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Cultură

Modificaciones corporales hechas tras las rejas

Lo único que necesitas para hacerte un implante en el pene es una pieza de dominó, un cordón de zapato y una cuchara de plástico afilada.
Not prison

Los tatuajes son algo normal en prisión. Si entras con la piel limpia a una cárcel, ten por seguro que no saldrás de ahí sin rayones. Pero detrás de las paredes de la prisión, los tatuajes no son la única forma de modificación corporal. Algunos presos se hacen piercings, se ponen cuernos o incluso recurren al "pearling", que consiste en implantarse objetos pequeños bajo la piel del pene.

Técnicamente, la modificación corporal va contra las reglas de la prisión. La Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos la considera "automutilación" y le puede costar al reo hasta 60 días de buen comportamiento o seis meses de confinamiento solitario.

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En ese país, el asunto se encuentra actualmente en el corazón de una demanda interpuesta por Adrian F. King Jr., un recluso en Virginia del Oeste, a quien obligaron a retirarse unas pequeñas esferas que se implantó en el pene en 2013. King asegura que él se había sometido al procedimiento antes de ser encarcelado, pero otro preso declara haber visto a King hacerlo en prisión. De cualquier manera, el director amenazó a King con hacerlo pasar el resto de su condena en confinamiento solitario si no se las quitaba. King obedeció y ahora está demandando a la cárcel porque considera que se trató de una violación a su integridad corporal.

Aunque el lugar en el que King se hizo sus implantes es tema de debate, es una realidad que muchos hombres se insertan cosas en el pene mientras están presos. Hablamos con algunos reclusos sobre esta modificación corporal: cómo funciona, quién se las hace y qué se siente tener una ficha de dominó metida en la verga.

Prisionero 1, 31 años
Cumpliendo una condena de 10 años en fci beckley, en Virginia del oeste

Esto es algo que se está volviendo popular. De hecho aquí también está pasando. Casi todas las personas que conozco que se han hecho algo así, lo lamentan. Normalmente sucede por el aburrimiento: la gente se desespera en las cárceles; hay mucho tiempo muerto. Así que un preso se hace un implante en el pene, y todos empiezan a hablar al respecto. Y de la nada, ya varios los tienen. Luego se propaga entre otros presos aburridos.

Un tipo te coge la verga con la mano, la amarra con un cordón de zapatos y te hace un agujero en el prepucio con una cuchara de plástico afilada. Lijan una ficha de dominó hasta darle la forma que quieren ––casi siempre hacen un corazón, un rayo o un círculo–– y luego la insertan en el hueco que hicieron en la piel. Conocí a un tipo que se desmayó cuando vio toda la sangre que salía. Tuvo que ponerse la cinta que estaba atada alrededor de su pene durante casi una semana porque no dejaba de sangrar.

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Hoy estaba hablando con un tipo que se puso una ficha de dominó en forma de corazón en la prisión de Memphis. Se le infectó y le dolía al punto que ni podía tocarse. Hasta empezó a secretar esa mierda. Tuvo que quitárselo él mismo. Tardó dos semanas en recuperarse. Pero cuando llegó a esta cárcel, un español le volvió a hacer todo el procedimiento. Esta vez se insertó una ficha en forma de mancuerna. Parece que el tipo español sabía lo que hacía, porque esta vez sólo sangró un poco.

Prisionero 2, 32 años
Cumpliendo una condena de 10 años en fci Memphis

Yo mismo lo hice. Vi a un tipo coger mi pene y coger una cuchilla de afeitar para hacerme la incisión en la piel. Me puso una pieza de dominó pulida. Mi cuerpo la rechazó seis meses después; intentó expulsarla. Mi pene se inflamó y se irritó, y tuve que sacar el implante yo mismo. Ahora estoy bien, pero me asusté demasiado en ese momento.

Hicimos el procedimiento en mi celda. Esperamos hasta tener a un guardia que no caminara mucho por la unidad. El tipo usó guantes de plástico y alcohol. Todo fue muy quirúrgico. Ni siquiera pienso que a los guardias les hubiera importado, pero hubiera sido vergonzoso que me atraparan con la verga en manos de otro hombre. Los tatuajes son ilegales, pero muchos guardias operan bajo la filosofía de "no preguntes, no digas nada", siempre y cuando los presos de la unidad se comporten.

Cuando se hacen un tatuaje nuevo y está cicatrizando y se pone rojo, las personas usan camisetas de manga larga para que los guardias no vean el tatuaje fresco. Una vez haya sanado, todo está bien. La próxima vez que tomen una foto de tus tatuajes podrían notar que tienes uno que otro nuevo, pero normalmente no hacen un escándalo al respecto.

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Prisionero 3, 42 años
Cumpliendo con una condena de 5 años en USP Big Sandy en Kentucky

Quería salir de la cárcel hecho un puto monstruo. Me hice todos los tatuajes de pandilla obligatorios y me puse cuernos para que fueran acordes a mi nombre: Diablo. Me gusta hacerme cosas que me permitan destacarme entre los demás, como mi lengua de lagartija, que está partida a la mitad. La división empieza en la punta de la lengua y se adentra más o menos tres centímetros. Ya tenía la lengua perforada, pero siempre se me caía el piercing, así que dije: "A la mierda" y me la corté. Tomé un poco de hilo dental, lo metí por el agujero y empecé a cortar hacia adelante. No dolió tanto como podría pensarse.

No voy a mentir. Me asusté cuando me hice la 'pinga' por primera vez. Me puse un pequeño corazón justo debajo de la cabeza del pene. Fue muy raro ver a un tipo cogiéndome y perforándome con una cuchilla, pero a la mierda. A las hynas (mujeres) les va a encantar. Me inserté otras dos piedras en el tronco después de que sanó la primera pieza. Sólo se hace un pequeño corte y las piezas se implantan con facilidad. Lo peor fue no que no me pude masturbar por dos semanas.

Mis ojos son de color rojo. Hice que un amigo cogiera una jeringa casera y me inyectara tinta en los globos oculares. Tuvimos que inyectar cada ojo ocho veces, y hacerlo cerca de la pupila. La jeringa que usó fue la misma que usan todos sus amigos para inyectarse heroína. Consiste en una aguja que se funde dentro del tubo de un esfero y bolsas de leche de la cocina. Afilamos la aguja antes de hacerlo, y todo salió bastante bien.

Prisionero 4, 45 años
Cumpliendo una cadena perpetua en FCI Terre Haute en Indiana

Tuve un compañero de celda que lo hizo, y me dijo que cuando salió su novia no se lo mamaba porque pensaba que tenía algún tipo de verruga o algo. Tenía una amiga en Australia que era prostituta y me dijo que muchas de las chicas con las que trabajaba odiaban esas cosas. Los implantes lastiman a las chicas. Muchos puertorriqueños y dominicanos lo hacen; para ellos es normal meterse hasta cinco piezas. Yo he visto los efectos posteriores. Parece como si una abeja les hubiera picado la verga. Ellos creen que es lo mejor.

Un tipo aquí cobra 50 dólares por cada perforación y puede ser más, dependiendo de lo que quiera el cliente. Se derrite un cepillo de dientes, se afila y la pieza de dominó se lija con cuidado hasta formar un corazón o un diamante. La última moda son las piezas que parecen mancuernas o los gusanos; estos cuestan 75 dólares porque toman más tiempo los diseños. Antes de perforar, el tipo desinfecta los penes con almohadillas con alcohol que se consiguen en la enfermería. La mayoría prefiere insertar la piezas en la parte de abajo porque le gusta follarse a las chicas en cuatro, y cree que los implantes les darán más placer de esa forma.