FYI.

This story is over 5 years old.

Actualidad

Crisis en 'Wikimujeres': de la solidaridad femenina al insulto y el estigma

CONTROVERSIA | El caso de Natalia Ulloa, quien afirma haber sido estigmatizada y difamada por un comentario en este grupo de Facebook, plantea preguntas sobre el rol de las comunidades digitales.
Imagen vía Facebook

"¿Cyber bullying? ¿O la nueva inquisición digital? Esta es la verdad sobre Wikimujeres". Con estas preguntas abre su carta abierta Natalia Ulloa, una colombiana de 32 años que vive en Chile y que desde la semana pasada decidió denunciar un presunto caso de ciberacoso en Wikimujeres, un famoso grupo secreto de Facebook.

La comunidad virtual, que reúne a más de 10.200 mujeres colombianas para compartir experiencias de negocios, pedir consejos hogareños, liderar acciones de caridad de gran dimensión, denunciar a sus médicos e, incluso, elegir al #WikiHermanoChurro, fue fundada en abril de 2015 por la argentina Geraldine Pomato.

Publicidad

Desde entonces, muchos habían elogiado a Pomato por crear una red de apoyo y emprendimiento femenino única en Colombia. "El grupo empezó con un muy buen propósito, para armar una red de apoyo emocional y profesional entre nosotras. Pero se desvió. Ahora se ha convertido en el reino de Geraldine", afirma Ulloa.

Todo comenzó con una frase que Ulloa soltó después de que Pomato compartió una actualización del manual de convivencia del grupo. "Hice un comentario en uno de los posts que hablaba justamente sobre la importancia de cuestionar las reglas que impone esta señora. Dije que esas reglas me parecían fascistas, que estaba aburrida de eso y que cogieran oficio. Yo sabía que eso iba a generar que ella me echara del grupo, que era exactamente lo que quería, pero no pensé que ella fuera a tomar mi comentario y a ponerme en escarnio público", dice Ulloa.

Antes de expulsarla oficialmente, Pomato publicó el siguiente post en que "celebraba" el retiro:

La arremetida vino después, cuando Ulloa respondió: "A quién le importa ese ridículo manual fascista". Tras esto las demás mujeres del grupo, según ella, "se le vinieron encima".

Así lo cuenta Camila Gutiérrez, otra de las mujeres expulsadas tras el episodio: "Geraldine lo que hizo fue celebrar que había echado a Natalia del grupo. Puso un post para todo el grupo que hizo que mucha gente empezara a despotricar de ella. Le empezaron a decir que se le iba a arruinar el matrimonio, que nunca más iba a encontrar trabajo, que era una desadaptada, que en el colegio ya era rebelde. Ella se expuso en ese post, es cierto. Pero una cosa es decirle a alguien que la van a sacar y otra esta arremetida tan tenaz".

Publicidad

Con la salida de Ulloa, supuestamente sobrevino una serie de expulsiones a otras mujeres que la habían defendido o que habían cuestionado los procedimientos y "el paredón" al que Pomato la habría sometido.

Gutiérrez cuenta que apenas el pasado domingo en la noche se dio cuenta de que la habían expulsado. "Yo lo único que dije es que Geraldine debería ser más cuidadosa con el manejo de su comunidad. (…) Las de Wikimujeres empezaron a amenazar también con acciones legales. Y eso que ellas han difamado marcas, personas, médicos. Todo tipo de personas sobre las que hablan ahí. Lo que vi con Natalia me pareció muy mal hecho", cuenta Gutiérrez.


Lea también:


Una parodia llamada Wiskymujeres

Muchas de las mujeres expulsadas también pertenecen a un grupo paralelo, parodia del original, llamado Wiskymujeres. Otras tres integrantes, que prefirieron no dar sus nombres a VICE Colombia, afirmaron que fueron expulsadas del grupo de Pomato y fueron estigmatizadas por las 'wikis' solo por manifestar su incomodidad con el caso de Natalia Ulloa en un post del grupo paralelo.

"Me decían metida, que dejara eso así, que dejara sana a Geraldine, que Natalia había sido la grosera. Lo que pensaba es que nunca nadie es capaz de hablarle de frente a Geraldine", cuenta Verónica Uribe, otra integrante del grupo.

Uribe, que aún sigue activa en el grupo original, nos contó que también sintió la arremetida de otras integrantes por un comentario: "Lo que pasó con Natalia me pareció una falta de respeto, me pareció cero profesional, fuera de lugar. Entonces, hice un comentario en un post de Wiki sobre el beso robado de Carlos Vives. Alguien decía: 'Qué pasa con el respeto entre mujeres'. Algo totalmente incoherente, porque el día anterior todas esas mujeres se habían ido en contra de otra mujer: Natalia. Entonces escribí: '¿Respeto entre mujeres? Que lo diga Geraldine Pomato con el caso de Natalia Ulloa y todas las demás que escribieron lo que escribieron'. Ahí se empezó a armar el bollo, mucha gente me empezó a escribir a mí. Tengo como 57 mensajes denigrantes".

Publicidad

Ulloa también dijo haberse sentido acosada después de una situación que, para ella, debió haberse quedado en una simple expulsión: "Al instante, ¡me volví la mujer más famosa de Colombia! Cientos de comentarios destruyendo mi persona, mi familia, mi pasado, amenazando con que nunca volvería a conseguir trabajo… La lista interminable. Todas coludidas en mi contra por haber dado mi opinión".

Estos fueron algunos de los comentarios que recibió Ulloa después de su expulsión:

"Eran comentarios de gente que había indagado sobre mi vida, muy personal, cosas de mi familia. Si solo me hubiera sacado del grupo, ya está, no pasaba a mayores. Pero Geraldine, usando su ultrapoder de secta, básicamente puede poner a todo el mundo contra una sola persona que vaya en contra de lo que está predicando", afirmó.

Pero Ulloa no es la única que ha sentido el supuesto acoso cibernético de las Wikimujeres.

El caso despierta muchas preguntas sobre la responsabilidad y los alcances de los circuitos de comunicación en redes sociales

Geovana Nassar, otra integrante expulsada la semana pasada del grupo, denunció que, por dejar un rato afuera a su perrita —enferma de diabetes con síntomas de incontinencia— vio un mensaje en Facebook en que la tildaban de "maltratadora de animales". Nassar afirma que hasta recibió amenazas. "Les escribí un mensaje por interno en Facebook y no me respondieron. Entonces hablé con mi abogado y le escribí una carta a la señora del post y una a Geraldine para que parara las cosas como administradora. El post lo bajaron justo antes de recibir las cartas. Pero no puede ser posible que esta gente haga y diga lo que quiera de uno. Lo pueden terminar a uno matando por una información que no es".

Publicidad

Ulloa, Gutiérrez, Uribe y Nassar coinciden en que, más que un grupo de apoyo y emprendimiento, las Wikimujeres también se han vuelto un espacio peligroso de señalamientos injustificados y de difamación. "Uno de los hashtags es #WikiDenuncias. Ahí ponen fotos de las cédulas de las empleadas del servicio, las tildan de ladronas. Si usted está haciendo una afirmación así y acusándola públicamente, vulnerando su derecho al trabajo, tiene que respaldarlo, tiene que denunciarla. Pero nada, ninguna. Acaban con la gente", cuenta Nassar. "Acaban con ginecólogos, con empresas. Es muy delicado".


Lea también:


"Se volvió sectario. Manejan todo a su antojo"

"Si voy al médico y me va pésimo, llego y digo: 'El médico Pedro Pérez de tal clínica es lo peor' y le cagan la vida", cuenta Gutiérrez. "Más que ser un apoyo de género y de dar un ejemplo, se volvió muy sectario y manejan todo a su antojo. Creo que tienen demasiado poder y no se dan cuenta de la responsabilidad que viene con eso".

Además de médicos y de ella misma, Ulloa también denuncia que el grupo se ha prestado para una difamación generalizada: un paredón. "Lo que yo cuestiono es que Pomato utilice el grupo para dañarles la reputación a doctores, a muchachas del servicio, a enfermeras, a todos. Y, lo peor, es que la gente lo permita".

El caso de Natalia Ulloa y las demás mujeres presuntamente difamadas por las mujeres de Wikimujeres despierta muchas preguntas sobre la responsabilidad y los alcances de los circuitos de comunicación en redes sociales. Como en el caso de Nassar y de Ulloa, se abre el debate de hasta dónde llega la privacidad de un grupo cuando sus efectos son públicos (como los mensajes que ambas recibieron después de sus comentarios) y de la responsabilidad que los administradores tendrían sobre los contenidos que se publican en sus páginas.

Y el problema va más allá. Según los relatos de las denunciantes, aun por fuera del grupo, los mensajes supuestamente intimidantes y denigrantes siguen llegando y las conversaciones sobre ellas se mantienen en el interior de la comunidad, incluso con ellas ausentes. Como concluyó Gutiérrez: "Tanto ejemplo que damos de paz y reconciliación y respondemos a violencia con violencia. No podemos caer en eso. Y también Geraldine debería revisar su papel: cuando manejas tanta gente hay una responsabilidad. Es como manejar un medio: hay que tener un control, ser justos y transparentes".

VICE Colombia intentó contactar por todos los medios a Geraldine Pomato, administradora del grupo Wikimujeres, para escuchar su versión de los hechos, pero, hasta el momento de la publicación de este artículo, no recibimos respuesta.