Recuerdos que no olvidaré: cerró 'La Perla' de Once, el bar donde nació el rock argentino

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Música

Recuerdos que no olvidaré: cerró 'La Perla' de Once, el bar donde nació el rock argentino

Allí se compuso en 1967 uno de los primeros hits del rock en español y por sus mesas pasaron los artistas fundacionales que influyeron a músicos como Charly García, Luis Alberto Spinetta y Gustavo Cerati.

Con el cierre del bar La Perla de Once, legendario café de Buenos Aires que el sábado pasado, 13 de enero, sirvió su última ronda, América Latina perdió uno de los puntos seminales de la cultura rock en español y varias generaciones de jóvenes se quedaron sin la chance de conocer el lugar donde comenzó todo: desde Spinetta y García hasta Cerati, Páez y Calamaro, una enorme parte del rock austral deviene del Bing Bang criollo alumbrado en La Perla, cuando en 1967 dos chavos entraron a un baño y salieron con el ¿primer? hit de rock latinoamericano de la historia: "La Balsa".

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Esos chicos eran José Alberto Iglesias alias Tanguito y Félix Francisco "Lito" Nebbia y, aunque no tuvieran cómo intuirlo, la canción que acababan de bocetar vendería 250 mil copias e inauguraría una concatenación de iluminaciones estéticas de raigambre social y política cuyos ecos aún nos alcanzan.

¿Qué sucedía en La Perla durante la segunda mitad de los años 60? Algo similar a lo que ocurría en otras partes de América Latina, pero densamente concentrado en las subjetividades artísticas de los fundadores del rock por esas latitudes. Mientras de la puerta para afuera la dictadura de Juan Carlos Onganía oprimía la vida económica, política y cultural, puertas adentro una camada de músicos ensayaba su pequeña gran libertad de café y se alistaban, conscientes o no, para dar el grito primal de su generación.

En una entrevista con uno de los decanos del periodismo de rock en Argentina, Pipo Lernoud, el compositor Javier Martínez, pioneros del rockblues local al frente de Manal, recordaba: "Ahí en La Perla se cocinaban muchas cosas: componíamos canciones, aprendimos y arreglamos el mundo en charlas interminables. De La Perla hacíamos las diecisiete cuadras hasta La Cueva; otro día empezábamos el periplo en el bar Moderno, que cerraba a las once, y seguíamos por Corrientes hasta llegar a La Cueva a la una de la mañana. Y a las cuatro volvíamos a La Perla. Horas y horas sin dormir, para ver qué pasaba".

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Otro protagonista de esa primera generación, el tecladista Ciro Fogliata, que imprime en "La Balsa" esos arreglos made in the sixties, comentó en un reportaje: "En la época gloriosa de La Perla íbamos a una mesa, que nos dejaban de pedo. Era un lugar de paso, se dio que toda una generación de músicos estuviera ahí. Se fue armando una historia, que ahora forma parte del rock argentino. Me acuerdo mucho de las reuniones, la ilusión que teníamos los músicos. Algunos éramos más profesionales que otros. Con Los Gatos Salvajes hacía cuatro o cinco años que ya tocábamos, otros que recién empezaban. Estaba Manal, Javier Martínez, Moris y Pajarito Zaguri, y Tanguito. Es curioso, un día voy al baño de La Perla y al entrar veo a Tanguito y a Litto tocando la viola. Seguramente terminando de componer "La Balsa", que en ese momento no era tan importante. Muy lindos recuerdos. Pero no se va a perder lo que pasó ahí. La historia ya está escrita".

Para finalizar, vale tomar la definición de Charly García acerca de la importancia de los protorockeros de La Perla para el rock hispanoparlante: "Sin Nebbia, no hubiera existido Javier Martinez… ni Spinetta, ni yo."

De otro tiempo

Así como en los 60 el bar sirvió de cámara comunitaria de manifestación estética para los primeros pensadores del rock argentino, 40 años antes las mesas de La Perla recibían nada más y nada menos que a nombres como Jorge Luis Borges, Xul Solar y Macedonio Fernández. "La certidumbre de que el sábado, en una confitería del Once, oiríamos a Macedonio explicar qué ausencia o qué ilusión es el yo, bastaba, lo recuerdo muy bien, para justificar la semana", supo decir JLB al respecto.

Atraídos por la genial inercia metafísica de este último, escritores y artistas entre los que se contaba a Leopoldo Marechal, Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal, se daban cita. Hasta Julio Cortázar paró en La Perla cuando era un estudiante de la Escuela Normal Mariano Acosta.