Los inflables hiperrealistas del colombiano Nicolás Ortega

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Los inflables hiperrealistas del colombiano Nicolás Ortega

Nicolás Ortega logró que Bogotá fuera un escenario posible para inflables gigantes y volvió realidad algo que parecía contradictorio: llevar a las calles unos muñecos enormes que fueron vistos en desfiles norteamericanos.

¿Como sería la ciudad de Bogotá con una Hello Kitty gigante flotando en el centro, a Popeye en una casa de Teusaquillo, a Elmo en Chingaza y a Superman en un tejado? Nicolás Ortega, con su primera serie, que combina fotografía y diseño gráfico, nos muestra una composición fotográfica ––un montaje–– que lleva a las calles bogotanas unos inflables enormes que fueron vistos en desfiles norteamericanos.

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Nicolás es un diseñador gráfico de 27 años graduado de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá hace ocho. Se ganó una beca en diseño para estudiar en Nueva York y ya ha trabajado para el New York Times, Sagmeister and Walsh, Model, así como para agencias de publicidad colombianas.

El proyecto se demoró seis meses. Nicolás se dio cuenta rápidamente de que Bogotá, su ciudad, estaba totalmente invadida por cables de electricidad por todas partes: nada podía flotar encima de sus calles. En Nueva York lo logró fácilmente. Mientras miraba un partido, Nicolás se imaginó que en el Estadio el Campín un inflable gigante se aparecía encima de los espectadores. Decidió hacer ese sueño realidad: al menos a través de una computadora.

Todas las fotos son cortesía de Nicolás Ortega.

El evento que inició todo este proceso fue el desfile de acción de gracias que ocurre en noviembre en Estados Unidos. Nicolás se dedicó a retratar a los protagonistas del desfile: íconos de cómics y de televisión de jóvenes y de adultos, como Popeye, Hello Kitty, Elmo, Finn y Jake y Superman en medio de edificios imponentes y personas de todas partes del mundo. Cuando volvió a Colombia, decidió tomarle fotos a diferentes lugares de Bogotá para luego adornarlas con los personajes que ya había retratado.

Se dedicó a turistear por su propia ciudad, visitar lugares que había visto hace tiempo y tomarles fotos como si fuera un extranjero. Ahí encontraba los paisajes que funcionaban perfecto con los inflables que había tomado anteriormente y, luego, con la ayuda de su computadora, logró integrarlos a la Plaza de Bolívar, al Monumento a los Héroes, Paloquemao y Parque Simón Bolívar.

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Por eso, con 35 fotos ya modificadas, logró que Bogotá fuera un escenario posible para inflables gigantes y volvió realidad algo que parecía contradictorio. Ahora, su objetivo es mostrar esa serie en un libro que está a punto de salir del horno con la editorial norteamericana Printed Matter.

Acá una muestra del trabajo de Ortega.