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Sexo con Baranda Pons

¡Sí al sexo con la menstruación!

A mí me da igual lo que diga la gente. El sexo es rico cualquier día del mes, eso incluye los días en los que llega la regla.
Foto: Vera Lair | vía Stocksy 
Montaje: Mateo Rueda | VICE Colombia

¡La regla! Esa misma que tantas manchas históricas ha protagonizado, esa que desde que empecé a tener tetas me hacía sentirme hinchada e insoportable, todo por unos días que marcaba con una cruz en el calendario.

Ahora estamos en 2018, y me parece justo empezar a ver la regla de otra forma. Comenzar a llamarle menstruación en vez de regla o periodo es un buen ejemplo. Cuando tuve mi menarquia (es decir, cuando menstrué por primera vez), todo me lo explicaron con susurros, con miradas llenas de vergüenza. Ese aire de clandestinidad, de que a mi cuerpo le sucedía cada mes algo que era casi que prohibido me dio ganas de nunca tener que pasar nunca por un supermercado para comprar toallas higiénicas. Desde ese momento pensé que eran demasiados tabúes para algo que me iba a acompañar desde los 12 años hasta que mi endometrio aguantara sentado en su trono.

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Hoy en día pienso que la regla no es ninguna maldición, sino todo lo contrario. Sí, es verdad que necesita cuidados, higiene y preparación, pero es lo que hace que nuestro cuerpo de mujer termine un ciclo completo de lavado interior. Confieso que cuando me dio por ponerme un DIU (dispositivo intrauterino) celebré ante la promesa de que no solo no iba a tener hijos, sino tampoco menstruación. Y cuando esta se fue, no podía estar más equivocada: sin la regla mi mundo se tornó extraño, como si pasaran los días sin que mirara un reloj para saber la hora. Ya no sabía cuándo iba a tener más deseo, ni cuándo iba a verme más guapa, cuándo iba a tener más hambre, más cansancio o cuando iba a limpiarme por dentro.

En fin. Hay que agradecer que gracias a la menstruación ocurren cambios y todo queda listo para volver a empezar.

En cuanto al sexo, he pasado por diferentes etapas con la menstruación, según las parejas que me han acompañado. Con el tiempo he dejado de verla como un obstáculo para el sexo, sino una oportunidad para la creatividad, para descubrir nuevas formas de amar y tener encuentros sexuales cada vez mejores.

Cuando tuve mi primer novio la menstruación era un gran impedimento para tener sexo. No teníamos un lugar para poder hacerlo a nuestras anchas, y en el carro no podíamos follar con la regla porque luego había que dedicarse a limpiar la escena del crimen. Como bien advierten los comerciales, la sangre es una mancha híper difícil de sacar y deja un rastro inconfundible.

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Mi segunda pareja tenía demasiados escrúpulos para atreverse a tener sexo durante estos días. No tenía intenciones de ser creativo, ni de ensuciarse en lo más mínimo para tener un encuentro sexual. El simple hecho de ver que todo se empezaba a teñir de rojo le producía estrés, así que optó por omitir esos días de su vida sexual y compraba boletas para el cine tres días seguidos, los días en los que literalmente se consideraba impedido para amarme. Aparte de esto, me parece necesario añadir que esta pareja nunca practicaba sexo oral porque “le daba cosa” y su repertorio de posturas se acababa después del misionero.

Con mi reciente pareja, el ya mencionado José Miel, no tengo ninguno de estos inconvenientes. Él se declara fan absoluto del sexo: con regla, sin regla, con calor, con frío, dentro del agua, en un parqueadero… ha sido mi mejor pareja sexual hasta el momento, con quien más me entiendo y con quien mejor pongo a prueba todo lo que sé, todo lo que él sabe, y todo lo que hemos descubierto en común. Así que, con la regla y con hombres como mi José Miel, mis amores, también se puede tener sexo.

Y no cualquier sexo, ni sexo de rebajas, sino sexo de verdad, ¡que también es una delicia! Vean por qué:

Lubricante listo

Algunas veces el gel lubricante hace que la penetración sea mucho más fácil. ¡Pues con la menstruación esto ni hace falta porque todo ya está humedecido y listo para la acción!

Es excitante

Tener sexo durante la menstruación es diferente. Se rompe un poco la rutina y se puede incluso usar a nuestro favor, mucho más si encontramos la pareja perfecta, a la que le guste tener encuentros sexuales durante estos días.

Aquí va un gran truco para relajar la vista después de estos encuentros salvajes, justo después de llegar al orgasmo: límpiate las manchas en la piel con un pañito húmedo para bebés y abre el grifo de la ducha apenas puedas, para que se bañen los dos. Si hay manchas en la ropa o en las sábanas el mejor consejo es quitarlas cuanto antes. Si ha pasado mucho tiempo, el agua oxigenada puede ayudar a que salgan.

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Quita dolores

Una de las mejores cosas que descubrí al empezar a tener sexo durante la regla es que reduce los cólicos menstruales. Para muchas, un buen polvo se encarga de hacer el mismo trabajo que una pastilla de Ibuprofeno de la forma más natural y ancestral que existe.

La higiene activa la creatividad

A mí no me gusta que tener sexo con la regla parezca una escena de Seven. Pero pensar en que voy a tener sexo con la menstruación me hace preguntarme sobre si lo haré en la ducha o con toallas para proteger mi sofá o sobre el suelo. Regla sí y limpieza sí. Lo cierto es que si me meto en la ducha para tener sexo con José Miel en estos días, no queda ni rastro del polvazo porque el agua simplifica la operación y activa mi álbum de recuerdos como columnista de sexo.

Hola pezón

Con la regla no quiero que me hagan ninguna incursión oral de genitales, por ende me llega el efecto ‘hola pezón’. Esto ocurre cuando mi excitación empieza por mis pezones. De hecho hace unos días, cuando precisamente hablé con mi editora para escribir sobre este tema, tuve mi primer orgasmo de pezones. ¡Súper recomendado! Para lograrlo, José Miel estimuló levemente la punta de los pezones con los dedos y con la lengua, algo tan tenue y sutil que nunca imaginó que terminaría en clímax. ¡No puedo esperar a menstruar de nuevo para repetir la experiencia!

En definitiva, la regla no es tan mala como la pintamos. Pero ojito, por más que se haya extendido la creencia que con la regla no hay embarazo, sí hay posibilidades de que pase lo contrario, porque la naturaleza no es una tabla de Excel y las mujeres ovulan cuando ella decide. Amemos nuestra naturaleza, veamos a la regla como nuestra lavadora interna, la que nos permite tener un ciclo completo, conocernos mejor, disfrutar más y mejor en cualquier día del mes. ¿Qué estamos esperando para ese polvito estimulante con la regla?