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Politică

La reacción de la política española a la victoria de Macron

El comentario de Albert Rivera es de los que más me ha gustado.

Uno se levanta un lunes tranquilamente y resulta que en Francia ha habido unas elecciones que hacían peligrar la integridad de nuestra bella Europa. Pero tranquilos, finalmente la ultraderechista Marine Le Pen no ha podido confabular del todo su estratagema de una vieja Francia porque el europeísta y liberal Emmanuel Macron —ese tipo— se ha erigido como líder en las presidenciales, con un 66,06 % de los votos.

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De alguna forma Francia ha frenado la inercia identitaria —por decirlo de alguna forma— que empezó con el Brexit y la victoria de Trump como presidente de los EE. UU y que amenazaba sutilmente con instalarse en el seno del viejo continente. Aquí en España, las reacciones no han tardado en llegar y todos hemos fingido un poco que nos importan los resultados de las elecciones francesas. La verdad es que REALMENTE nunca nos ha importado demasiado el desmembramiento de Europa porque, no nos engañemos, ni los europeos nos consideran como iguales ni nosotros vemos el rostro de un ciudadano europeo cuando nos miramos en el espejo.

Aun así, nuestros políticos no han querido perder el tren de la actualidad y esta mañana han lanzado sus proclamas.

Mariano se ha mostrado frío y distante, como queriendo comunicar que dentro de su cuerpo no hay ningún tipo de humanidad, solamente una especie de embrión cuyos gemidos resuenan en una eterna cueva profunda y oscura. No existe ningún atisbo de opinión, personalidad o de punto de vista y cada palabra está orquestada para generar tedio y aburrimiento, que es lo que todos esperamos de un presidente en funciones. Mariano quiere estabilidad, prosperidad e integración para Europa, es como la frase por defecto que se utiliza para intentar quedar bien, es como ese "te acompaño en el sentimiento" que aún hoy en día espeta algún cretino en los funerales.

El presidente de VOX ha sido un poco más rebelde y ha querido destacar el resultado "histórico" de Le Pen, dato que no deberíamos ignorar. El tipo juega a su personaje y en el fondo un comentario así es lo que esperábamos de él. Se echa en falta algún comentario antieuropeísta y alguna referencia a la inmigración, pero todo bien.

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El comentario de Albert Rivera es de los que más me ha gustado. Joder, es que Albert nunca falla. El tipo felicita a los franceses por haber elegido como presidente a alguien con voluntad de unir a un pueblo, europeísta, progresista, liberal y de 39 años, EXACTAMENTE igual que Rivera —bueno, Rivi hará 38 años en noviembre de este año—. Incluso con la imagen que ha escogido de Macron se atisban ciertas similitudes, como esa eterna sonrisa y belleza que acompaña a todos los neoliberales. Atención al detalle de utilizar el francés en la última frase. Rivera no podría sentirse más integrado.

En el caso de Susana Díaz nos encontramos con el clásico discurso socialista anacrónico y despistado. La tipa quiere alzarse como la defensora número uno de los derechos sociales, la gran madre del pueblo y la democracia. Lástima que su partido alimente un sistema político y económico que lo único que hace sea consolidar las grandes riquezas y los grandes conglomerados empresariales.

Por otro lado, su camarada Pedro Sánchez —con el que se enfrenta en las primarias del PSOE— opta por decir exactamente lo mismo, utilizando incluso los mismos conceptos (democracia y Europa). Uno se esperaba mucho más del Twitter de alguien capaz de esto.

Me veo en la obligación de citar también a Patxi López que si no luego me llaman partidista. El discurso es el mismo "detener la ultraderecha y blah blah blah", los tres parecen, básicamente, la misma persona, y esto no sé si es algo bueno o malo para el PSOE.

Los podemitas han tardado en tuitear alguna historia sobre el asunto. Durante buena parte de la mañana tanto la cuenta de Pablo como la de Errejón, Monedero o cualquier otra estrella del partido han permanecido en silencio, redactando en secreto la publicación definitiva, esa que reúna cierta alegría por la derrota de Le Pen pero que denuncie de la misma forma las políticas de Macron. Como cuando te vas a vivir a un piso de puta madre, barato, grande, con luz e incluso con una terracita que te va genial para hacer esos cuadros que pintas con tus genitales y entonces va un amigo y te suelta eso de "pero estás a una hora en metro del centro". Y tú le dices que no, que son 39 minutos del centro pero el colega ya está ofuscado y cree que eres un perdedor. Pues bueno, más o menos eso es lo que piensan en Podemos de Francia.

Y mientras, Xavier García Albiol, presidente del PP de Cataluña, sigue con sus cosillas.