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Intentamos explicarte lo que está pasando en Argentina

Tras la muerte en extrañas circunstancias del fiscal Alberto Nisman te explicamos las intrincadas ramificaciones de este caso.

El domingo pasado el fiscal general Alberto Nisman fue encontrado muerto en su casa en Buenos Aires. Una semana antes había solicitado interrogar a la presidenta de argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y a otros miembros del gobierno, imputándolos por el supuesto encubrimiento en la causa del atentado a la AMIA (que ahora mismo te explicamos).

El ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurrida en 1994 durante el gobierno de Carlos Menem, representa el atentado terrorista más grave en la historia de ese país. En él perdieron la vida 85 personas.

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A lo largo de estos 20 años de investigación, la causa no ha hecho más que dar vueltas sin llegar a ninguna parte, con una innumerable aparición de pistas falsas, y bajo un complejo entramado político, judicial y de inteligencia. Al día de hoy solo hay un detenido.

Nisman, quien era fiscal especial de la causa desde el 2005, aseguró que parte del actual gobierno argentino había encubierto a Irán y que había "fabricado la inocencia" de los exfuncionarios iraníes involucrados en la investigación del atentado, con el objetivo económico secreto de intercambiar cereales por petróleo barato.

Tras su denuncia, la oposición citó a Nisman al Congreso, donde declararía el pasado lunes. El oficialismo había rechazado las acusaciones de raíz. "La decisión del fiscal Nisman de imputar a Cristina es absurda y ridícula", afirmó Jorge Capitanich, jefe del gabinete de ministros y uno de los principales portavoces del gobierno.

El cuerpo del fiscal fue encontrado en el lavabo de su hogar, cerrado desde dentro, en el piso 13 de un edificio ubicado en una zona con mucha vigilancia. Nisman se encontraba bajo la custodia de 10 policías federales.

Según la autopsia, murió de un solo disparo en la sien. El arma se hallaba junto al cuerpo y según los peritos, no hubo intervención de terceras personas. Sin embargo, no se hallaron restos de pólvora en su mano.

Concluir si fue un suicidio o no es algo por demás prematuro, sobre todo al revisar la compleja trama de la más enmarañada novela policial que envuelve al caso.

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Para intentar comprender la dificultad del caso es preciso mencionar que el nombre de Nisman aparece decenas de veces en los Wikileaks de Julian Assange. Los cables describen cómo, a lo largo de todos estos años como fiscal del polémico caso AMIA, Nisman mantuvo una estrecha relación con la Embajada de Estados Unidos en Argentina, lugar en el cual discutía hasta la orientación de sus investigaciones.

Nisman presentaba a la embajada sus proyectos, que los funcionarios norteamericanos aceptaban o rechazaban. Las filtraciones incluyen varios informes de la embajada sobre cómo el fiscal llegó a pedir disculpas hasta tres veces porque no les anticipó sobre los procesamientos que había ordenado. Uno de ellos dice "Nisman se disculpó nuevamente (por no haber avisado a la embajada su decisión) y se ofreció a sentarse con el embajador para discutir los próximos pasos".

La embajada no estaba de acuerdo con la pista siria, ni con las investigaciones de la conexión local: solo querían que no se apartara de la investigación sobre los iraníes y que no diera elementos que pudieran cuestionar esa línea. En otro de los cables le ordenan "no hay que orientarse a la pista siria ni a la conexión local. Seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes".

Nisman también mantenía una intensa y pública relación con el ahora exdirector de operaciones de la Secretaría de Inteligencia (antigua SIDE), Antonio Jaime Stiusso, destituido recientemente por Cristina Fernández de Kirchner en una pugna de poder dentro de los servicios de inteligencia que llevó a la presidente a realizar la destitución dentro de la agencia tan solo un mes antes de la extraña muerte del fiscal. Stiusso fue jubilado y retirado de los servicios.

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El propio Nisman solía decir que se reunían todos los días. Según O´Donnell, el periodista que recibió los wikileaks por parte de Assange, Nisman le dijo que el agente "Stiusso era quien tenía contacto directo con los servicios secretos de Estados Unidos y de Israel", la CIA y el Mossad.

Otro elemento destacable es que el propio juez de la causa declaró al diario conservador liberal y opositor al gobierno La Nación que él no había autorizado las escuchas realizadas por Nisman. Aseguró estar sorprendido por la investigación "paralela" que estaba realizando el fiscal, así como también porque Nisman le había remitido la información a otro juez (el juez Lijo) sin cumplir con el sorteo que había asignado a su tribunal como principal encargado.

Nisman regresó de sus vacaciones familiares por Europa la semana pasada para presentar su informe de 300 páginas en el que acusaba al gobierno, en un momento en que los juzgados se encontraban cerrados.

Mario Wainfeld, periodista del periódico Página/12, considerado progresista y afín al gobierno, escribió que es "muy difícil de considerar seriamente las acusaciones del fiscal". Resalta que lo poco que se conoce de las acusaciones es mediante las filtraciones parciales que han hecho los medios dominantes, opositores al gobierno. En su artículo resume el problema como una "disputa entre una parte del poder Judicial y la reciente movida del gobierno en la Secretaria de Inteligencia".

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Es preciso destacar que en 2013 los gobiernos argentino e iraní firmaron un memorándum de mutuo entendimiento para pactar colaboración, hasta ese momento negada por parte del gobierno persa, para resolver el caso. Si bien el acuerdo fue celebrado por el gobierno Kirchnerista como un avance histórico para la investigación de la causa, distintos sectores opositores lo catalogaron de inconstitucional, e incluso de ser "una afrenta contra la memoria de las víctimas".

Finalmente El Parlamento de Irán no lo aprobó, y fue declarado inconstitucional por la Justicia de Argentina.

Este acuerdo también había suscitado fuertes críticas por parte de los gobiernos de Estados Unidos e Israel.

El escritor, ex funcionario del gobierno de Menem y opositor del gobierno, Jorge Asís, opinó que "esto es algo que, o tiene que ver con alguna línea del gobierno, o es una operación de inteligencia clara contra el gobierno. Con este hecho, el gobierno internacionalmente queda vacío de toda legitimidad moral". Descartó que se trate de un suicidio, "nadie puede pensar en eso porque nadie lo veía con deseos de suicidarse. Se le veía (a Nisman) bien, sólido y muy cargado. Acá de lo que tenemos que hablar es de un asesinato".

Tras conocerse la noticia de la muerte de Nisman, el lunes por la noche miles de personas se manifestaron en distintas partes del país reclamando justicia.

Cristina Fernández de Kirchner publicó el lunes una carta vía Facebook en la se pregunta qué pudo haber pasado para que Nisman decida quitarse la vida pocas horas antes de tener que explicar en el congreso la acusación contra la propia presidente.

En su tesis, la presidente vincula a la facción de los servicios de inteligencia desplazados, a parte de la justicia argentina, y al multimedios Clarín como los responsables de la operación.

El grupo Clarín emitió un comunicado en el que se defendía de las acusaciones oficiales y las calificaba de "disparate".