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¿Qué talentos deben poseerse para oficiar este tipo de ceremonias?Los reduciría a dos, que paradójicamente son la sensibilidad emocional y la distancia emocional. Un funeral es un momento muy emocionante y hay que ser consciente, en la medida de lo posible, de los sentimientos que se manifiestan constantemente, por sutiles que sean, y de la fragilidad de los asistentes. Es necesaria una ternura no impostada para estar atento. Y, por otra parte, es importante no verse superado por todas esas emociones que están a flor de piel. De alguna forma hay que estar dividido; estar y no estar.¿Cómo va el tema de la música? ¿La escoges tú?La música suele ser una petición de los allegados. Puede ser una canción significativa que vincule a alguna experiencia con la persona muerta, por ejemplo, el tema que le ponía un nieto a su abuelo mientras éste estaba en coma para intentar comunicar con él. En ocasiones piden, por ejemplo, un instrumentista que toque una obra clásica. Depende de lo que soliciten los allegados. En muchos no hay música. A veces la música es emocionante, a veces acentúa el vacío, a veces hay un silencio.¿Incluyes, por ejemplo, fragmentos de poemas o textos de algún escritor?El discurso suele tener una fuerte carga poética y suele incluir poemas. Machado suele ser un buen poeta para expresar lo efímero, la duración y la temporalidad.Creo que hay un vacío espiritual en la propia Iglesia. He estado en funerales en los que ni el propio sacerdote parecía creer lo que estaba haciendo.
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