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Sexo

¿El sexo cuenta como ejercicio?

Si alguna vez has usado el sexo para justificar faltar al gimnasio, este artículo es para ti.
Una mujer saltando en la cama.
A

Artículo publicado originalmente por Broadly Estados Unidos.

Para muchos, hacer ejercicio es algo que hacen no porque quieran hacerlo, sino porque saben que deben hacerlo. Tal vez disfrutan de la sensación de realización después de agotarse físicamente, pero difícilmente disfrutarán despertarse temprano antes de ir a trabajar, el camino al gimnasio, ponerse algunas capas de ropa antes de salir a correr en el frío… y, sin embargo, las personas que hacen ejercicio logran sobreponerse a todo esto. Puede que sea una de esas actividades que es horrible mientras está sucediendo, pero que te hace sentir bien una vez que termina. Sin embargo, ¿qué pasaría si fuera disfrutable todo el tiempo y te diera los mismos resultados benéficos? Básicamente, me pregunto si el sexo cuenta como ejercicio.

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Broadly habló con el Dr. Christopher Vincent, médico deportivo y cofundador del centro de gestión de la salud Altus Sports Institute con sede en Santa Mónica, acerca de si el sexo cuenta como ejercicio o no.

Según el Dr. Vincent, el sexo, definido como cualquier cosa que abarque desde los juegos previos hasta el coito, puede contar como ejercicio, pero no siempre. Hay tres áreas a considerar para responder esta pregunta, dice: cómo afecta el sexo al ritmo cardíaco, los músculos y el cerebro.

"Si tienes sexo muy físicamente intenso y una pareja muy física, definitivamente puede ser como hacer ejercicio", dice el Dr. Vincent. Esto significa que en los encuentros sexuales donde una persona hace la mayor parte del "trabajo", o sea que hace más esfuerzo físico y se mueve más, solo esa persona está obteniendo los beneficios físicos del ejercicio.

"En el aspecto físico, hay dos componentes: cardiovascular y adaptación muscular", explica el Dr. Vincent. "Cuanto más entrenas un grupo muscular específico contra la fatiga, más beneficios obtendrás. Cardiovascularmente, cuanto más alta sea tu frecuencia cardíaca durante un período más largo, más beneficio cardiovascular tendrás".

Los estudios demuestran que la duración promedio de las relaciones sexuales entre parejas heterosexuales es de entre 5,4 y 9 minutos, con encuentros sexuales completos entre parejas heterosexuales que duran un promedio de 19 minutos, lo cual todo en conjunto dura menos que una clase regular en el gimnasio. Sin embargo, otro estudio encontró que las parejas lesbianas tienen "duraciones significativamente más largas en los encuentros sexuales individuales que los hombres y las mujeres en relaciones heterosexuales o los hombre en relaciones con otros hombres".

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"Si tienes sexo muy físicamente intenso y una pareja muy física, definitivamente puede ser como hacer ejercicio".

A medida que aumenta tu presión arterial durante la estimulación sexual, tus músculos también trabajan. Si trabajan o no lo suficiente como para que el sexo cuente como ejercicio depende de muchos factores, y de acuerdo con el Dr. Vincent, en este caso aplica la misma lógica y las mismas preguntas que te harías para determinar si tu entrenamiento regular fue efectivo.

  • ¿En que posiciones estuviste?
  • ¿Qué tan rigurosa fue la actividad?
  • ¿Qué tan extenuados estaban durante y después del sexo?
  • ¿Qué tan adoloridos estaban sus músculos durante y después del sexo?

Según el Dr. Vincent, si las posiciones sexuales que practicas desafían tu resistencia, si te quedas completamente sin aliento o si experimentas dolor durante y/o después del sexo, "probablemente obtengas algunos beneficios físicos". Mientras hacía la investigación para esta historia, un amigo al que le conté me dijo "definitivamente puedes sentir el dolor en los músculos" durante actividades como los juegos previos; por ejemplo, al meterles los dedos.

Las similitudes del sexo con el ejercicio no terminan en lo físico, sino que también se extienden al cerebro. "Probablemente haya una mayor correlación entre hacer ejercicio y el cerebro y la liberación de hormonas", dice el Dr. Vincent. "Hemos oído hablar de 'la euforia del corredor' o de las hormonas y las endorfinas que son liberadas después del ejercicio, y esto es muy similar a lo que sucede con las hormonas que se liberan durante el sexo, después del sexo o por un orgasmo: prolactina, oxitocina , epinefrina, dopamina, testosterona, serotonina".

Hipotéticamente, podrías matar dos pájaros de una sola pedrada y convertir tus encuentros sexuales en extenuantes maratones de entrenamiento físico, pero eso no significa que debas hacerlo. Si tienes relaciones sexuales regulares y placenteras, es probable que ya estés obteniendo algunos de los mismos beneficios que brinda ir al gimnasio, aunque probablemente no los suficientes como para reemplazar tus entrenamientos con sexo. ¡Triste!