. Todos estaban afuera de las puertas cuando coches armados llegaron para entrar al municipio. En ese entonces, los blancos teníamos que tener un permiso para entrar a un municipio africano.

Nos subimos a los carros y entramos. A unos 90 metros, el convoy se detuvo y el oficial a cargo salió y nos dijo: “Tienen que irse de aquí o serán arrestados”. Así, la mayoría de los coches se alejaron. Tres carros se quedaron, incluyendo el coche en el que yo estaba, seguimos un poco más y el oficial salió de nuevo y dijo, “Deben de irse, ¡ésta es su última advertencia!” Así que dos coches se fueron. Nosotros seguimos conduciendo hasta llegar a la estación de policías. Hablé con algunos oficiales, subí la cerca y todos en la multitud parecían estar muy callados. La gente no estaba agresiva. Pensé que nada iba a suceder así que me alejé y justo cuando llegué a mi coche la policía comenzó a disparar. Los cuerpos cayeron por todas partes. Todo pasó muy rápido. Sólo tenía un par de Leicas con lente normal. Tomé fotos de personas corriendo hacia mi y cuando me di cuenta de que la gente estaba siendo asesinada, me tiré al pasto.

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Sudáfrica, 1985. Zululandia. Zulus en su camino a celebrar una boda. Cuando todo terminó, me levanté y sólo estaba otra persona y yo. Es muy importante mencionar que la policía de Sudáfrica odiaba la prensa con mucha pasión. Subí al coche y nos fuimos. Y así fue. Las fotos eran una mierda, sólo fotos de gente corriendo, pero fue un evento que le dio vuelta al mundo. El editor de la revista para la cual trabajaba, Tom Hopkinson, le escribió a Magnum acerca de mi y ésa fue mi oportunidad de entrar.

Guau. Y estas fotos fueron usadas como evidencia en los tribunales, ¿cierto?
Sí. Lo que pasó es que dijeron que la gente fue la que ocasionó el problema. Según su versión, sólo dispararon una vez y la gente corrió y aplastó a otras. Eso no era verdad. En realidad, yo tenía una foto de ellos cargando sus armas automáticas. Y claro, mucha gente fue disparada en la espalda. Y mientras la gente corría ellos seguían disparando. Yo fui el único testigo de piel blanca y en esos días, la palabra de un blanco tenía más peso que la de un africano. Así que yo entregué la evidencia, y afortunadamente la gente que había enfrentado cargos fue liberada. Entonces, a pesar de que las fotos no salieron bien, sirvieron para un propósito humanitario.

Y después de ahí te buscó Magnum.
Bueno, casi. Primero, un tipo que estaba empezando una nueva agencia en París y que había sido jefe en Magnum me invitó a participar con él. Estuve en su agencia durante un año, luego Magnum me invito a participar y claro que acepté.

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Etiopia, 1987. Gente del pueblo camina casi 4 kilómetros para poder conseguir agua y bañarse.

¿Crees que trabajar en distintas partes del mundo te ha enseñado más cosas sobre la cultura de cada región? ¿Los humanos somos diferentes el uno del otro según nuestro país o hay vínculos que nos unen?
Somos diferentes, de eso no hay duda. Piensa en Corea, hace tres años hice un libro del Corea del Sur. La gente era grandiosa; amistosa y amable. Te hace pensar qué diferente puede ser la gente al norte de la frontera de ese país. Tuve una esposa alemana durante la época del muro de Berlín y ella no pasaba al lado este. Ella pensaba que las personas del otro lado eran personas salvajes. Cuando fui al este pude ver que las personas no eran diferentes a la gente del oeste, más pobre pero nada diferente.

Para mí, de eso se trata la fotografía. La cámara es una herramienta para mostrar lo que sucede en diferentes culturas.

Alemania, 2000. Berlín. Christophe SORCI tocando música jazz en Berlín Este en un bar.

¿Algunos consejos para las nuevas generaciones?
Si tuviera algún consejo, yo mismo me aconsejaría. Sería interesante ver cómo Newsweek funcionará, porque por el momento nadie está ganando dinero con la fotografía. Yo doy algunos cursos y la gente sigue haciendo esa misma pregunta. Me da miedo pensar que nunca podré responder. Si quisiera ser cruel, les diría que tomen una cámara de video en lugar de una cámara fotográfica, pero es un mundo diferente. Me acaban de pedir un proyecto en Mozambique y de último minuto me dijeron que prefieren que sea con una cámara de video. Hasta hoy, sigo evitando hacer ese proyecto.

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Al final del día, la gente con un gran ojo y dedicación tendrán éxito. Hasta que esta gente gane dinero del internet, mi consejo es que no se desmotiven. Pero veo las escuelas de fotografía y el número de gente que egresa como fotógrafos dudo que un porcentaje de ellos realmente logren algo con la fotografía. Puede que trabajen con la policía o haciendo algo para un museo, bodas o que sé yo. Pero muy pocos ganarán dinero trabajando como fotoperiodistas. Sólo es lo que yo creo. Puede que no tenga la razón.

Gracias, Ian. Fue un placer hablar contigo.
Gracias a ti, Christian.

Corea del Sur. Boryeong. Playa Daecheon. Onceavo Festival del Lodo.

China, 1996. Provincia de Gansu. Xiahe. Niño tibetano en camino a su oración.

Bangladesh, 2000. Khulna. Jessore. En un pueblo llamado Jhikargachha. Una mujer con cicatrices en los brazos y cuerpo intoxicado por arsénico. Ésta es la única bomba de agua que tienen disponible. Está pintada de rojo para advertir que el agua está contaminada de arsénico.

Inglaterra, 1964. Londrés. Plaza Trafalgar. Un beso a medianoche durante la celebración de año nuevo. 

Sudáfrica, 1961. Gauteng. Johannesburgo. Fordsburgo. Muestras de cariño entre una pareja en un café multi-racial.

Sudáfrica, 1984. Natal. Durban. Miembros de un grupo religioso participando en una ceremonia baptista en el Océano Índico.

África, 1968. Sudáfrica. Una joven negra, con labores de un adulto, cuidado a una hija de una familia blanca. 

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Sudáfrica, 1981. Paarl. Los blancos disfrutan una copa de vino en Ciudad del Cabo, mientras trabajadores negros cargan cajas.

Costa Rica. Océano Atlántico. Campamento Limon. Refugiados de Nicaragua tocando la guitarra, recostados en colchones, lo único que tienen. 

Sudáfrica, 1991. Policía y manifestantes del Movimiento de Resistencia Afrikáner se enfrentan por primera vez.