Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.El presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, que ha abanderado una salvaje y ultraviolenta campaña de lucha contra las drogas desde que tomó posesión de su cargo ha desmentido que hubiera abusado el fentanilo, un poderoso opiáceo que se consigue por prescripción médica."Qué idiotas: me inventé esa historia y se la han creído", comentó Duterte el sábado, según ha informado la agencia France-Presse.El presidente admitió la semana pasada que se le había prescrito fentanilo para aliviar el dolor vertebral que le había provocado un accidente de motocicleta. Según ha contado el avieso presidente, su médico le habría recomendado dejar de consumir la sustancia, habida cuenta de que "estaba abusando de ella", según ha informado el periódico local Philippine Star.Duterte, en cualquier caso, asegura seguir consumiendo el medicamento para combatir la migraña y los dolores vertebrales que todavía arrastra, pero se ha esmerado en recordar que no es adicto. "No soy adicto", ha comentado a la BBC. "Solo cuando me lo prescriben. La adicción solo se da con la regularidad, amigo mío".
Publicidad
El fentanilo, una droga que el ejecutivo estadounidense considera de clase A, es un opiáceo sintético que se cree que es entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina. Generalmente se prescribe para el tratamiento del dolor crónico o de los síntomas del cáncer, u otras enfermedades severas. En 2015, solo en Estados Unidos, 33.000 personas murieron tras haber ingerido una sobredosis de la sustancia.Las recientes revelaciones contrastan de manera grotesca con la política antidroga de Duterte en Filipinas. El violento mandatario ya había anunciado que orquestaría una campaña de tolerancia 0 contra cualquier tipo de droga. La emisora Al Jazeera ha estimado recientemente en 6.000 personas el número de drogadictos asesinados desde que Duterte asumió el poder, el pasado mes de junio.En verano, el líder fascista, xenófobo y racista alentó a la población civil del país a que participara de asesinatos extrajudiciales cuando estos estuviesen destinados a deshacerse de drogadictos y traficantes. "Si conocéis a algún adicto no tengáis reparo en liquidarlo vosotros mismos", proclamó el presidente a la muchedumbre concentrada en un suburbio de Manila el pasado 30 de junio.Por mucho que ahora Duterte esté desmintiendo haber usado fentanilo, sus declaraciones han disparado las sospechas y ahora sus detractores le exigen que sea más transparente en relación a su salud. El líder filipino tiene 71 años, lo que le convierte en el presidente más viejo que haya conocido nunca Filipinas.Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsEs