Yolanda Varona, directora y fundadora de la asociación Dreamers Moms USA/Tijuana, es una de las miles de madres que año tras año son deportadas por autoridades de Estados Unidos hacia México por razones migratorias.De acuerdo con estadísticas de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobierno (Segob), de 2015 a marzo de 2018 un total de 23 mil 57 mujeres mayores de edad han sido deportadas tan solo por territorio de Baja California, de las cuales se estima que al menos el 50 por ciento son madres de familia.
Publicidad
La mayoría de ellas han regresado por Tijuana y han decidido quedarse en esta ciudad por la relativa cercanía que les representa con sus seres queridos. Están a la espera de poder regresar de manera legal accediendo a la solicitud de la Visa U, para víctimas en territorio estadounidense, o bajo la premisa de que alguna autoridad se digne a modificar la ley de migración que les permita el reencuentro.Mientras eso sucede, Dreamers Moms USA/Tijuana trabaja con asesorías y ayuda psicológica para ayudarles a superar el trauma de la deportación y la separación de sus hijos. A continuación el testimonio completo de Yolanda, una madre que dejó dos hijos siendo adolescentes y que ahora son mayores de edad, a quien deportaron por haber estado trabajando con una visa de turista.
El activismo como acto de supervivencia
Publicidad
Empezamos una reunión solamente cuatro personas, pero con el tiempo me di cuenta que había más mujeres en la misma situación. Más tarde, la asociación creció debido a una manifestación a la que asistí en la garita de San Ysidro el 1 de mayo de 2014. Ahí comencé a hablar mucho y llevaba un cartelón que decía “Have you see my son?” (“¿Has visto a mi hijo?”), lo cual llamó la atención de algunas personas.
Relacionado: Dreamers y deportados nos hablan de su regreso a México
A raíz de eso salieron entrevistas en los medios y fue así como las mujeres comenzaron a llegar a la organización. Con los años nos hemos dado cuenta que hay muchas cosas por hacer, como prestar asesoría psicológica, legal y migratoria, y para ello tenemos varias personas que lo ofrecen de manera voluntaria.Ahora tenemos la fortuna de que nos conocen varios congresistas y legisladoras de Estados Unidos, quienes prontamente nos van a realizar una visita para organizar un foro donde haya voz de los niños ciudadanos norteamericanos y que así puedan expresarse y decir cómo les ha afectado la deportación de sus madres.La meta del grupo es regresar legalmente con nuestras familias, es la reunificación familiar, es por eso que muchas de nosotras tenemos aquí en Tijuana muchos años, esperando que se terminen los castigos que nos han impuesto, que nuestros hijos cumplan la mayoría de edad para que hagan una petición de asilo para nosotras o el que cambie alguna ley que nos pueda beneficiar.
Relacionado: Dreamers y deportados nos hablan de su regreso a México
A raíz de eso salieron entrevistas en los medios y fue así como las mujeres comenzaron a llegar a la organización. Con los años nos hemos dado cuenta que hay muchas cosas por hacer, como prestar asesoría psicológica, legal y migratoria, y para ello tenemos varias personas que lo ofrecen de manera voluntaria.Ahora tenemos la fortuna de que nos conocen varios congresistas y legisladoras de Estados Unidos, quienes prontamente nos van a realizar una visita para organizar un foro donde haya voz de los niños ciudadanos norteamericanos y que así puedan expresarse y decir cómo les ha afectado la deportación de sus madres.La meta del grupo es regresar legalmente con nuestras familias, es la reunificación familiar, es por eso que muchas de nosotras tenemos aquí en Tijuana muchos años, esperando que se terminen los castigos que nos han impuesto, que nuestros hijos cumplan la mayoría de edad para que hagan una petición de asilo para nosotras o el que cambie alguna ley que nos pueda beneficiar.
Publicidad
La espera
La visa U
Publicidad
Muchas mujeres no tienen conocimiento de esta visa, ni siquiera dentro del país vecino. Nosotras nos hemos encargado de resaltar y compartir la información necesaria para que no tengan miedo. En ese sentido ha sido un trabajo bien emocionante y bien hermoso porque nos da gusto ver esos frutos y esos resultado; nos da la idea de que sí vale la pena hacer todo esto.Actualmente somos 18 mujeres en la asociación, pero hay varias más que no están de planta y otras más que se regresaron como indocumentadas. No quisieron esperar, pero nosotras siempre recomendamos que no lo hagan porque al cruzar. Si las detienen, queman su última oportunidad de poder arreglar legalmente.Lo más triste de todo es que no te avisan que te van a deportar. Lo feo es que las detienen en los trabajos, en la calle, cuando vienen de dejar a sus hijos en la escuela. Hay mujeres que estaban en un proceso migratorio pero al llegar a su cita les dijeron que lo sienten mucho pero que en lugar de poder regularizarlas, van a tener que salir deportadas. Y las detienen en ese mismo momento. Eso, por ejemplo, es un choque emocional muy grande para ellas, porque van con la esperanza de solucionar y legalizar su estatus migratorio y, sin embargo, reciben una deportación.Lo más difícil de la deportación es no poder despedirte de tu familia, porque no te dicen que te van a deportar. Por ello ese suceso imprevisto que te hace no darle un último abrazo a tu hijo, hija, esposo o esposa. Es muy dramático.
Sobre la separación familiar
Publicidad
En mi caso, yo viví con visa de turista durante dos décadas en Estados Unidos, y mi castigo fue muy grande cuando ellos descubrieron que yo estaba trabajando. Me dijeron que el delito que estaba yo cometiendo era el de fraude por enriquecimiento personal e ilícito, cuando yo solamente estaba trabajando de manera normal. Me castigaron con no regresar de por vida.
Relacionado:
Mi hijo realizó la petición para mí, pero fue en ese proceso donde recibí la noticia de que jamás podría regresar a Estados Unidos. Cuando me dijeron que sería de por vida sentí que me moría. Salí entonces del Consulado y el hecho de no saber cómo decirles que no volvería nunca para mí fue un hecho muy traumático. A la salida volteé y vi que había un puente al lado del Consulado. Te juro que mi intención fue subir y dejarme caer para que me pasaran los carros encima, porque yo recuerdo mucho que a mis hijos les decía que solo muerta me iba a separar de ellos. El haberles fallado hasta cierto punto a mí me hacía sentir culpable por haberlos llevado a un país que no era suyo.A mí ya me la aprobó un fiscal, quien reafirmó que sí había sido víctima, entonces ahora ya se mandó mi perdón, mis huellas digitales y otros documentos directamente a migración. Estoy esperando a que me den el tan ansiado perdón y me aprueben, lo cual espero con toda mi alma. Tiene ocho años que no veo a mi hija y de verdad sueño con el momento de tocarle el cabello.
Relacionado:
Mi hijo realizó la petición para mí, pero fue en ese proceso donde recibí la noticia de que jamás podría regresar a Estados Unidos. Cuando me dijeron que sería de por vida sentí que me moría. Salí entonces del Consulado y el hecho de no saber cómo decirles que no volvería nunca para mí fue un hecho muy traumático. A la salida volteé y vi que había un puente al lado del Consulado. Te juro que mi intención fue subir y dejarme caer para que me pasaran los carros encima, porque yo recuerdo mucho que a mis hijos les decía que solo muerta me iba a separar de ellos. El haberles fallado hasta cierto punto a mí me hacía sentir culpable por haberlos llevado a un país que no era suyo.A mí ya me la aprobó un fiscal, quien reafirmó que sí había sido víctima, entonces ahora ya se mandó mi perdón, mis huellas digitales y otros documentos directamente a migración. Estoy esperando a que me den el tan ansiado perdón y me aprueben, lo cual espero con toda mi alma. Tiene ocho años que no veo a mi hija y de verdad sueño con el momento de tocarle el cabello.
Publicidad
Pero bueno, tengo que esperar unos años más, pero tengo una esperanza real. Aunque migración tiene la última palabra que puede ser un no, también, pero la esperanza de volver con nuestros hijos es lo que finalmente me mantiene.