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Mala noche en el diamante para Julio Urías y los Dodgers

A pesar de hacer historia en Grandes Ligas, Julio Urías tuvo una mala noche en casa.

La noche sería histórica, no sólo para México, sino para el beisbol de Grandes Ligas en general. Julio Urías, aquel niño de 20 años que había debutado con los Dodgers de Los Ángeles un 27 de mayo del año presente ante los Mets de Nueva York, tomaba el montículo como abridor de los Dodgers para convertirse en el pícher más joven en toda la historia de la MLB en iniciar un partido de playoffs.

El escenario era inmejorable, lanzaba ante su gente en el Dodger Stadium, y la euforia por ver al joven sinaloense triunfar en la lomita resonaba a lo largo y ancho del diamante. Pero, como en todo deporte, el beisbol suele ser traicionero y, en un abrir y cerrar de ojos, puedes terminar regalando cuadrangulares y carreras. En la cuarta entrada, Urías aprendería que jugar a este nivel implica constancia y concentración pura; algo que tal vez por su edad y su inexperiencia no vio venir.

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Julio Urías — Enrique Peña Nieto (@EPN)20 de octubre de 2016

Ahora todo tiene sentido

Ya desde la parte baja de la segunda entrada, el juego presentaba una jugada controversial. Adrián González había estado cerca de anotar la primera carrera de los Dodgers. En realidad sí lo hizo, pero la velocidad de la jugada traicionó a los ojos de los jueces y decretaron que no había tocado en safe. Fue la primera señal de lo que sería una larga noche en Los Ángeles.

Llegaría la parte alta de la cuarta. Los Cubs con corredores en primera y segunda. Urías versus Wilson Contreras; el venezolano saldría airoso con un imparable al jardín izquierdo para estrenar el marcador a favor de los de Chicago. Más adelante, llegaría el turno al bate de bombardero Addison Russell, quien bateó un gigantesco home run a de dos carreras por la parte central y así aumentar el marcador 4-0. Poco después, Dave Roberts, entrenador de los Dodgers, entraría al campo para comunicarle a Urías que su participación había terminado.

Urías se marchó al bullpen cabizbajo —después de 3.2 entradas de cuatro hits, mismo número de carreras, dos bases por bolas y cuatro ponches— pero con la certeza de que ahora era más sabio que el Urías de unas horas atrás; las mejores lecciones de la vida son, casi siempre, las que más duelen.

Los Cubs no tuvieron piedad una vez terminado el relevo de Urías y los Dodgers cometieron errores que no tienen cabida a estas alturas de la postemporada. Anthony Rizzo conectaría un cuadrangular en la quinta entrada y después ayudaría a remolcar otras dos en la sexta. Al final del día, Chicago se cansó de correr las bases del Dodger Stadium, 10 para ser exactos, y nivelaría la serie 2-2.