Homenaje de la afición puma a Darío Verón: un grito que pide respeto y memoria
Club Pumas de la UNAM

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Homenaje de la afición puma a Darío Verón: un grito que pide respeto y memoria

"No cortamos ninguna carrera, sino que nosotros como club, como proyecto, necesitamos espacios para chicos de cantera mexicanos, que están preparados y que tienen que empezar a participar con el primer equipo. Es un momento muy doloroso para nosotros".

Las palabras de Sergio Egea, vicepresidente de Pumas, fueron más que frías para referirse a la salida de uno de los ídolos del club, Darío Verón, las mismas que sirvieron de despedida a Alejandro Palacios.

Fueron la peor defensiva del torneo, recibieron 30 goles y su casa nunca representó la fortaleza que debía: de nueve partidos disputados en el Olímpico Universitario sólo ganaron tres. La dirigencia sacude desde los cimientos porque quiere sangre joven y mexicana, ese es su argumento. Pero más allá del desempeño general, y específicamente el de Verón, la determinación de abrirle la puerta sin más reconocimiento que esa frase ha provocado molestia.

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"Perdemos al último ídolo auriazul, al que para mí es el mejor jugador que ha vestido nuestros colores. ¿Que ya estaba en sus últimos años? Sí, pero no merecía irse de esta forma, por la puerta de atrás. Es leyenda pura, se dejó la vida por estos colores, 14 años en el club y lo corren de esta forma. Es muy injusto", dice Emir, un aficionado puma, pero se niega a abundar en el tema porque todavía le causa dolor.

El primer encuentro de los Pumas con el paraguayo fue una casualidad de la Copa Libertadores en 2003, competencia que el Club Universidad supo sortear hasta los Octavos de Final haciendo valer su poderío en casa. Los Pumas se enfrentaron al Cobreloa de Chile, con Darío Verón que los venció. Ese abril, Verón pisó por primera vez el césped de Ciudad Universitaria, aunque con camiseta visitante. Se llevó el cartón rojo al final, pero firmó una gran demostración defensiva que les valió el triunfo. Al siguiente año, en junio y ya como Puma, levantó la copa del Clausura 2004 frente a la tribuna que hoy llora su salida.

Verón dice que había escuchado de Pumas, sabía que es uno de los clubes más importantes de México y del orgullo que representa la máxima casa de estudios del país. "Vengo a ser campeón", expresó a su llegada y no fueron palabras vacías del discurso del futbolista recién contratado. Levantó cuatro copas, la más importante: la del Apertura 2004 que significó el histórico bicampeonato bajo la dirección de Hugo Sánchez, el técnico que con el Cobreloa lo vio derrotar a su equipo en Libertadores y lo quiso para proteger su marco.

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Anotó 20 goles, es el defensa con más anotaciones de la historia auriazul, y también su favorito. El recuerdo que ha servido de homenaje en las últimas horas es el gol que marcó a Puebla en el Clausura 2009. Corría el minuto 88', parecía que la Franja los dejaría fuera en la semifinal sin demasiadas opciones de marcar la diferencia, hasta que Israel Castro envió un centro al área que encontró Verón para rematar de cabeza. Ese torneo levantaron otro título, esta vez con "Tuca" Ferreti en el banquillo y junto a Francisco Palencia en la cancha.

"Pumas tiene la mala fama de darle un mal trato a sus jugadores emblemáticos. El mayor reconocimiento que han hecho, ha sido un '11 histórico', hace unas temporadas. Y el homenaje a Aaron. Hoy, por diferencias con el estratega, sale Verón por la puerta de atrás. Quizá el ciclo sí se había terminado, pero se necesitaba un mejor trato para la última leyenda en activo del Club Universidad. Justo lo dijo Alcoba a mitad de semana: 'Pumas siempre necesitará a Darío. Darío siempre necesitará a Pumas'", dice Brian, otro de los aficionados, respecto al anuncio que ha sido un golpe para los fieles que lo consideran el último recuerdo de un equipo que escribió historia del futbol mexicano.

En 2013, cuando la cuenta marcaba 346 partidos y una década de su incorporación, Verón refrendó su cariño por el país y agradeció a la afición de la que se ha declarado enamorado a primera vista. "Cuando llegué a Pumas tenía mucha hambre de triunfo y sinceramente sí me gustaría terminar mi carrera aquí como profesional. Todo me gusta de Pumas, es una institución con mucha alma", dijo entonces, con los títulos mexicanos, el subcampeonato de la Sudamericana y el Trofeo Santiago Bernabéu.

Su último campeonato, el del Clausura 2011, fue ganado con Memo Vázquez como entrenador. Fue
dirigido por nueve técnicos distintos en 14 años, pero algo nunca cambió, su presencia en la zaga central y el liderazgo a pesar de la constante rotación de jugadores, incluso sin el gafete de capitán. A finales del año pasado, su salida ni siquiera estaba contemplada por los dirigentes, cuando el presidente reafirmó que la carrera de Verón terminaría en el club.

¿Cuál debió ser el final de esta historia? "Verón no merecía irse con una expulsión en su último partido, con un penúltimo lugar en la tabla general. Darle un torneo más hubiera sido lo óptimo. Anunciar que era el último torneo de Verón, aspirar a ganar aunque sea el título de Copa MX. Ya hay figuras mundiales que han cerrado su carrera con episodios así, como Zidane -guardando proporciones-. Tenemos la pésima costumbre de no reconocer u homenajear a la gente en vida, mucho menos en activo. Hubiera sido buen momento para cambiar esa patética historia", comenta Brian.

Se va de Pumas pero no del futbol, porque dejó claro que él es el único que puede decidir el momento de su retiro, siente que todavía le queda vida en las canchas. Se retirará en otro lado, vistiendo una camiseta que no fue la que más amó ni la que representa su mejor episodio en el
juego. La afición se rinde ante su legado con el reclamo indignado a una institución que intenta pasar por alto lo que ha significado: "Verón ha sido más importante para nosotros que el mismo Palencia", esa es la voz de Llan, una aficionada dolida.