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Ediciones VICE

Star Wars: Battlefront no es tan buen juego

Si gastar 60 euros en un par de horas de entretenimiento desechable no os parece una absoluta locura, que le den, compráoslo y daos el gustazo.

De la columna VICE Vs Video Games

Todas las capturas de pantalla cortesía de EA.

En el nítido cielo azul de Hoth, otro piloto de Ala-X la vuelve a cagar de forma inexplicable y cae en picado por un barranco. Cuatro rebeldes corren por un pasillo pero tropiezan unos cono otros y se quedan un poco atascados. Aparece Luke Skywalker, todo el mundo le lanza una granada y acto seguido, Luke decide irse a casa. ¡Es como si estuvieras en las películas!

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En Star Wars: Battlefront , te metes en el pellejo de un miembro de uno de los dos bandos, los buenos o los malos de Star Wars, y luchas contra un gran número de otros jugadores humanos, conectados en línea, usando naves espaciales, armas láser y unas granadas espaciales muy chulas. El conjunto puede resultar perfectamente aceptable o un poco cutre, en función del grado de rosa con el que hayas teñido la lente a través de la que lo veas. En breve analizaré el aterrador aspecto cultural del tema, pero, de entrada, quisiera aclarar una cosa: Star Wars: Battlefront no es muy buen juego.

EA ya hizo bastante hincapié en que el título iba dirigido a los fans de Star Wars, más que al colectivo de jugadores, lo que viene a querer decir, con cierto aire de condescendencia, que el juego es para niños. Una mentalidad algo ridícula que lleva implícito el hecho de que el juego no es más que contenido estético destinado al consumo pasivo cuyo formato de videojuego ha sido una elección de poca o nula importancia.

Y esa mentalidad queda claramente patente: los creadores del juego han cuidado hasta el mínimo detalle para recrear con impresionantes resultados la estética del universo Star Wars. Las explosiones emulan las maravillosas chispas lo-fi usadas por Lucasfilm en la trilogía original y los rayos láser son idénticos en apariencia y sonido a los de las películas. Incomprensiblemente, la voz de Darth Vader resulta decepcionante, aunque no hay nada más evocador y emocionante –hasta que lo sufres en tus propias carnes- que verlo caminar con paso firme, sembrando muerte a su paso.

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Encarnar a Darth Vader, en cambio, es lo peor: sus movimientos y ataques se antojan demasiado mecánicos (sí, vale, el tipo es prácticamente un robot, pero ya me entendéis) y la diversión de matar insignificantes enemigos se suele ver interrumpida por la aparición de algún Jedi. En algún punto tendrás un duelo con sables de luz, que se desarrollarán con la elegancia y la coherencia de dos borrachos peleando con los ojos cerrados. Muy divertido verlos, pero terrible participar en uno.

Pilotar naves es todavía peor: una sensación de estar flotando lentamente, como en un arcade, pero sin la benevolencia de este. Los combates son aburridísimos y se desarrollan en un mapa demasiado pequeño que no contribuye la sensación de poder volar con total libertad. Por otro lado, intentar recoger a las diminutas unidades de tierra sin estrellarte contra el suelo no es nada divertido. Otro fallo enorme del juego es el poco atractivo que tienen para la mayoría de los jugadores los iconos de bonificación que permiten pilotar naves.

Mediante ese sistema de distribución de bonificaciones por el mapa se pretendía democratizar la diversión, pero el elemento de abstracción que conlleva no hace sino incrementar la desconexión entre el entorno y el jugador y convertir los mundos en meros dioramas inertes, aunque de gran belleza. Los pocos momentos brillantes del juego –las batallas a gran escala de los modos Supremacy y Walker Assault incluyen todos los personajes, todas las armas y toda la orquesta de John Williams- satisfarán a la inmensa mayoría, pero pasar a los modos de juego más discretos saca a relucir las carencias de Battlefront.

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La primera es una mecánica de disparos de lo peorcito. Si bien han clavado el aspecto y el sonido de las armas, la sensación al apuntar y disparar dista mucho de ser mínimamente agradable. El uso del punto de vista en tercera persona mejora mucho la experiencia de tiro, en comparación con la perspectiva en primera persona, pero para muchos usuarios este apaño no es aceptable.

El segundo gran problema es que no hay nada que hacer. El enfoque tan mezquino del juego respecto al desbloqueo de objetivos te obliga a jugar una partida entera antes de poder disponer del detonador térmico. Aprecio el esfuerzo que han hecho para ponérselo más fácil a los jugadores menos experimentados, pero joder, ¡dejadme tener una granada!

La progresión del juego es tediosa, quizá para tratar de disimular lo poco que tiene que ofrecer. Debes completar una media de cinco horas de juego antes de poder usar un jetpack, y yo siento un profundo desprecio por cualquier cosa que me diga que no puedo usar un jetpack.

Podría argumentarse que el juego se concibió para ser disfrutado en sesiones breves y esporádicas, pero precisamente se premia lo opuesto: los que le dediquen más horas podrán disponer de versiones superiores de los distintos objetos y beneficios, incrementando así las diferencias con quienes juegan media hora de vez en cuando. Pocos días después llega la frustración cuando tu personaje muere por enésima vez por un ataque con un arma que no puedes conseguir.

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La excesiva sencillez del juego puede contribuir a que los jugadores menos duchos no se líen, pero eso no implica necesariamente que se lo vayan a pasar mejor. Al despojar el juego de posibilidades tácticas o de matices, todo depende del equipo y en la habilidad del jugador, un ideal muy bajo al que aspirar.

Pero la sencillez sin elegancia carece de valor. Dejando los gráficos de lado, el juego parece automáticamente desfasado y repleto de viejas y malas ideas. La diversión de las misiones cooperativas se limita a encontrar cinco objetivos ocultos en cada mapa.

Tráiler del estreno de Star Wars: Battlefront

Las misiones offline son básicas pero divertidas y proporcionan una mejor oportunidad para empaparse de la ambientación de los apreciados mundos de la saga y de sentir que formas parte de ellos, mientras corres como un poseso con tu arma láser. La IA es patética, pero ¿qué más da? Hay gente que existe solo para que le dispares. Con un láser. De hecho, esa es la definición oficial de stormtrooper.

Con un número muy limitado de mapas y armas con los que jugar, sorprende lo elevado del precio (60 €) del pase de temporada para el contenido descargable, lo que recuerda en cierto modo a Destiny, con la salvedad de que el shooter de Bungie estaba tan logrado que muchos disfrutaban jugándolo una y otra vez, mientras que Battlefront pierde gran parte de su encanto tras una o dos horas de juego.

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Estamos, pues, ante un juego precioso, más entretenido de ver que de jugar, ideal para quien quiere alardear de televisor nuevo. Una forma muy cara de vivir en primera persona el universo Star Wars. La magia durará más o menos, pero cuando se agote, lo que queda te aburrirá soberanamente.

Me atrevo a decir con toda tranquilidad que, como juego, Star Wars: Battlefront no vale ni vuestro tiempo ni vuestro dinero. ¿Que si vale la pena si eres fan de Star Wars? En ese caso, no tengo ni idea. Me encanta la trilogía original, crecí leyendo libros relacionados en el universo de la saga y jugando a la mayoría de sus juegos y actualmente estoy enganchadísimo al brillante Imperial Assault. Como gran aficionado a Star Wars, me ha extrañado mucho ver que gran parte del planeta se ha vuelto loco con esta obsesión monocultural.

Vivimos una realidad en la que Hasbro se desvive por satisfacer la demanda de personajes de películas que ni siquiera se han estrenado. Pese a que el universo Star Wars sigue siendo fantástico, la marca se ha convertido en una entidad terrorífica, en un instrumento para saciar a un público nada predispuesto a la crítica y muy receptivo al consumo de nuevos productos.

Si te gustan mucho los juegos, este te decepcionará. ¿Y si te gusta mucho Star Wars? Una vez más, no tengo ni idea. Si gastar 60 euros en un par de horas de entretenimiento desechable no os parece una absoluta locura, que le den, compráoslo y daos el gustazo.

Star Wars: Battlefront está disponible para PlayStation 4, PC y Xbox One.

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Traducción por Mario Abad.