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Demetrious Johnson: víctima de la exageración, su peso y su excelencia

Con otra defensa del título en puerta, todavía existe la pregunta: ¿por qué a nadie le importa más el único campeón mosca de UFC?
Photo by Mike Roach/Zuffa LLC

Demetrious "Mighty Mouse" Johnson se sentó en primera fila con su cinturón frente a él como si fuera un platillo en una cena, y nadie le preguntó nada al mejor peleador libra por libra. Fue un viernes de marzo en una conferencia de prensa en la que la promotora nos presentó la primera pelea entre Conor McGregor y Nate Diaz, y en el escenario estaban 18 peleadores. Incluso Henry Cejudo, el medallista olímpico y oponente de Johnson respondió una pregunta. Pero aparentemente a nadie le importaba lo que el campeón de las 125 libras tenía que decir.

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Este fin de semana hay otra pelea de Demetrious Johnson en la Final de TUF en Las Vegas. Ahora contra Tim Elliot, excampeón mosca de Titan FC, veterano de UFC con un récord de 3-3 en la promotora y el ganador de The Ultimate Fighter 24: Tournament of Champions, temporada creada para encontrar un nuevo oponente para Johnson. Pero no puedo evitar pensar en todo lo que no se dijo —o técnicamente en todo lo que no se preguntó— en marzo. Además del público emocionado durante su pelea en UFC 174 y las ganancias reportadas por los pago por evento después de ese día, aquella conferencia nos dejó otro síntoma más sobre lo poco que a la gente le importa verlo pelear. Los artículos sobre la razón por la que Johnson no atrae audiencia ya son un género por sí mismas, pero siguen siempre siendo relevantes: ¿por qué, después de nueve victorias de título y media década de mantener un récord invicto y de estar en la cima de las listas libra por libra, la gente no parece interesada en Demetrious Johnson?

Parte de a respuesta es que Johnson es víctima de la exageración. UFC depende mucho de los superlativos —el peleador más duro, la pelea más importante, la cartelera más interesante en la historia de UFC— siempre que tratan de venderte algo, y los escuchas tanto que de pronto ya no tienen significado. Johnson que por lo general habla más de videojuegos que de MMA, no hace mucho trabajo de relaciones públicas.

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Foto por Christian Petersen/Zuffa LLC

Lo irónico es que Johnson bien podría ser el peleador más talentoso de UFC. Su pelea de abril contra Cejudo fue una clínica sobre pelear desde el clinch, misma que finalizó con un nocaut técnico en el primer asalto. Su nocaut en 2013 contra Joseph Benavidez fue sublime. Y demolió a John Dodson y Ali Bagautinov en quince rounds. La barra de brazo con la que finalizó a Kyoji Horiguchi lució casi perfecta, y con esa victoria, Johnson logró el triunfo por sumisión más tardío en la historia de UFC, récord que a menos de que dejemos de medir el tiempo cuando nos invadan los extraterrestres, continuará por siempre.

Pero es una designación sin significado, como el estatus de Johnson como uno de los mejores peleadores libra por libra. Tal designación es un experimento que pone a peleadores que nunca podrían enfrentarse en una lista dejando de lado las divisiones de peso, pero ignora los dones y desventajas de todos: el ritmo implacable de un peso mosca, o la fuerza de un peso completo. Es divertido hablar sobre las listas libra por libra cuando estás borracho, porque es una conversación inútil.

Por más que nos neguemos a admitirlo, la etiqueta libra por libra deja de ser convincente porque la sociedad siempre juzga y los más ligeros no pueden convencer a los fans de que son peligrosos. Es por eso que los actores de Hollywood tratan a sus cuerpos como si fuesen laboratorios químicos. Es por eso que puedes conseguir trabajo como seguridad en un antro sin siquiera saber cómo lanzar un golpe. Es por eso que Royce Gracie, It's why you can get a job as a bouncer even if you can't throw a punch as long as your traps go to your ears. It's why Royce Gracie todavía tiene un guardaespaldas con unos brazos enormes.

Pero también tiene que ver con la distancia que Johnson ha creado entre él y los demás peleadores de la división. Johnson no ha mostrado interés por subir a las 135 libras, la división en la que perdió ante el actual campeón, Dominick Cruz, y es extraño que su oponente llegara después de pasar por un programa de televisión y que sus siguientes mejores opciones sean revanchas ante Benavidez y Cejudo. Limpió la división de una manera que demuestra dominio y auto-sabotaje. En sus mejores momentos, Anderson Silva, Jon Jones y Georges St-Pierre dejaron lugar para dudas para que te llamara la atención verlos. En cuatro años Johnson no ha siquiera dado pistas de que podría llegar a perder. ¿Cuánta fe le tienen a un peleador que viene de un torneo televisado?

Ninguna de estas narrativas parece importarle a Johnson. Durante una entrevista vía Facebook, la respuesta de Johnson sobre si enfrentaría a Cruz y McGregor fue la misma: lo haría si le llegaran al precio. En cuanto a la lista libra por libra, tampoco a Johnson le causa emoción. "Había un momento en el que era el mejor peleador libra por libra, Jon Jones no había peleado en ocho o nueve meses, lo volvieron a poner en la lista y arriba de mí y nada en mi vida cambió. Nada", le dijo a Fox Sports. "Aún me despertaba, iba al baño, me limpiaba el trasero, y mi excremento lucía exactamente igual, iba al gimnasio, entrenaba, y el sudor salía igual".

La conclusión sobre el acertijo que presenta Demetrious Johnson, tal y como el lo dijo: los logros artificiales y preguntas en conferencias de prensa no sustituyen victorias.