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Cultură

Se están acabando las reservas de Game of Thrones

El invierno llegó. La obra de Martin ha servido como guía para las voces en el guión; pero eso está por cambiar.

Advertencia: este texto contiene spoilers de la quinta temporada.

El invierno no se acerca. Ya llegó. La quinta temporada de Game of Thrones está a punto de terminar y sólo es cuestión de tiempo para que todo se vaya a la mierda. Sansa está casada con un psicópata sádico que la viola todas las noches. El ejército de Stannis (¿cuándo fue que Stannis se volvió nuestra única salvación?) está atrapado en la nieve. Mientras tanto, Melisandre, la Sacerdotisa Roja, quiere sacrificar a Shireen, la amada hija de Stannis. En sí, todo va de mal en peor. Las dos reinas de Kings Landing están presas y la ciudad está en manos de un grupo de inquisidores fanáticos. Daenerys se va a casar con un noble que representa todo lo que odia con el fin de traer paz a su reino, va a dejar que los esclavos se maten entre ellos en su honor y sus dragones son indomables. La trama de Dorne era muy prometedora al principio, pero en los últimos capítulos lo único que ha hecho es dar risa.

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Por otro lado, en un lugar desconocido, George R.R. Martin está tratando de terminar un libro llamado The Winds of Winter. Más vale que se apure porque cuando termine la quinta temporada, el programa de HBO alcanzará la trama del material publicado.

Episodio 47: Análisis del episodio.

La quinta temporada ha sido muy problemática. Se desvió mucho de los libros, en especial la parte de Sansa. Al principio, las modificaciones eran emocionantes porque parecía que por fin iba a dejar de ser un peón al que arrastraban por todo Westeros e iba a participar en el juego. Sin embargo, todo parece indicar que los creadores del programa —David Benioff y D. B. Weiss— hicieron este cambio para que sintiéramos más lástima por ella cuando la violara su esposo. Tal vez en los últimos capítulos de la temporada decida liberarse a sí misma ya que Theon la traicionó y Brienne está afuera del castillo, pero no se sabe. Como sea, la mayoría de los espectadores (me incluyo) están cansados del patrón infinito en el que los personajes femeninos se desarrollan únicamente por medio del maltrato.

Sin embargo, los cambios entre los libros y el programa también significan otra cosa. Esta temporada se encimó con A Dance with Dragons, el quinto libro de Song of Ice and Fire. Cada que Benioff y Weiss eliminan personajes y escenas del programa, algo necesario para adaptar el libro, para los lectores resulta evidente que esos personajes no eran tan importantes. En los libros, Dorne no es solo un lugar de mujeres liberadas con armas impresionantes y poca capacidad de controlar sus impulsos, también es el hogar de una rama de la familia Targaryen. La mayoría de los lectores espera que surjan los tres jinetes de dragones y en internet hay mucha especulación en torno a quienes van a ser. Las opciones se reducen a medida que el programa elimina personajes del guión.

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Y las opciones se van a reducir todavía más. El próximo año, cuando empiece la sexta temporada, o quizá en dos años, Game of Thrones seguirá avanzando sin los libros. A Martin se le conoce por ser muy lento como escritor. De hecho, en una entrevista reciente, confesó que aún está ponderando los giros más importantes de la trama. A pesar de que para él es muy importante terminar el libro antes de la sexta temporada, dijo que "tal vez está siendo demasiado optimista en cuanto a qué tan rápido puede terminar el libro". Los fans necesitan hacerse a la idea de que es probable que el programa se vuelva un canon y que los libros van a quedar atrás.

Por supuesto, los creadores del programa siempre han consultado todo con Martin y saben cómo termina la historia. Pero eso es muy diferente a crear de la nada cientos de páginas de acción, acontecimientos y diálogo. La obra de Martin ha servido como guía para las voces en el guión; pero eso está por cambiar.

Hasta donde sé, nunca antes había pasado algo así. A veces los programas y las películas abandonan su fuente o se exceden al reducir un texto, sin embargo, la relación entre Game of Thrones y A Song of Ice and Fire es íntima e intrincada, y no se me ocurre otra obra similar, en especial de ficción, en donde la dinámica entre el libro y el programa se haya invertido como en este caso.

Hay muchas películas y series de televisión basadas en libros y cuentos. La serie Justified, que lleva cinco temporadas, está basada en una novela corta de Elmore Leonard. Como la novela original es de 60 páginas, el programa rebasó a su fuente desde hace mucho tiempo. Los programas de ficción detectivesca, como Bones o Rizzoli and Isles, están basados en libros pero por su misma naturaleza se desvían rápidamente de la fuente. Los protagonistas tienen que resolver un misterio cada episodio y, de cierta forma, es como resumir un libro en 60 minutos con todo y comerciales. De igual forma, Dexter y True Blood tomaron personajes y circunstancias de los libros pero sólo en la primera temporada y en una parte de la segunda. A medida que avanzan las series, los creadores del programa utilizan personajes y circunstancias de los libros para contar historias nuevas que creen que pueden funcionar bien para la televisión. True Blood incluyó los puntos de vista de varios personajes además de Sookie. Por otro lado, en Dexter, el asesino del camión de helados es el único asesino serial que sale tanto en la novela como en la serie. En mi opinión, estos programas "están inspirados" en el libro y no son adaptaciones de una obra lineal de ficción narrativa.

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Hay adaptaciones que han tenido mucho éxito. La BBC acaba de finalizar la transmisión de Wolf Hall, una serie basada en las primeras dos novelas de Hilary Mantel sobre Thomas Cromwell y el reinado de Enrique VIII. Aunque Mantel no hubiera terminado los libros, todos sabemos como termina la historia (Spoiler: Cromwell muere. Enrique muere. Todos morimos. Valar morghulis). Incluso si nos limitamos a la fantasía, los últimos años de la pantalla grande han estado repletos de adaptaciones famosas, como The Hobbit, The Hunger Games, Twilight, etcétera.

Pero imagínense que la última película de Hunger Games se hubiera escrito, grabado y estrenado antes de que Suzanne Collins terminara de escribir Mockingjay. En realidad no es una idea tan descabellada, ¿o sí? En 2001, cuando se estrenó Harry Potter and the Sorcerer's Stone, sólo se habían publicado los primeros cuatro libros. Si J.K. Rowling no se hubiera sacado otros tres libros de la manga entre 2003 y 2007, seguro Hollywood habría sido el primero en mostrarnos la muerte de Dumbledore y la derrota de Voldemort.

Y eso es lo que va a pasar con Game of Thrones. El final va a ser el mismo, sólo que HBO nos lo va a mostrar primero y ya después vamos a poder leerlo. Entonces, cuando salgan la sexta y la séptima temporada, tendremos que dejar de tomar al libro como canon. Se van a acabar las discusiones sobre las diferencias entre el programa y los libros. Quizá sea algo bueno. De cierta forma, Benioff y Weiss depuraron los excesos en la prosa de Martin y presentaron escenas concisas y bien dirigidas que mejoran la historia. Por otro lado, su afán de añadir violaciones y su obsesión con Theon (no conozco a nadie que crea que Theon merece todo el tiempo que le dedicaron en la serie. Martin evitó detallar la tortura no por tacto, sino porque el personaje le aburría) ahuyentan a los fans, tanto del programa como de los libros.

Game of Thrones es muy problemático. Como fan, es mejor aceptarlo y hacerle caso a la gente que ya decidió dejar de ver el programa. Pero como no me gusta dejar las cosas a medias, lo voy a seguir viendo. También voy a seguir leyendo los libros. Aún confío en que los malos van a caer, en que los Stark van a regresar a Winterfell y en que los dragones van a quemar a los caminantes blancos. Y estoy ansioso por verlo.

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