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Música

El espejo humeante de la guitarra: Una retrospectiva con José Manuel Aguilera

Pocos nombres son tan relevantes para la construcción del rock hecho en México como este. Revisamos con él treinta años de carrera.

José Manuel Aguilera es un músico fuera de serie, un portento, un hito en el rock azteca. Es la cultura, la intelectualidad, el asombro y la elegancia en La Barranca, el grupo de rock mexicano que fundó a finales de 1994. Un músico docto, erudito, letrado, experimentado y dogmático. Aguilera es la quinta esencia, la alta criba y la formula secreta de la progresión en México.

Aguilera nació en la Ciudad de México en 1959, el mismo año en que Günter Grass publicó El tambor de Hojalata. Ha formado parte de diversas bandas que le han dado forma al rock en español. Es el preferido de los escritores, los intelectuales y los ilustrados. Hablamos con José Manuel Aguilera a manera de retrospectiva, haciendo reminiscencia de su carrera musical, sus estudios y sus viajes por el mundo, tan importantes en su vida personal como en su música.

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Nos habló de sus maestros, de las bandas de las que ha formado parte como El Fracaso, Sangre Asteka, La Suciedad De Las Sirvientas Puercas, La Sangre, Caifanes, La Barranca, Jaguares, Nine Rain, Mitocondrias y de sus amigos y colegas Dr. Fanatik, Luis Arteaga, Humberto Álvarez, Jaime López, Chema Arreola y el escritor Xavier Velasco. Conversamos con Juan Manuel Aguilera acerca de Los Tigres del Norte y Estambul. Cuadernos Nocturnos, el libro que publicó con la editorial Rhythm & Books en 2011.

Dicen que cuando es para ti, aunque te quites. ¿Habría existido esa relación con la guitarra sin la existencia de tus tías y sus maestros?
Es difícil especular en ese sentido. Me gustaría pensar que hubiese llegado a la guitarra de cualquier manera. Pero la verdad es que sin la presencia específica de mi tía Carmen, sus clases y su guitarra, yo creo que no sería lo que soy. Ni como soy.

¿Qué representaron para ti El Fracaso y Luis Arteaga?
El Fracaso era la banda de mis primos, una de las más respetadas del área [del suburbio capitalino Ciudad] Satélite, y a la cual siempre quise entrar (eran un poco mayores que yo). Cuando finalmente me admitieron en sus filas, a los quince años, significó para mí tocar por primera vez ante un público. El Fracaso era una banda profesional, en el sentido de que cobraba por tocar.
Luis Arteaga era el otro guitarrista de El Fracaso, también mayor que yo, y aprendí mucho de él, lo mismo que de mis primos. Después, cuando la banda se deshizo, Luis emigró a E.U. a estudiar música en Berkley. En las vacaciones o por carta me pasaba las cosas que le enseñaban allá, cosas de teoría, ejercicios. Así que Luis se convirtió un poco en mi maestro, de manera más o menos formal. De hecho, es el único maestro que tuve.

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¿Qué recuerdas de tu primer viaje a Inglaterra, de Birmingham y del sonido que se gestaba ahí en los años ochentas?
Sí, por supuesto. Era la primera mitad de los ochentas, con toda esa cosa de "sintes" y cajas de ritmo. Aunque, como siempre, había muchas opciones más. Un grupo emblemático para mí de esa época es Tears For Fears, con quienes alterné alguna vez en un pequeño bar de Birmingham y luego se volvieron referente mundial de toda esa época.

¿Podríamos decir que Fragmentos fue tu primer banda oficial?
No, la primera fue El Fracaso. Después formé parte de otra llamada Fiat Lux y aún otra que se llamó Primer Cuadro. Todas del área de Satélite, aunque también llegábamos a incursionar en los infames Hoyos Funkys de Azcapotzalco. Pero Fragmentos fue la primer banda que yo fundé, y la primera en donde me obsesioné con la idea de escribir canciones.

¿Cómo fue que conociste a Humberto Álvarez y cómo surgió Sangre Asteka?
A Humberto lo conocí a través de un amigo común, Perico "El Payaso" Loco. Sangre Asteka, en su segunda edición conmigo, surgió de las cenizas de una tocada fallida de la primer versión, en el Museo del Chopo.

Poco se ha escrito acerca de ' La suciedad de las sirvientas puercas y de Cabeza. Háblanos un poco de esos proyectos y de Dr. Fanatik.
El Dr. Fanatik (que en realidad son dos personas: Lorenzo Lagrava, primer bajista de Sangre Asteka, y José Arturo Faguaga, cantante) es una especie de concepto o personaje iconoclasta, que se distinguía a finales de los ochentas por crear grupos de nombres ingeniosos, que sólo duraban una tocada. Cada grupo tenía una estética y un concepto específico, y compartían un cierto repertorio que iba variando según el grupo. La Suciedad de las  Sirvientas Puercas fue una de esas encarnaciones, con la particularidad de que militamos en ella Alfonso André, Federico Fong, Saúl Hernández y yo; y que duró cuatro tocadas en vez de una. Cabeza fue otra encarnación más, sin tanta visibilidad mediática.

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¿Qué sucedió con Sangre Asteka, cuáles fueron los motivos de su separación?
Desde mi punto de vista, el principal motivo fue que Humberto no quiso seguir haciendo rock y se fue a vivir fuera de la Ciudad de México. También, tal vez, ya habíamos agotado el impulso inicial, habíamos hecho lo que teníamos que hacer y ambos queríamos intentar cosas diferentes.

¿Por qué ' La sangre ' nunca pudo salir del cuarto de ensayo?
Porque nunca encontró su momento, porque no generó la suficiente energía como para explotar y porque tenía un nombre equivocado.

Participaste en el disco de Jaime López Odio Fonky, Tomas de buró, hoy en día considerado de culto y uno de los mejores discos del rock nacional. ¿Cómo fue esa experiencia?
Sumamente divertida, sumamente creativa y muy relajada. En especial porque nunca nos propusimos hacer un disco. Lo que hacíamos, según nosotros, eran unos demos para audicionar músicos, con miras a formar una banda. Alguien después decidió publicar esos demos como disco.

En el 2010 Nine Rain hizo un recorrido por sus quince años de trayectoria musical en el Teatro de la Ciudad. Nine Rain,según David Cortés, "muestra una asimilación de la música mexicana y la imbricación de la misma en un contexto de rock y jazz" ¿Qué es para ti Nine Rain?
Nine Rain fue un grupo con una verdadera esencia de laboratorio. La música se gestaba de manera más o menos espontánea y colectiva y no seguía ninguna estructura preestablecida. Por eso yo podía insertar cosas que tuvieran que ver con el son o con la herencia de Agustín Lara y combinarlas con las tendencias más avant garde o jazzeras de Steven Brown y Nikolas Klau. Aunque esto cambió con el tiempo: para el segundo disco cada quien aportó canciones más o menos pre-formadas.

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¿Por qué no fuiste invitado a Ensamble Kafka?
¿Tendría que haber sido invitado…?

¿Qué recuerdas del WOMAD (World of Music, Arts and Dance)? festival organizado por Peter Gabriel, una gira que realizaste con Caifanes para El nervio del volcán.
Lo que más recuerdo fue que al terminar nuestro turno (normalmente éramos los abridores) nos poníamos en primera fila a ver la actuación de Geoffrey Oryema, un músico ugandés cuya música era de una emotividad y una belleza sublimes.

Bebé Mod.01representó la exégesis creativa del primer disco de La Barranca(El fuego de la noche), en los OigoEstudios de Guadalajara. ¿Qué nos puedes decir de ello?.
Así es, gracias a José Fors conocí los estudios Oigo de Guadalajara, y en especial a su ingeniero y propietario, Tuti Perales. Cuando finalmente decidimos grabar las canciones que formarían el primer disco de La Barranca, pensé que una posibilidad era hacerlo con Tuti. Él estuvo de acuerdo así que Alfonso, Federico y yo nos fuimos a Guadalajara un fin de Semana Santa y ahí grabamos el 80% del disco, en cuatro días. Ni siquiera teníamos nombre, éramos sólo una colección de canciones. El nombre lo decidimos ahí mismo, después de grabar la canción homónima, que ya existía desde hacía un par de años.

¿Por qué sólo participaste en una gira de Los Jaguares(un taller musical para tocar canciones de Hernández) en El equilibrio de los jaguares en 1996?
Lamentablemente Saúl Hernández tenía un grave problema con la voz en aquel momento. Era necesario parar la gira indefinidamente para que él pudiera recuperarse, lo cual afortunadamente después sucedió.
Por otro lado, La Barranca ya estaba echada a andar desde antes de todo esto y, la verdad, a Federico y a mí nos urgía retomarla dedicadamente.

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Yendo al cine solo es un "soundtrack de películas imaginarias, donde el personaje principal es la guitarra" y en donde aparece por primera vez la presencia de Chema Arreola, un baterista fuera de serie, nieto de Juan José Arreola. ¿Cómo se conocieron?
A Chema lo conocí en una fiesta, que es donde suele dar sus mejores actuaciones, y me pareció un tipo sensacional. Después supe que tocaba la batería, y hasta mucho después, supe que era nieto de Juan José, del que yo siempre he sido fan total.

Uno de mis tracks favoritos de La Barranca es "Chan Chan", aparecido como bonus track de El fuego de la noche,al lado de Huitzilac y publicado por primera vez en el EP Día negro ¿Cómo se decidieron por ese cover? ¿Tiene que ver con tu viaje a cuba?
Bueno sí, pero no con el viaje que hice con Nine Rain, que es posterior a nuestra grabación. Yo había viajado antes a Cuba y conocí la versión de Elíades Ochoa y el Cuarteto Patria. Esa canción me fascinó desde un principio por su construcción cíclica e hipnótica, por su pulso. Una canción aparentemente rural que termina siendo súper moderna. La compartí con Fong y André y a todos nos encantaba, antes de que apareciera en el Buenavista Social Club. Cuando hacíamos el EP de Día Negro nos faltaba algo para completar el maxi single, y pensamos que era buen momento y buen pretexto para intentar una aproximación de La Barranca al  "Chan Chan".

¿Qué es lo más divertido de tocar al lado de Los Tigres del Norte?
Tocar al lado de los Tigres fue una circunstancia curiosa, dado que el público era totalmente mixto (público de rock y público de los Tigres, la mitad sin sombrero y la mitad con). Ahora, cantar CON los Tigres del Norte La Banda del Carro Rojo, en su escenario, y para su público, fue una experiencia alucinante e inolvidable.

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En Francia La Barrancafue denominada por la prensa de manera unánime como "el grupo más elegante del rock hecho en México". ¿Para ti qué es La Barranca?
El grupo más elegante del rock hecho en México.

¿Cómo fue la segunda disolución, ocurrió todo en esa fiesta del 2006?
No, la disolución venía gestándose desde antes, quizá desde siempre.

¿Cómo fue la invención de LabA: Música Horizontal [un proyecto de Alonso Arreola]?
Desconozco todo lo relacionado con LaBa, excepto que grabé un solo de guitarra en alguna de sus piezas; y que su nombre coincide literalmente con las primeras cuatro letras de La Barranca.

¿De qué manera te cambió aquél viaje a San Petersburgo en el 2007? Para regresar a grabar Providencia.
Los viajes siempre te dan perspectiva, especialmente cuando son en barco, como ese. Puedes ver hacia atrás y hacia adelante ilimitadamente. Además, me traje la idea de la R invertida del alfabeto cirílico para el logo de La Barranca (aunque en ruso significa otra letra).

La vida en La Barrancaes un libro de David Cortés que relata a manera de ensayo la biografía de la banda ¿Por qué no escribirlo ustedes mismos?
Esa fue una idea y una creación de David. Me sentí honrado de que eligiera a La Barranca; pero a nosotros, al menos a mí, no se me había ocurrido la idea de escribir una autobiografía de la banda.

Háblanos de Mitocondrias.
Mitocondrias fue un vehículo creado específicamente para cubrir una asignatura personal pendiente: hacer un concierto yo solo, con una guitarra acústica, mi voz y las canciones desnudas. Muchos de mis autores favoritos de canciones tienen esta faceta, desde Neil Young hasta Thom Yorke; pasando por Caetano Veloso y Gerardo Enciso. Yo desde siempre toqué en bandas, proyectos, o por lo menos duetos. Pero nunca me presenté yo solo, con la guitarra. No sabía lo que tal cosa implicaba y pensé que la mejor manera de responderme esas preguntas era haciéndolo, en el escenario.
Después Mitocondrias mutó a muchas cosas e incluso abandoné el nombre, pero la idea base de mis presentaciones en solitario sigue siendo la misma: presentar las canciones desde otra perspectiva, con mucho menos ropa.

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​​El fantasma de la opera(1925) fue una película que musicalizaste con Federico Fong y Enrique Castro en Bandas sonoras a ritmo de rock en la Cineteca Nacional ¿Cómo fue la experiencia?
Agotadora y exhaustiva. En un mes escribimos dos horas de música original que además tenía que ir en sincronía con el film. Pero la película es hermosa y fue una delicia trabajar con esos materiales. Y un aprendizaje. También estaba Cox Gaitan, por supuesto.

Estambul. Cuadernos Nocturnoses un libro de tu autoría que presentó Xavier Velasco en 2012. Háblanos de esa parte literaria en tu vida.
Estambul no es un libro que escribí, sin uno que ya estaba escrito. Sus contenidos provienen de los cuadernos en que suelo anotar frases, ideas para canciones, sueños. Por iniciativa de la editorial, hicimos una selección de estos textos y eso es lo que es Estambul. Ya después pulí las frases e incluso escribí algunas más, ex profeso para el libro. Los cuadernos de apuntes los sigo llevando, aunque ahora muchas frases las apunto en el iPhone.

Has participado en producciones cinematográficas como Rural(documental), Cuento de amory Hadas(cortometraje), Potosíy Una para llevar, de 1997, para la que escribiste "Tatuaje" ¿Con cuál de estas composiciones te quedas?
Con la versión cantada de Potosí.

¿Qué viene después de Fatális?
Para La Barranca, un disco de canciones, con voz, letras y todo lo demás.
Para mí, un disco con La Banda Sinfónica de Aguascalientes.

¿A quién recomendarías para ser entrevistado por este medio?
A Xavier Velasco.

Si quieres conocer los orígenes y la evolución de la escena de rock urbano en México, acá abajo te dejamos uno de nuestros mejores capítulos de TrasEscena: