Una vez hubo confesado, me preguntó si quería ir con él a una reunión de Alcohólicos Anónimos. No sabía mucho sobre esas reuniones. Solo las había visto en películas, y en ellas la gente se sienta en un círculo y dicen: "Hola, me llamo X y soy alcohólico".También era consciente de las críticas que circulan sobre la organización: hay quien dice que es excesivamente religiosa, que es prácticamente una secta y que no hay pruebas científicas que avalen el tratamiento. Pero nunca lo había experimentado directamente. Por curiosidad —y conmovido por la vulnerabilidad de mi padre—, acepté su invitación.Partimos a la reunión un cálido día de verano. Estaba en el coche con mi padre, de camino a las afueras de un pueblo sueco. Empecé a ponerme nervioso y me preocupé por cómo me recibiría el resto del grupo, pero también por cómo reaccionaría yo a todo lo que los miembros del grupo contaran. ¿Y si alguien no está cómodo con mi presencia? Mi padre me aseguró que si alguien se sentía incómodo hablando ante gente de fuera del grupo, ese día no vendría a la reunión.Cuando estaba borracho, en vez de cuidar de mí, era yo quien tenía que cuidar de él
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Aparcamos el coche fuera de un edificio que la organización alquilaba a una iglesia sueca un par de días a la semana. Entramos, subimos un tramo de escaleras y nos metimos en una habitación bastante grande con 15 sillas dispuestas en círculo. Habíamos llegado pronto.Un hombre, que parecía dirigir la reunión, nos saludó a mí y a mi padre. Tenía una cara amistosa y acento americano. "Tu padre me ha hablado mucho de ti, y has de saber que tienes suerte de tener un padre así de excelente. Tiene un corazón enorme y ha ayudado a mucha gente de aquí. ¡Me alegro de que hoy estés con nosotros!". Fue tan majo que me abrumó y no supe qué responderle.Fue llegando más y más gente; la mayoría de ellos eran hombres de entre los 30 y los 50 años. Y yo, que tenía 18, me sentía un bebé. Al poco rato, estábamos todos sentados en círculo. El tipo amistoso carraspeó e inauguró la reunión.
"Hola, me llamo David*, y soy alcohólico", dijo."Hola, David", contestaron todos al unísono, menos yo.Era exactamente como en las películas.David dio la bienvenida a todos el día de la reunión y me presentó como el hijo de Andreas. Resultó que yo era el único pariente que había allí, pero estaba demasiado nervioso como para hablar. Observar estaba bien, pero la simple idea de compartir mis historias personales con extraños hacía que mi corazón latiera más deprisa."¿Quién quiere empezar?", preguntó David.Era exactamente como en las películas
Pero entonces, pienso en cómo mi padre gestionaba sus problemas bebiendo, y eso me ha hecho fácil pasar por alto el ansia. No me veo llegando hasta el punto de beber para bloquear lo que siento. Creo que, en ese sentido, el alcoholismo de mi padre ha aportado algo positivo.De vez en cuando, cuando me enfado, a veces siento la necesidad de beber
El siguiente en hablar era mi padre. Igual que hizo aquella vez en la cena unos meses atrás, se presentó como alcohólico. Por fortuna, en la reunión no sacó a colación ningún momento de aquellos cuando yo era pequeño y él todavía bebía.Me di cuenta de que eso había sido parte del miedo que tenía a asistir a esta reunión, que tuviera que vivir de nuevo esas experiencias con tanta gente a mi alrededor. Estaba contento de que tanto mi padre como yo hubiéramos dejado atrás todo eso. Estoy seguro de que en otras reuniones habrá compartido esas historias, pero conmigo allí, decidió hablar sobre lo bien que se sentía ahora que estaba sobrio.Asistir a una reunión de Alcohólicos Anónimos con mi padre fue apabullante. Sentí muchas emociones a la vez: felicidad, orgullo, amor, esperanza y gratitud, pero también una profunda tristeza al ver lo difícil que había sido la vida de mi padre y del resto de los asistentes. Al final de la reunión, todos se levantaron y se cogieron de la mano. Rezamos la plegaria de la Serenidad, cuya letra no me sabía, aunque es bastante famosa y empieza así: "Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar…"."Hoy estoy aquí porque quería ver cómo es una reunión de Alcohólicos Anónimos, ya que sé cuánto habéis ayudado a mi padre"
Más tarde le dije a mi padre que me parecía que la experiencia es completamente religiosa, pero respondió que no necesitas ser una persona religiosa para estar en Alcohólicos Anónimos. Me explicó que creer en "algo superior a ti" ayuda a que des los pasos para cambiar.Pero él y muchos otros del grupo eligen ver a los otros miembros como ese "poder superior". Pensé que tal vez tenía razón, puesto que la relación con mi padre es una de las razones por las que intento sacar la mejor versión de mí mismo.Mi padre está a punto de celebrar 15 años sobrio. A día de hoy, sigue asistiendo a las reuniones, y me ha dicho que no está seguro de si sería capaz de seguir sobrio si no hubiera seguido yendo, incluso después de estos años.Asistir a una reunión de Alcohólicos Anónimos con mi padre fue apabullante. Sentí muchas emociones a la vez: felicidad, orgullo, amor, esperanza y gratitud, pero también una profunda tristeza al ver lo difícil que había sido la vida de mi padre y del resto de los asistentes
"Voy a reuniones para que me recuerden el hecho de que soy uno de esos que no deberían beber jamás. Me han ayudado mucho", me explica ahora. Ahora también hace de padrino de otros miembros.Nunca conseguiré librarme de los recuerdos de todo lo que mi padre se hizo a sí mismo y le hizo a nuestra familia cuando estaba borracho. Pero bueno, los dos estamos mucho mejor que cuando estaba en el pozo. Alcohólicos Anónimos no es para todos, y desde luego que no es el único camino a la sobriedad, pero en nuestro caso, me gusta centrarme en el hecho de que si no hubieran ayudado de esta manera a mi padre, podría haber seguido siendo un extraño para mí.*Los nombres de las personas implicadas se han cambiado para proteger su anonimidad.Nunca conseguiré librarme de los recuerdos de todo lo que mi padre se hizo a sí mismo y le hizo a nuestra familia cuando estaba borracho. Pero bueno, los dos estamos mucho mejor que cuando estaba en el pozo