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Desde Uganda con amor

Monjes rumanos piensan que su seguro médico es el diablo

Su problema con las tarjetas del seguro médico es que tienen la palabra "tarjeta" en ellas. Tarjeta significa diablo en rumano, escrito al revés.

En 2015 Rumania introdujo un servicio de seguro médico basado en tarjetas electrónicas. Esto molestó a los fundamentalistas cristianos, quienes, al rechazar el uso de las tarjetas, están perdiendo el derecho al seguro médico por el que ya están pagando.

El Monasterio Gai, en el noroeste de Rumania, fue uno de los primeros en oponerse al programa. Hablé por teléfono con una monja de allí que no me quiso dar su nombre pero que dijo que "nadie nos forzó a rechazar estas tarjetas. Por el contrario, [Jurj] Cleopa nos explicó durante sus sermones que estas tarjetas son malas. Aquellos de nosotros que hayan leído acerca del tema saben que debemos rechazarlas".

Cleopa, el sacerdote principal en el Monasterio Gai, es la misma figura de autoridad que, según reportó un periódico local, declaró una vez que la Coca-cola estaba hecha de fetos abortados. El problema con las tarjetas del seguro médico es, según él, que tienen la palabra tarjeta en ellas. Tarjeta significa diablo en rumano, escrito al revés.

Los miembros del Movimiento para la Defensa de la Ortodoxia, una ONG cristiana, también están peleando en contra de las tarjetas. En un comunicado, su líder, Radu Iacoboaie, alega que los masones quieren usar las tarjetas para "empeorar nuestras enfermedades, causarnos enfermedades incurables y cometer asesinatos médicos durante operaciones rutinarias, como sucedió con nuestro líder sacerdote pasado, Teoctist [Ara ̆ pas ̧ u].

Vasile Ciurchea, presidente del Instituto de Seguros Médicos, respondió que "las tarjetas del seguro médico no contradicen religión alguna". No es la primera vez que el gobierno rumano tiene problemas con las creencias de la gente, de acuerdo con Tom Pa ̆ tras ̧ cu de ASUR, una ONG secular: "Lo mismo ocurrió en los noventa, cuando el gobierno tuvo que darle a cada ciudadano un título de propiedad en una suerte de privatización de mentira. Tenías que tener un número de seguridad social en tu identificación para poder recoger el título; algo a lo que las comunidades religiosas se rehusaron debido a que era como si estuvieran marcados con el número de la Bestia. Deberían haber sabido que algo similar volvería a ocurrir".