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Arrestan al narco más buscado de Colombia desde Pablo Escobar

Dairo Antonio Úsuga, conocido como “Otoniel”, fue detenido el fin de semana en medio de especulaciones de que él mismo se entregó a las autoridades.
Dairo Antonio Usuga, alias 'Otoniel', en las instalaciones policiales de Bogotá, Colombia
Dairo Antonio Úsuga, conocido como Otoniel, en las instalaciones policiales de Bogotá, Colombia, el 23 de octubre de 2021. Foto de la Oficina de Prensa de la Policía Nacional de Colombia / Handout / Agencia Anadolu vía Getty Images

Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.

Durante años, el narcotraficante más buscado de Colombia había eludido su captura, a pesar de una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza por parte de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y una recompensa de 800.000 dólares del gobierno colombiano. Su buena suerte terminó el sábado.

En una foto difundida por la oficina de prensa de la presidencia de Colombia, Dairo Antonio Úsuga, conocido como “Otoniel”, fue presentado a los medios de comunicación esposado junto a soldados armados.

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Las autoridades colombianas dijeron que la inteligencia proporcionada por Estados Unidos y Reino Unido condujo a unos 500 miembros de las fuerzas especiales del país al escondite de Úsuga en la selva, donde estaba protegido por ocho anillos de seguridad, informó la Associated Press.

El presidente conservador de Colombia, Iván Duque, comparó la captura de Úsuga con la del narcotraficante Pablo Escobar, realizada hace casi 30 años, y el ministro de Defensa del país dijo que la detención es un golpe definitivo contra la violencia impulsada por el narcotráfico.   

“¡Cayó ‘Otoniel’ en la operación Osiris! Un símbolo del mal. Uno de los mayores narcotraficantes y reclutadores de niños. ¡Gracias a nuestros soldados y policías! Se ha cumplido la promesa de acabar con el narco-crimen”, escribió en Twitter el ministro de Defensa, Diego Molano Aponte.

Molano dijo que el plan es extraditar a Úsuga a Estados Unidos y agregó que pagarían las recompensas tanto estadounidenses como colombianas por la información sobre el narcotraficante, según Reuters.

Pero la gente en general dudó sobre las circunstancias que llevaron al arresto de Úsuga. Las fotos que muestran a Úsuga sonriendo, flanqueado por soldados sonrientes en lo que parecía ser un helicóptero, llevaron a algunos en las redes sociales a especular que el capo de la droga se había entregado voluntariamente como parte de un acuerdo con el gobierno. 

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“Esta es una verdadera fiesta entre viejos amigotes paseando en un helicóptero militar a costillas nuestras. ¿Alguien se come el cuento de que se trata de una captura?”, escribió el periodista de investigación Gonzalo Guillén en Twitter.

También ha habido informes de que la influencia de Úsuga había disminuido en años recientes y que los nuevos comandantes estaban tomando un mayor control de las áreas regionales.

“Es un misterio cómo Otoniel fue capaz de administrar redes tan complejas en medio de la selva”, dijo Federico Varese, profesor de criminología en la Universidad de Oxford. “El tipo se movía en burro con algunos guardaespaldas. Usó perros para detectar cualquier movimiento en la selva. Así que uno sospecha que no era el único actor”.

Aún así, la captura de Úsuga fue una victoria política para Duque, quien es el presidente menos popular de Colombia en la historia reciente, según una encuesta de Gallup. Su popularidad se desplomó después de que estallaran protestas masivas en todo el país en abril y mayo tras su plan —ahora abandonado— para reformar el sistema tributario.

“Al gobierno no le está yendo bien en las encuestas. El partido gobernante está plagado de escándalos ”, dijo Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una consultora de riesgo político con sede en Bogotá. La captura de Úsuga “ofrece un gran respiro para el gobierno porque es una gran victoria, así que van a intentar aprovecharla todo lo que puedan”.

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“Sin excepción, esto es un éxito", agregó Guzmán. “Pero no hay nada que sugiera que esto cambiará las reglas del juego. Un capo de la droga caído significa una oportunidad para el siguiente”.

Úsuga nació en medio de la guerra civil colombiana que duró décadas y según los reportes, se inició en el Ejército Popular de Liberación, una organización guerrillera marxista conocida en Colombia como EPL. Más tarde cambió de bando y se alineó con los paramilitares de derecha. Se convirtió en un comandante de rango medio del Clan del Golfo, o los Urabeños, y asumió la dirigencia principal en 2009 después del arresto de su entonces líder.

El Clan del Golfo es un actor poderoso en el narcotráfico transnacional debido al tráfico de cocaína desde el Golfo de Urubá, cerca de la frontera con Panamá, hacia México y Estados Unidos.

“Era el tipo que controlaba el corredor principal para el tráfico de drogas y los cultivos de cacao. La mayoría de los narcotraficantes le pagaban para que apoyara sus mercancías”, dijo Gustavo Duncan Cruz, profesor de ciencias políticas en la Universidad EAFIT en Colombia.

Pero Duncan Cruz dijo que Úsuga no era tan poderoso como Pablo Escobar, a pesar de las comparaciones de los funcionarios del gobierno. Escobar operaba desde una ciudad importante —Medellín— y se ganó la infamia internacional al supuestamente ordenar el atentado con bomba de un avión de pasajeros porque creía que había informantes a bordo, según las autoridades. La explosión mató a las 107 personas que viajaban a bordo.

Por el contrario, Úsuga dirigió su organización desde la selva, evitando tanto la tecnología como el estilo de vida llamativo adoptado por muchos en el negocio del narcotráfico. A lo largo de los años, logró evadir los sofisticados esfuerzos para intentar capturarlo, incluida una operación militar en 2015 que involucró a 1.000 soldados y policías.

En 2017, Úsuga publicó un video durante la visita del Papa Francisco a Colombia y manifestó su deseo de entregarse a la justicia y permitir que su organización se desmovilizara. No hubo repuesta ante esa solicitud, hasta donde se sabe públicamente.