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medio ambiente

Muy padre tu dieta vegana, pero si quieres ayudar al planeta, no tengas hijos

La próxima vez no digas “sin popote por favor”: mejor investiga dónde hacerte la vasectomía o dónde ligarte las trompas.
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Foto por Paola Aranda

Ya no es únicamente una suposición ni un secreto a voces: según la revista Environmental Research Letters, publicación especializada en investigación y cuidado del medio ambiente, el decidir no tener hijos es, hoy por hoy, la acción individual que tiene mayor impacto ambiental positivo en un mundo sobresaturado y donde los recursos naturales están escaseando.

Seth Wynes y Kimberly Nicholas, autores del estudio, dejan en claro cuáles son las acciones personales que puede emprender cualquier persona si lo que buscan es crear un impacto positivo en el corto plazo. Estudios como los de Wynes y Nicholas son importantes pues representan una guía práctica para aquellos que tienen la intención de ser más amables con el ambiente, pero no saben cómo aterrizarlo a sus prácticas cotidianas.

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De hecho, entre las acciones “humanamente alcanzables” y realmente significativas para dejar de producir CO2 (y de esa forma reducir la famosa huella de carbono), el dejar la carne y tener una dieta basada en vegetales apenas alcanza el sexto lugar de entre las medidas que una persona podría tomar. El hacerlo significaría reducir 0.8 toneladas al año de gases que inciden en el efecto invernadero. Una medida importante y significativa sin duda, pero todavía insuficiente.

Todavía más benéfico sería que una persona se decidiera a cambiar un auto convencional por uno eléctrico, o se decidiera por compartir el auto: esto ahorraría al año 1.2 toneladas de gases causantes del efecto invernadero. Una tercera opción para emitir menos CO2 sería recurrir a fuentes de energía consideradas como “verdes”. Esto es muy controvertido, porque si bien en algunos países del primer mundo las personas pueden decidir de dónde viene su electricidad (como si de contratar un proveedor de telefonía, internet o televisión por cable se tratase) esto no es una realidad palpable en países con amplios rezagos estructurales, como México. De poder decidir libremente por energías verdes, ¿cuánto se ahorraría? Las personas dejaríamos de emitir 1.4 toneladas menos de CO2.

La tercera acción de mayor impacto es renunciar a los viajes. ¡Cada persona que decide no hacer un vuelo intercontinental representa un ahorro de 1.6 toneladas de CO2! El segundo peldaño de las acciones más ecológicas podría parecer una obviedad, pero el estudio lo confirma: vivir sin auto resulta una de las formas más efectivas e inmediatas de ayudar al medio ambiente. El uso de transporte público o desplazarse en bici representa dejar de emitir 2.4 toneladas de dióxido de carbono solo en un año.

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Pero una medida que casi se sale de la gráfica, es definitivamente NO TENER HIJOS. Ni la dieta vegana, ni la bici le hacen sombra a dejar de reproducirse. Y es que el no tener “bendiciones” tiene un efecto exponencial. No hacerlo representa dejar de producir ¡60 toneladas de CO2 al año! Además, representa un giro aún más positivo cuando se toma en cuenta los posibles hijos que este niño podría tener, además de los hijos de sus hijos.

Pero además estas cifras pueden incrementarse en sociedades que promueven un consumismo brutal. Según datos de 2016 del Banco Mundial, mientras en México la emisión de una persona promedio es de 3.86 toneladas de CO2 al año, en EU —una de las sociedades más consumistas que hay— las personas emiten anualmente 16.49 toneladas. No han servido de nada las múltiples alertas sobre contaminación de los mares, el calentamiento global, o el deshielo de los casquetes polares. Los estadounidenses siguen empeñados en consumir como si no hubiera un mañana. Y tal vez, gracias a ello, no lo haya.

Pero no hay excusa, no podemos escudarnos en que nosotros y nuestros hijos contaminamos “poquito”, o menos que nuestros vecinos del norte. Por más ecofriendly y educados que seamos, estamos contribuyendo a depredar el planeta. La escasez de agua es un hecho incontrovertible, todos utilizamos prendas de vestir, nos alimentamos, usamos celulares: es decir, somos unas máquinas de dilapidar recursos, muchos de ellos no renovables.

Así que la próxima vez que pienses en cómo podrías ayudar al planeta, no digas “sin popote por favor”: mejor investiga dónde hacerte la vasectomía o dónde ligarte las trompas. Si de verdad quieres hacer algo por darle un respiro a este mundo, tener máximo un hijo (o mejor no tenerlo) es decididamente la mejor opción. ¿Lo harías?

@PaveloRockstar