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Sexo

Cómo logré que mi relación no monógama y consensuada funcionara

Mi novia era la que estaba interesada en tener una relación abierta; a mí me aterraba la idea. Le pedí seis meses para pensármelo y descubrí que era justo lo que necesitaba.
relación abierta
Cavan Images / Getty

Artículo publicado originalmente en TONIC Estados Unidos.

Aunque nunca me consideraría un experto en el tema, este año cumplo una década desde que decidí explorar la no-monogamia consensuada. He aprendido mucho desde entonces, aunque sigo intentando afinar algunas cosas, sobre todo porque tengo el hábito de salir con personas que son nuevas a la no-monogamia tanto en teoría como en práctica. Más abajo están las seis lecciones más importantes que he aprendido —y que todo el tiempo estoy reaprendiendo— en esta aventura.

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Aprender el lenguaje

Como en el kitesurfing o en la crianza de hurones, en las relaciones en las que tienes compromisos sexuales y/o románticos con otras personas hay una jerga específica. Mientras me acomodaba a la idea de estar abierto en mi relación, empecé a conocer algo de la terminología. Una de las primeras cosas que aprendí es que hay muchas formas de estar "abierto", que en realidad es un concepto general.

Puedes ser lo que en inglés se llama "monogamish", que significa que tú y tu pareja han acordado tener cierta actividad sexual por fuera de la relación y que eso está bien. Está el "poliamor" —literalmente muchos amores—, que significa que tú y tu pareja pueden estar involucrados no solo física sino románticamente con otras personas. "Swinging" normalmente significa que las parejas consensualmente intercambian con otras personas para relaciones sexuales. Hay muchas otras formas en las que la gente puede abordarlo. Mi pareja y yo inicialmente decidimos irnos por lo monogamish, pero después de unos años, ya teníamos parejas secundarias y terciarias. Entonces fuimos poliamorosos pero, claro, eso suena un poco setentero. Así que decidimos quedarnos con el término de "abierto", aunque siento que en los 11 años que llevamos desde que esto empezó, "no-monogamia consensuada" es el término más actualizado.

Otra nueva palabra que aprendí fue "compersión". Casi siempre se define como un sentimiento positivo que uno experimenta cuando una pareja está disfrutando otra relación. Uno puede encontrar, como yo, una increíble capacidad para la compersión. Por otro lado, podrías encontrar que la idea de que tu pareja esté con el bartender podría ser demasiado para ti.

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No te aceleres

Para que una relación abierta pueda prosperar, es imperativo que los dos estén completamente de acuerdo con la idea de empezar a ver a otras personas. Si no es así, y de todas formas emprenden, lo más seguro es que las cosas fracasen.

Por supuesto, no es raro que una de las personas esté más entusiasmada con el prospecto de estar abiertos que la otra. Effy Blue, coach de relaciones abiertas, dice que el hecho de que una persona esté mucho más emocionada de estar abierta que la otra es una de las tres razones principales por las que las parejas piden entran a terapia.

"Cuando uno de los dos quiere ser no-monógamo de una manera consensuada y el otro no está tan seguro, tiene sentido darle al escéptico algo de tiempo para leer y pensar al respecto", dice Terri Conley, profesora asociada de psicología de la Universidad de Michigan. En otras palabras, estas nuevas ideas necesitan ser procesadas. Conley, quien se dedica a investigar la no-monogamia, dice que si la persona reacia sigue sin convencerse después de un mes o dos de pensarlo y procesarlo, se deberán tomar algunas decisiones fuertes.

En 2007, mi novia —que después se convirtió en mi esposa— fue quien se interesó por la idea de ser abiertos, mientras que a mí eso me aterraba. Pedí un plazo de seis meses para congelar la idea de la no-monogamia y ella aceptó. Por suerte, ese tiempo fue exactamente el que necesitaba para prepararme mental y emocionalmente a la idea de empezar a ver otras personas. Estaba tan metido en mi cabeza con toda la preparación mental que estaba haciendo, que ni siquiera consideré que yo fuera a salir con otras personas pero, de hecho, fue el primero en aprovechar las ventajas de la no-monogamia.

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Permitirse una pausa y dejar que la persona más reacia se acomode un poco con los nuevos planes probablemente ayude a que las cosas salgan mejor, si se decide ir por ese camino. Así que tómense su tiempo, piensen en sus sentimientos y usen las palabras. Si al final del periodo de pausa acordad todavía sienten nauseas por la idea de compartir a su amor, entiendan que la no-monogamia podría no ser para ustedes.

Fijen unos límites (entendiendo que podrán ir cambiando con el tiempo)

Cuando se enfrenten a abrir la relación tendrán que imaginar cómo podrían sentirse en una serie de situaciones. "La gente en relaciones no-monógamas consensuadas no tienen un guión que puedan seguir", afirma Conley. Mientras que hay un consenso general de lo que está bien y lo que no está bien en relaciones monógamas, en las relaciones abiertas los términos son negociados y renegociados todo el tiempo. "Creo que fijar límites es algo que también debería pasar en las relaciones monógamas. La gente cree que sabe lo que otros entienden por 'monogamia', por ejemplo. Pero en realidad, las definiciones de las personas de la monogamia son idiosincráticas", dice ella.

Uno de los acuerdos a los que llegamos en con mi pareja fue que los dos mantendríamos una práctica muy estricta de siempre usar condón con otras parejas. Esta fue una decisión de salud, pero ese sexo sin barreras impregnó nuestra relación con mucha más intimidad. También acordamos que no tendríamos sexo con nuestros amigos, y que solo tendríamos encuentros de una vez, en vez de relaciones. También llegamos a acuerdos frente al nivel en el que contaríamos nuestras aventuras con otros. Ella prefería un relato más general, mientras que yo pedí que fuera con detalles.

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Todos los límites que fijamos fueron revisados, retrabajados y, en casi todos los casos, desechados a medida que nos sentíamos más cómodos con la no-monogamia. Ya sea que estén abiertos o no, es muy probable que su relación evolucione con el tiempo, así que deberían revisar sus límites o reglas juntos y si estas se sienten muy restrictivas, muy vagas, o simplemente irrelevantes. Dicho eso, para asegurarse de que recuerden lo que se acordó, tal vez incluso valga la pena poner esas reglas por escrito para que sea más fácil responsabilizarse por ellas cuando todavía sean válidas.

No lo hagan solos

Blue dice que una comunidad de personas abiertas pueden servir para redes de apoyo, opiniones, consejos, camaradería, y como un espacio libre de juicios y escrutinio. "Las relaciones abiertas pueden generar aislamiento", dice. "Especialmente si no estás en posición de ser abierto con tus amigos o familia, o si ellos no te entienden o apoyan". Blue recomienda conectarse con otras personas abiertas, hablar con ellas sobre sus experiencias, y averiguar sobre su recorrido.

Conley concuerda, añadiendo que personas con más experiencia en la no-monogamia consensuada pueden ofrecer consejos muy valiosos. "Es crucial tener mentores en la no-monogamia consensuada, porque las normas monógamas sirven como hojas de ruta", dice.

En nuestro caso, mi pareja y yo tuvimos la fortuna de tener amigos abiertos como inspiración. La pareja había estado en una relación abierta durante siete años y, en ese momento, fueron nuestro único ejemplo directo de una relación abierta funcional, amorosa y sexy. De todos modos, sabíamos que la forma en la que ellos lo habían hecho no serviría para nosotros; esto nos ayudó a crear nuestras propias expectativas.

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"Si no conoces a nadie en una relación abierta, Meetup.com es una gran plataforma para buscar y conectarse con una comunidad cerca a ti", dice Blue. "Facebook tiene muchos grupos públicos y privados a los que te puedes unir, y está también el subreddit de poliamor. Si te inclinas más por el lado kinky, fetlife —piensen en Facebook para fetichistas— tiene grupos y eventos geniales. Busca 'relaciones abiertas', 'poliamor' y/o 'no-monogamia' para empezar".

Intenten no compararse con las personas con las que sale su pareja

Si hubiese conocido a mi pareja uno o dos años antes, su propuesta de tener una relación abierta me habría mandado muy lejos. Pero para cuando la conocí, había cumplido 30 años y me sentía muy cómodo conmigo mismo. Me sentía confiado en mi carrera, cómodo con mi cuerpo, y entendiendo cuál era mi encanto único y propio. Eso significaba que estaba menos impulsado a compararme con los hombres imposiblemente altos, apuestos, exitosos y bien dotados con los que ella saliera.

Fueron muchas cosas las que hice para subir mi autoestima durante mi relación abierta y matrimonio, incluyendo el diálogo interno positivo, el enfocarme en las cosas que me gustaban de mí mismo y que son únicas en mí, el ejercicio, y pasar más tiempo haciendo cosas que disfrutaba y, sí, también salir con gente nueva.

Conley dice que, aunque puede ser imposible resistir el impulso de compararse con otros, las personas en relaciones abiertas exitosas entienden que sus parejas tienen necesidades que ellos no pueden suplir, así como ellos tienen necesidades que sus parejas no pueden satisfacer. "Probablemente es más fácil si son capaces de preguntar a su pareja cuáles son esas necesidades que esa otra persona satisface", dice ella. "Con una mente abierta, tal vez se den cuenta de que, de hecho, la mejor persona para satisfacer esas necesidades".

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Permítanse sentir celos.

Una de las primeras cosas que la gente quiere saber sobre las relaciones abiertas es cómo se manejan los sentimientos de envidia que pueden surgir cuando alguien que no eres tú está saliendo felizmente con tu pareja. Según Blue, hay dos tipos de celos: "de temperamento", que significa que sentir cierto grado de celos es parte de tu personalidad, e "incidental", que significa que ciertas actividades o dinámicas tienden a generar los celos conforme ocurren. "El primero es un rasgo de personalidad", dice. "Si eres una persona celosa de temperamento, tal vez debas repensar lo de la no-monogamia. Es el segundo tipo el que se puede manejar".

Los celos de temperamento siempre han sido los que previnieron que yo contemplara la idea en mis veintitantos. Pero cuando cumplí los 30, encontré a una pareja que amaba y, como ya mencioné, trabajé en mí mismo y cultivé la compersión, ese sentimiento empezó a desaparecer. También ayudó el hecho de que me excitara la idea de mi esposa teniendo sexo por fuera de nuestro matrimonio.

"Los celos son algo que la gente abierta reconoce como algo incómodo pero no devastador", dice Conley. "Asi que siéntanlo y entiendan que va a pasar; la gente que decide practicar la no-monogamia consensuada encuentra que cada vez se vuelve un tema más manejable".

El cambio de mi esposa me desafió a ser abierto y me cambió la vida por completo. Luego, después de siete años de matrimonio, ella decidió que quería volver a considerar la monogamia y posteriormente nos separamos. En los tres años que han pasado desde entonces, he salido con varias personas, algunas serias, pero todas entendiendo que podemos ver a otras personas. Emplear algunos de mis conocimientos de mi primera aventura en la no-monogamia no significa que todo siempre salga bien, pero me he dado cuenta de que la lista de arriba me ha ayudado a mantener la tristeza al mínimo mientras disfruto de una vida que —si sale bien— puede cambiar la forma en la que uno se vive a sí mismo y al mundo alrededor.