Arde Troya

Hace unos días, quisieron los astros que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (que combina hábilmente su medieval fundamentalismo religioso con una muy moderna visión de mercado), decidiera arrasar un viejo parque para construir en su lugar un centro comercial. Unos cuantos rijosos protestaron (los rijosos son así). Al igual que los comentaristas de la prensa mexicana, Erdogan entiende que en una democracia ninguna minoría de inconformes tiene derecho obstaculizar la sagrada voluntad de la Nación (es decir, del jefe de gobierno), así que mandó a la policía a darle una lección a los mal portados. Curiosamente, la violencia policiaca no sólo no aplacó a los manifestantes, sino que los multiplicó, pues las manifestaciones dejaron de centrarse en el tema del parque para enfocarse en el autoritarismo general del gobierno, atrayendo a las calles a cientos de miles de jóvenes. Pero el sabio Erdogan insistió en su receta de escudos y macanas, produciendo más de dos mil heridos y más de mil 500 presos. Eso atrajo a las manifestaciones ya no sólo a la juventud, sino también al movimiento obrero, que ya no sólo cuestiona el autoritarismo, sino también el sistema económico al que dicho autoritarismo sirve. A las manifestaciones se sumó la huelga general y, entonces sí, como decía mi abuela, ardió Troya.

Foto de AP.

El gobierno sigue empeñado en apagar el fuego con gasolina, pero, allá en las alturas, los astros no se entusiasman demasiado, pues saben que los cambios revolucionarios reales requieren algo más que la estupidez del viejo régimen y la valentía de los manifestantes, elementos que en este caso no faltan. Requieren también un extraordinario grado de conciencia entre los gobernados, que sólo se puede expresar en una dirección revolucionaria coherente y organizada. En Turquía, como en México, eso es lo que falta.

Foto de Nazim Serhat Firat.

Aries: Mientras el gobierno turco culpa a tuiter por las manifestaciones, en Estados Unidos los fiscales del soldado Bradely Manning afirman que mantener a su propia población informada es “ayudar al enemigo”. A confesión de parte, relevo de pruebas…

Tauro: “Cuando los dioses quieren destruir a un hombre, —escribió Eurípides—primero lo vuelven loco”. Un sistema social condenado empieza dando signos de locura.

Géminis: Veo las fotos de la comida que la gente deja en los balcones para apoyar a los manifestantes turcos. Y lloro poquito.

Cáncer: ¿Cuándo aprenderemos a rechazar el caballo de Troya de la ideología dominante?

Leo: Leo (críticamente, como siempre) la poesía de Nazim Hikmet.

Virgo: Mujeres turcas sin velo ni mangas encabezan las manifestaciones. Las mujeres no pueden luchar por su propia liberación sin participar en las luchas por la liberación general, ni viceversa.

Libra: Hay gente que siempre se solidariza con los manifestantes que enfrentan a la policía… siempre y cuando lo hagan en otras épocas o en países lejanos.

Escorpión: La lucha de clases tiene algo de espectáculo. De hecho, es el único espectáculo que vale la pena.

Sagitario: La nueva historiografía oficial niega que el heroísmo exista. Basta abrir los ojos para refutarla.

Capricornio: Qué vergüenza, si la “era de los héroes” fuera el presente y nosotros no estuviéramos ni enterados.

Acuario: La creatividad lúdica y el sentido del humor de los movimientos sociales no les restan ni un ápice de seriedad y dramatismo.

Piscis: Al mismo tiempo que en Turquía la gente se levantaba en solidaridad con los manifestantes reprimidos, en la ciudad de México los granaderos perseguían a los manifestantes hasta el interior del metro. ¿No vamos a hacer nada?

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Nota roja sobre un proletariado sin cabeza

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